Las cirugías de reasignación de sexo para las personas transgénero casi se triplicaron en Estados Unidos entre 2016 y 2019, y los procedimientos de mama y tórax representaron el 56.6 por ciento de todas las operaciones, según muestran los resultados de un estudio publicado este miércoles en la revista JAMA Network Open.
De cerca le siguió la reconstrucción genital, que representó el 35.1 por ciento, seguida de los procedimientos faciales y cosméticos con el 13.9 por ciento. En general, el mayor número de intervenciones las realizaron mujeres, jóvenes de 19 a 30 años, personas con seguro privado y personas con ingresos más elevados. La mayoría de las intervenciones se realizaron en Occidente y en hospitales universitarios urbanos.
Por subgrupos, las intervenciones de mama y tórax fueron más frecuentes en los pacientes más jóvenes. Las intervenciones genitales fueron mayores en los pacientes de más edad.
Alrededor del 15 por ciento de los más de 48,000 encuestados examinados indicaron problemas de salud mental o adicción, incluyendo abuso de drogas y alcohol, depresión y psicosis.
«Estos resultados sugieren que habrá una mayor necesidad de médicos con conocimientos en la atención de personas transexuales y con la experiencia necesaria para realizar procedimientos de reafirmación de género», escribieron los autores del estudio.
¿Cuáles son los peligros de la cirugía para personas transgénero?
La cirugía de reasignación de sexo no está exenta de peligros potenciales. Las pruebas relativas a la tasa de arrepentimiento, las complicaciones médicas a largo plazo, los efectos de la terapia hormonal y la relación entre las cirugías y las tasas de depresión y suicidio requieren más estudios.
Efectos secundarios
Un estudio de 2021 reveló que se producen reoperaciones debidas a complicaciones a largo plazo tras los aumentos mamarios. Las roturas de implantes, las contracturas capsulares (una respuesta inmunitaria a los implantes mamarios que da lugar a tejido cicatricial) y los problemas estéticos pueden producirse entre 30 días y 5.5 años después de la intervención.
Según la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, entre los efectos secundarios de la reconstrucción de genitales masculinos en genitales femeninos, conocida como cirugía de partes inferiores transfemenina, se incluyen los siguientes:
– Sangrado
– Infección
– Mala cicatrización de la incisión
– Hematoma
– Lesiones nerviosas estenosis de la vagina
– Profundidad vaginal inadecuada
– Lesión de las vías urinarias
– Conexiones anormales entre la uretra y la piel
– Relaciones sexuales dolorosas
Riesgo e intentos de suicidio
Un estudio publicado en PLOS One puso de relieve las alarmantes tasas de suicidio e intentos de suicidio en personas sometidas a cirugía de reasignación de sexo. Los resultados del experimento realizado por investigadores de Suecia descubrieron que las personas que se sometieron a una reasignación de sexo tenían 4.9 veces más probabilidades de intentar suicidarse y 19.1 veces más probabilidades de morir por suicidio que los controles.
«Las personas con transexualismo, después de la reasignación de sexo, tienen riesgos considerablemente mayores de mortalidad, comportamiento suicida y morbilidad psiquiátrica que la población general», escribieron los autores. «Nuestros hallazgos sugieren que la reasignación de sexo, aunque alivia la disforia de género, puede no ser suficiente como tratamiento para el transexualismo, y debe inspirar una mejor atención psiquiátrica y somática después de la reasignación de sexo para este grupo de pacientes».
Recomendaciones actualizadas
La terapia hormonal se recomienda, y a veces es necesaria, para algunas pacientes antes de la cirugía mamaria y torácica.
Sin embargo, las pruebas que apoyan la terapia hormonal en personas transexuales no son concluyentes.
El Centro Tavistock de Londres, caracterizado por ser una clínica para jóvenes con dificultades de identidad de género, tiene previsto cerrar a finales de 2023 después de que una revisión independiente (pdf) citara la falta de pruebas concluyentes que respalden las recomendaciones rutinarias de terapias hormonales como los bloqueadores de la pubertad, entre otras complicaciones en el funcionamiento de la clínica.
El cierre de la clínica se produce después de que la Junta Nacional de Salud y Bienestar de Suecia actualizara sus recomendaciones para 2022. Los responsables de la Junta concluyeron que no había pruebas científicas suficientes sobre la atención de «afirmación de género», y pidieron cautela y moderación en las intervenciones hormonales a menores.
«La actualización de las directrices de tratamiento suecas representa un paso impresionante para proteger a los jóvenes con disforia de género, cada vez más numerosos, de los daños médicos derivados de una transición de género inadecuada», escribieron las autoridades sanitarias en las recomendaciones.
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