El Consejo de Defensa Nacional de Ucrania ha publicado una actualización de su recuento de pérdidas de combate de Rusia en su guerra contra Ucrania, afirmando que el número de tropas rusas muertas en los combates ha superado los 10,000.
Además de que el número de muertes de tropas ha superado los 10,000 por primera vez desde que Rusia lanzó una invasión múltiple contra su vecino hace diez días, el Consejo de Defensa de Ucrania dijo que las fuerzas rusas han perdido 945 vehículos de patrulla blindados, 269 tanques, 105 sistemas de artillería, 40 helicópteros y 39 aviones.
El Ministerio de Defensa ruso dijo el miércoles que 498 miembros del ejército habían muerto y unos 1500 habían resultado heridos, cifras que fueron recibidas con escepticismo por los analistas occidentales.
Information on Russian invasion
Losses of the Russian occupying forces in Ukraine, March 5 pic.twitter.com/3Ugc26YYJh
— UKR Mission to UN (@UKRinUN) March 5, 2022
El presidente ruso Vladimir Putin, en su primer reconocimiento personal de las pérdidas militares, dijo en un discurso televisado a la nación el jueves que las familias de los fallecidos tendrían derecho a un pago de unos 50,000 dólares.
Putin también dijo que la invasión, que ha descrito como una «operación militar especial» para «desmilitarizar y desnazificar» Ucrania, estaba procediendo «estrictamente» según el calendario.
Pero la censura en los medios de comunicación rusos, que se ha intensificado durante la guerra, pone en duda la veracidad de los recuentos y las declaraciones oficiales. El viernes, Rusia tomó medidas drásticas contra las noticias y la libertad de expresión, bloqueando el acceso a Facebook y a los medios de comunicación extranjeros, y aprobando una ley que penaliza la difusión de «información falsa» sobre la guerra, con un castigo de hasta 15 años tras las rejas.
Funcionarios y analistas occidentales, por su parte, han sugerido que la invasión rusa va con retraso o parece haberse estancado en algunas partes de Ucrania, al mismo tiempo que aluden a una mala planificación y a la baja moral de las tropas rusas.
El general retirado Jack Keane dijo el viernes a Fox News que ve lo que describió como «casi dos guerras» que tienen lugar en Ucrania, una en el norte y otra en el sur.
El asalto ruso al sur ha avanzado y ha sido en gran medida exitoso, en términos de los objetivos militares de Rusia, dijo Keane. Las fuerzas rusas han capturado la ciudad sureña de Kherson, un puerto clave del mar Negro, la primera ciudad ucraniana importante que cae desde que comenzó la invasión. También han rodeado Mariupol, una ciudad en el sureste de Ucrania, y las fuerzas rusas se están acercando a la ciudad portuaria del sur de Odesa, dijo.
«El propósito y la estrategia que los rusos están utilizando aquí es incomunicar a los ucranianos con el mar, que es por donde transitan todas sus importaciones y exportaciones», explicó. Keane dijo que otro objetivo ruso estaba cerca de cumplirse, a saber, el establecimiento de un puente terrestre desde Rusia a Crimea, que Moscú se anexionó en 2014.
Las unidades rusas que luchan en el sur son del mismo distrito militar y se han entrenado juntas durante mucho tiempo, señaló, diciendo que esto probablemente es un factor detrás de su rendimiento.
En el norte de Ucrania, sin embargo, las operaciones «están en gran medida estancadas», dijo Keane. Las fuerzas rusas que están montando un ataque a Kiev trataron de establecer un tercer eje de ataque ante sus fracasos para avanzar hasta ahora, dijo, pero todos esos esfuerzos han sido en gran medida infructuosos.
«Muchos de ellos son desafíos logísticos», dijo Keane, y añadió que otro aspecto que impulsa el fracaso de los rusos en el norte son las deficiencias de la propia fuerza de combate. Explicó que muchas de las fuerzas rusas en el norte son una «mezcolanza de unidades» que nunca antes han ejercitado juntas en operaciones a gran escala como la actual.
La férrea resistencia ucraniana es también un factor que dificulta el avance ruso en el norte, añadió Keane.
Pero aunque los fracasos militares de Rusia hacen esperar que su ofensiva pueda ser repelida, algunos temen el riesgo de una escalada y el paso a una estrategia de reducir a escombros las ciudades que se resisten mediante bombardeos. Ese fue el libro de jugadas de Putin en Siria, donde los aviones rusos bombardearon la segunda ciudad más grande del país, Alepo, con grandes bajas civiles.
«Vimos en tiempo real cómo la maquinaria de guerra de Rusia destruía nuestros hogares, escuelas y hospitales», dijo Motaz, un nativo de Alepo de 37 años, que ahora vive en una tienda de campaña en un campo de desplazados en el noroeste de Siria. «Por eso temo que repitan lo mismo contra los civiles en Ucrania».
Ya se ha informado de que las fuerzas rusas han utilizado municiones de racimo y otras armas no precisas en Ucrania.
«Hemos visto el uso de bombas de racimo y hemos visto reportes sobre el uso de otros tipos de armas que estarían violando el derecho internacional», dijo el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a los periodistas en Bruselas el viernes.
El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, repitió esto en Twitter.
«Rusia cambia a tácticas feas destinadas a causar el máximo daño a los civiles: bombardea zonas residenciales e infraestructuras críticas, amenaza las instalaciones nucleares», dijo, pidiendo más sanciones contra Rusia, incluyendo un embargo de petróleo y el cierre de los puertos a los barcos rusos.
La invasión rusa de Ucrania ha provocado una enorme crisis humanitaria, con 1.3 millones de personas que han huido de las hostilidades hasta el 5 de marzo, según la ONU.
«A menos que se ponga fin al conflicto de forma inmediata, es probable que millones de personas más se vean obligadas a huir», dijo la Agencia de la ONU para los Refugiados en un comunicado.
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