Las personas con migraña crónica tardan más de 7 años en ser diagnosticadas

Por EFE
14 de noviembre de 2018 11:02 AM Actualizado: 14 de noviembre de 2018 11:02 AM

Las personas que padecen migraña crónica (MC), es decir que sufren más de 15 días al mes crisis de esta enfermedad, tardan más de siete años en ser diagnosticados desde que se inician los síntomas; un retraso en el diagnóstico considerable, que hace que los pacientes no inicien los tratamientos correctos.

Y eso es fundamental, tal y como han señalado los autores del «Atlas de Migraña en España 2018» elaborado por la Asociación Española de Migraña y Cefalea (Aemice) y el Grupo de Investigación Health & Territory Research de la Universidad de Sevilla, en colaboración con Novartis y un comité científico de neurólogos.

Se trata de un informe elaborado a partir de 1.200 encuestas a pacientes en el que se evalúa la situación de las más de 4,5 millones de personas que viven con migraña en España.

La mayoría la sufre menos de catorce días al mes, es lo que se denomina migraña episódica (ME), y también es diagnosticada tarde, casi a los seis años. Solo el 34 % tiene migraña crónica.

Pero a qué se debe el diagnóstico tardío. Según el neurólogo Pablo Irimia, responsable de la unidad de Cefaleas de la Clínica Universidad de Navarra, se debe a un desconocimiento de lo que es la migraña en la población en general y en los médicos.

Falta mejorar la formación y la conexión entre la atención primaria y neurología para que los pacientes sean derivados con la mayor rapidez posible.

Pero además los pacientes tienen una cierta desconexión del sistema sanitario porque más de un 40% considera que es una enfermedad común en la familia y por eso el 20 % no va nunca al médico, lo que hace que casi la mitad de los pacientes con ME se automedique.

Además, la mitad de los que van al médico abandona el seguimiento en las primeras consultas.

Por eso, es necesario, según la neuróloga Patricia Pozo-Rosich, responsable de la Unidad de Cefalea del Hospital Vall d’Hebrón, que los pacientes reciban más información sobre los avances y los tratamientos que pueden aplacar, que no curar, la enfermedad.

La migraña es una enfermedad del cerebro, afecta más a las mujeres y no es un simple dolor de cabeza. Ese es uno de los principales síntomas, pero a veces no es el mas importante porque se pueden sufrir auras (fenómenos neurológicos en los que se deja de poder ver, sentir o pensar), además de vómitos, náuseas y sensibilidad a la luz, el ruido y los olores.

«Es como si tu cerebro estuviera en una silla de ruedas», ha comentado la neuróloga para visibilizar lo discapacitante que es esta enfermedad, que afecta además en la edad más productiva laboralmente, entre los 32 y 47 años.

CCO

La mayoría son mujeres de una media de 37 años, a quienes la patología les produce un gran impacto laboral: el 24 % de las personas con MC se ha tenido que coger una baja en el último año y de las que van al trabajo, aunque no estén en condiciones, el 63 % dice que su rendimiento es muy reducido debido a la falta de concentración y el 30 % cree que su progresión laboral está limitada por sus circunstancias.

Neurologos y pacientes, como la presidenta de Aemice, Isabel Colomina, piden por ello que los entornos laborales entiendan mejor a estas personas y hagan adaptaciones para optimizar el rendimiento, como por ejemplo disponer de habitaciones de descanso.

Pero además del impacto laboral y sociosanitario, hay que hablar del impacto familiar y social: un 85 % de los pacientes se pierde eventos sociales, el 70 % eventos familiares y el 68,4 % considera que su enfermedad afecta a la vida de su cónyuge o familia.

Muchas veces en la casa de una persona que sufre migrañas no se puede hacer ruido o es imposible hacer planes con ella por su enfermedad o las vacaciones se estropean o el entorno tiene que cargar con más tareas domésticas.

Por eso es tan importante acudir al médico y por eso uno de los días que pasaba consulta Patricia Pozo-Rosich recibió la visita de una paciente, en esa ocasión acompañada de su hija, porque la pequeña quería darle las gracias por haberle devuelto a su madre, que consiguió manejar la enfermedad con el tratamiento.

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