Una nueva investigación realizada en Alemania, en la que se observaron células cardiacas humanas y de rata, muestra que a las 48 horas de la vacunación, las vacunas de ARNm contra el COVID-19 forman proteínas de espiga.
Las proteínas de espiga, formadas a partir de las instrucciones de ARNm contenidas en las vacunas, se detectaron en las células cardiacas. Aunque tanto la vacuna de Pfizer como la de Moderna causaron anomalías celulares, las dos indujeron anomalías diferentes.
Las diferentes respuestas que tuvieron las células a las dos vacunas de ARNm sugieren una reacción de toxicidad del ARNm en estas células, según el Dr. Peter McCullough, un destacado internista, cardiólogo y epidemiólogo que ha publicado más de 1000 informes de investigación y es el autor principal de uno de los primeros regímenes de tratamiento ampliamente utilizados para pacientes de SRAS-CoV-2. Añadió que 48 horas era poco tiempo para observar esto.
«Los hallazgos apoyan tanto el diagnóstico como el tratamiento de eventos cardiacos tras la vacunación contra el COVID basada en ARNm», escribieron los autores, añadiendo que los hallazgos podrían explicar los síntomas cardiacos persistentes entre los pacientes con COVID largo.
Se trata de un artículo de comunicación rápida, es decir, un trabajo científico más breve que se publica con mayor rapidez que un artículo de investigación estándar. Los científicos suelen utilizar este formato cuando tienen hallazgos que deben compartirse inmediatamente con la comunidad académica.
Presentaciones no clásicas de la miocarditis
Los autores del artículo introdujeron vacunas de ARNm en cultivos celulares de células cardiacas humanas y de rata.
Las vacunas de Moderna y Pfizer tienen cada una dosis diferentes de ARNm, teniendo Moderna una dosis mayor de 100 microgramos en comparación con los 30 microgramos de Pfizer. Por lo tanto, los investigadores administraron 100 microgramos de ARNm a ambos grupos.
A las 48 horas, los investigadores detectaron proteínas de espiga en ambos cultivos celulares y observaron anomalías en las contracciones cardíacas.
Los investigadores grabaron las contracciones cardiacas en un vídeo complementario, comparando las contracciones normales en una célula cardiaca de rata no vacunada (1A) con las células vacunadas.
Las células vacunadas con Pfizer mostraron contracciones más fuertes y sostenidas (1B) debido a una mayor actividad de la proteína quinasa A (PKA). Los niveles de PKA están relacionados con el rendimiento del corazón; cuanto mayor es el nivel de PKA, más fuertes son las contracciones cardíacas.
Las células vacunadas con Moderna desarrollaron contracciones cardíacas irregulares y alteraciones en la regulación del calcio. Los autores atribuyeron el cambio en la actividad celular a alteraciones en los receptores RyR2. Estos receptores desempeñan un papel clave en la coordinación de las contracciones cardíacas mediante el calcio.
Algunos de los músculos cardíacos a los que se administraron vacunas Moderna desarrollaron contracciones irregulares y peristálticas (1C y 1D), mientras que otros tuvieron contracciones irregulares y arrítmicas (1E y 1F).
También se detectaron proteínas de espiga a las 48 horas en el cultivo celular de células humanas.
Los autores concluyeron que, a nivel celular, los efectos de las vacunas COVID-19 parecían alinearse más con la cardiomiopatía que con la miocarditis. La miocardiopatía es una afección en la que los músculos del corazón se vuelven estructural y funcionalmente anormales en ausencia de otras cardiopatías. Se diferencia de la miocarditis y la pericarditis, que se producen cuando los músculos del corazón se inflaman y se dañan.
Trabajos anteriores del Dr. James Gill, que dirigió las autopsias de dos niños que murieron mientras dormían tras la administración de las vacunas COVID-19 de Pfizer, concluyeron que los niños no padecían la típica miocarditis, sino algo parecido a una cardiomiopatía causada por estrés tóxico.
El diagnóstico de miocarditis y pericarditis indica inflamación y daño en las células del músculo cardiaco, pero los médicos pueden no encontrar signos de daño e inflamación en los análisis de sangre y de imagen.
«La miocarditis se presenta con dilatación del corazón, dificultad respiratoria e insuficiencia cardíaca», explica McCullough. «Lo que vemos con las vacunas no es insuficiencia cardíaca. En realidad es un paro cardíaco, que es principalmente un problema eléctrico [de señalización].»
Posible relación con el paro cardiaco
Aunque el trabajo indicaba anomalías principalmente en las células animales, los resultados sugieren claramente la cardiotoxicidad de las vacunas.
«Los presentes datos preclínicos de seguridad cardiaca apuntan a la necesidad de reevaluar la relación riesgo-beneficio de las vacunas contra el SRAS-Cov-2 basadas en ARN, dados los indicios de su cardiotoxicidad», escribieron los autores.
Las anomalías cardiacas mostradas en las células, probablemente causadas por la alteración del RyR2 y el aumento de los niveles de proteína PKA, «son factores de riesgo de muerte súbita cardiaca, taquiarritmias ventriculares y disfunción contráctil», añadieron.
«Es muy preocupante», sobre todo porque las alteraciones del receptor RyR2 están directamente relacionadas con la muerte súbita cardiaca, afirma McCullough. «El patrón que estamos viendo es que las personas toman la vacuna y mueren durante el ejercicio, o mueren entre las 3 a.m. y las 6 a.m. -de nuevo, donde hay un aumento de catecolaminas o estrés en el cuerpo».
Por qué cada una de las vacunas de ARNm induce anomalías diferentes
McCullough añadió que las diferentes vías afectadas por las dos vacunas sugieren cierta toxicidad celular subyacente a los códigos del ARNm, ya que las vacunas de Moderna y Pfizer tienen diferentes códigos de ARNm, pero ambas producen la misma proteína de espiga.
Si las dos vacunas provocaran una respuesta similar, eso podría sugerir que la mayoría de los acontecimientos adversos fueron impulsados por las proteínas de espiga producidas por las instrucciones del ARNm. Sin embargo, el hecho de que las vacunas de Moderna y Pfizer indujeran anomalías cardiacas distintas podría sugerir una toxicidad del propio ARNm.
«Es posible que sea la mecánica de forzar a las células del músculo cardiaco a producir una proteína anormal lo que está cambiando la función de las células del músculo cardiaco, y mi preocupación es que si lo hace con estas vacunas de ARN mensajero, es muy probable que las vacunas de ARNm de la gripe y el VRS y las otras en desarrollo tengan toxicidad cardiaca», dijo McCullough.
Otros estudios que indican la toxicidad del ARNm COVID-19
Este artículo es uno de los muchos que han puesto de manifiesto los efectos cardiotóxicos de las vacunas de ARNm.
Un estudio japonés publicado en septiembre examinó los escáneres PET de 1000 personas que necesitaban imágenes médicas por una razón no relacionada con la miocarditis. Los autores compararon a 303 personas no vacunadas con 700 vacunadas asintomáticas.
En general, las personas vacunadas observaron un cambio en el metabolismo, lo que sugiere una función cardiaca anormal. Normalmente, las células del músculo cardiaco utilizan grasa como combustible, pero los corazones de las personas vacunadas mostraban una mayor dependencia de la 18 fluorodesoxiglucosa, un tipo de glucosa.
El uso de 18 fluorodesoxiglucosa está relacionado con un bajo nivel de oxígeno en la sangre.
Un estudio de Harvard publicado por npj Vaccines también encontró ARNm de COVID-19 en los corazones de personas que habían fallecido en los 30 días siguientes a la administración de la vacuna COVID-19.
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