Este es el séptimo de una serie de artículos escritos por el personal de La Gran Época describiendo los fundamentos de la civilización china y explicando la visión tradicional chino sobre el mundo. La serie examina el curso de la historia de China, mostrando cómo figuras claves ayudaron en la creación de la cultura china inspirada en lo divino. Aquí continuamos con la saga de Yu el Grande, el héroe que venció a la Gran Inundación.
Luego de finalizar su labor a lo largo del Río Amarillo, Yu el Grande dirigió su atención al sur de China, la tierra de los poderosos ríos Huai y Yangzte.
A pesar de haber llegado a los 30 años, Yu seguía soltero. “Si voy a tomar esposas debe haber algún signo auspicioso”, se dijo.
De camino al río Huai, se encontró con un zorro de nueve colas con un reluciente pelaje blanco, “vengo del Estado de Tushan en el sur, justo al lado de la Montaña Tu” dijo la criatura. “El rey tiene dos hijas de gran belleza, talento y virtud. Le gustaría casarse contigo”.
Yu era renuente a confiar en el zorro, pero luego este asumió entonces la forma de un hombre mayor con una fluida barba blanca. “Vine a usted con la imagen de un zorro de nueve colas porque dijo que necesitaba un signo auspicioso antes de casarse”, dijo.
Viendo a este sabio anciano, con su porte divino y recta conducta, Yu reconsideró. ¿No reflejaban las nueve colas del zorro una naturaleza Yang recta? ¿No revestían un aire real? Él aceptó la petición y se casó con las hijas del rey, Nü Jiao y Nü You.
De todas formas, no perdió de vista sus responsabilidades. Cuatro días después del matrimonio, regresó a controlar las inundaciones.
Yu pasa tres veces frente a su hogar
Un famoso símbolo de la dedicación de Yu el Grande a su labor y a su pueblo es la historia de cómo pasó por su casa tres veces sin ser capaz de parar para comer con sus esposas e hijos.
Al dirigir los proyectos de profundizar las tierras bajas del Río Huai y remodelar la Montaña Tu y la Montaña Jing, los lugareños le dieron la bienvenida con festividades. Luego de asistir brevemente a estas, regresó a los terrenos de construcción a lo largo del río Huai en vez de retornar a casa.
La construcción fue exitosa y la región de las tierras bajas del río se hizo fértil y próspera.
Más tarde, mientras Yu viajaba al estado de Yang pasó por la puerta de su hogar para oír el llanto de su bebé. Pero no hubo tiempo de frenar y siguió el camino.
La tercera vez, un lugareño de la Montaña Tu, le dijo a Yu cuán feliz estaba su esposa Nü Jiao, al escuchar que pasaría por la zona y que esperaba su visita con ansias. No obstante, Yu estaba colmado de trabajo y no pudo ir a su encuentro. Ella estuvo parada sosteniendo a su hijo, en una gran peña con vista al recorrido de su esposo, a lo largo de su camino para controlar las aguas.
Se dice que hay una peña llamada Wangfu y que es donde Nü Jiao estuvo parada, esperando a su esposo.
Yu el Grande toma la forma de un dragón
Entre la Montaña Taishi y la Montaña Shaoshi, en lo que hoy es la provincia de Henan, se sitúa el paso estratégico de Huanyuan. Como una gran cantidad de agua estaba atascada detrás de este paso, Yu el Grande se encargó personalmente de ensancharlo.
Sin embargo, luego de avanzar un poco, se encontró con que la roca se volvió impenetrablemente dura. Tomó un hacha, un tambor y gritó una orden a sus subordinados: “mientras perforo la montaña, nadie puede interrumpirme” dijo. “Pueden venir sólo cuando toque el tambor”.
En ese momento, sus subordinados le informaron que sus esposas Nü You y Nü Jiao habían llegado a visitarlo. Esto le sorprendió, especialmente teniendo en cuenta que Nü You estaba a punto de dar a luz. “Espérenme aquí y vendré al finalizar todo” dijo Yu.
Al mediodía, las dos mujeres escucharon el sonido de su tambor. Fueron del brazo a ver cómo había resultado la labor, pero en vez de su marido, en la cueva había un majestuoso dragón amarillo haciendo añicos la sólida roca.
Yu había tomado una forma divina para completar la tarea sobrehumana y, completamente absorto en su trabajo, tocó el tambor por accidente al sacudir su cola.
Al ver esta impresionante y al mismo tiempo, impactante escena, las esposas de Yu huyeron por la montaña.
Rectificación del Río Yangtze
Habiendo terminado con el estado Jing y con el paso de Huanyuan, Yu siguió su viaje hasta el enorme estado de Liang. Esta región cubría cerca de 700.00 millas cuadradas y estaba centrada en lo que ahora es la provincia de Sichuan, al sudeste de China. Complejos afluentes rodeados de montañas caracterizan las partes altas del Río Yangtze, que corría justo a través del estado.
En medio del caos de la inundación, era difícil para Yu establecer y liberar vías fluviales. El punto clave estaba en las Tres Gargantas, ubicadas en los tramos en la mitad del Yangtze.
En ese tiempo, las vastas montañas de Wu estaban en el área, bloqueando las aguas del Yangtze que fluían hacia el este. La roca era dura e impasible, así que Yu pidió ayuda a Madam Yun Hua, la hija de la Señora Madre Reina del Oeste. La diosa desplegó sus poderes divinos, usando truenos y rayos para golpear las montañas y aflojar la roca hasta que pudiera ser trabajada por manos humanas.
Yu entonces mandó a sus hombres a despejar las Tres Gargantas y la inundación comenzó a vaciarse aguas abajo hacia el Océano Pacífico.
Mientras el agua liberada de las Tres Gargantas fluía a los largo de las partes bajas del Yangtze, formó cuatro lagos, Dongting, Poyang, Hongze y Chao. El curso del río moderno fue establecido.
Curiosamente, puede que los legendarios actos de Yu el Grande tengan una base geológica. El río Yangtze toma un atajo por la garganta Xiling, a través del eje central del anticlinal Huangling , lo que sugiere que una vez hubo montañas donde están las Tres Gargantas, como las que conocemos en la actualidad.
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