El senador Mike Lee (R-Utah) no esperaba causar un alboroto nacional cuando dijo casualmente durante una conversación nocturna el 8 de noviembre con Charlie Kirk, de Turning Point USA, que el vicepresidente electo JD Vance también podría ser el nuevo líder de la mayoría del Senado.
Unas horas más tarde, Kirk compartió el comentario de Lee con el empresario de medios Glenn Beck en su programa BlazeTV y señaló un oscuro precedente para la idea desde los primeros días de la nación.
«John Adams presidió el Senado de EE. UU. como líder de la Mayoría del Senado hace 200 años como vicepresidente de Estados Unidos. Creo que JD Vance debería ser presidente del Senado y convertirse en Líder de la Mayoría del Senado. Al senador Mike Lee se le ocurrió esto en una llamada telefónica suya anoche a la una de la madrugada, y me tenía en ‘hola'», dijo Kirk a Beck.
Al oír la idea, Beck dijo: «Me encanta, me encanta. El otro día dije que no sabía si era posible con JD, pero que sería fantástico».
Beck escribió en un posteo del 8 de noviembre en X con un clip de su intercambio con Kirk que «esto cambiaría COMPLETAMENTE las cosas en Washington». A última hora del lunes, el clip había atraído más de 4.7 millones de visitas, 25,000 reposteos y más de 4000 comentarios.
«Lo que estaba tratando de decir no es que él sería el líder electo de la mayoría per se, sino que cualquier vicepresidente —especialmente uno del mismo partido que controla el Senado— podría terminar como el líder de facto del partido mayoritario», dijo Lee a The Epoch Times en una entrevista el 9 de noviembre mientras continuaba el alboroto nacional.
La Constitución de EE. UU. asigna al vicepresidente el papel de presidente del Senado.
Según Hans von Spakovsky, de la conservadora Heritage Foundation, el argumento de Lee de que Vance podría actuar como líder de facto del Partido Republicano en el Senado y, al mismo tiempo, cumplir sus obligaciones constitucionales como presidente de la cámara alta, es admisible según la Constitución.
«Un vicepresidente asertivo tiene la capacidad de ejercer una gran influencia sobre lo que ocurre en el Senado si su partido es mayoritario y cuenta con la cooperación y la ayuda del líder nominal de la mayoría. Pero es una cuestión de política interna dentro de la bancada del Partido Republicano si un vicepresidente puede funcionar como líder efectivo de la mayoría», declaró von Spakovsky a The Epoch Times.
Si Vance, o cualquier otro vicepresidente en ejercicio, tuviera éxito, él o ella, dado su «acceso privilegiado a la información sobre lo que hacen los diversos departamentos del poder ejecutivo… podría ser un líder de la mayoría mucho más poderoso que un senador que sea líder de la mayoría», dijo von Spakovsky.
La principal función del presidente del Senado es presidir la sesión y decidir en caso de empate. La vicepresidenta saliente, Kamala Harris, que perdió ante Trump la semana pasada, ostenta el récord de haber emitido el mayor número de votos de desempate en la historia de Estados Unidos.
Las reglas del Senado también estipulan que, mientras esté literalmente en la silla, controla el pleno del Senado y, trabajando con una mayoría cooperativa, puede determinar efectivamente lo que la cámara alta hace o deja de hacer.
«No sería especialmente divertido que el vicepresidente se inclinara por ello, porque incluiría mucho tedio, pero sigo pensando que se podría sacar mucho provecho de ello», declaró Lee a The Epoch Times.
La observación de Lee llegó en el momento perfecto para atraer la atención nacional porque el expresidente Donald Trump y su compañero de fórmula Vance ganaron las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, y los republicanos, que se hicieron con más de 50 escaños en el Senado, pronto recuperarán el control del Senado cuando se reúna el 119º Congreso el 3 de enero de 2025.
Este miércoles, los miembros del GOP de la cámara alta se reunirán a puerta cerrada en el Capitolio de EE. UU. para elegir por votación secreta al sucesor del líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), el líder del partido en el Congreso que más tiempo lleva en el cargo en la historia moderna de Estados Unidos.
Los senadores Rick Scott, de Florida, John Cornyn, de Texas, y John Thune, de Dakota del Sur, compiten oficialmente por suceder a McConnell, que ha dirigido la conferencia republicana de la cámara alta desde 2007, como líder de la mayoría o de la minoría del Senado.
Scott se enfrentó a McConnell por el puesto hace dos años, pero sólo obtuvo 11 votos. Cornyn fue adjunto de McConnell durante el primer mandato del presidente Donald Trump en la Casa Blanca, mientras que Thune ha sido adjunto de McConnell durante el mandato del presidente Joe Biden en el Despacho Oval.
Los tres candidatos que buscan suceder a McConnell se han comprometido públicamente a apoyar la agenda legislativa de Trump, aunque Thune había dicho que el jefe del Ejecutivo entrante debería «mantenerse al margen» de la carrera por el liderazgo de la mayoría. Trump no ha respaldado a nadie para el puesto.
Los tres candidatos que buscan suceder a McConnell se han comprometido públicamente a apoyar la agenda legislativa de Trump, aunque Thune había dicho que el jefe del Ejecutivo entrante debería «mantenerse al margen» de la carrera por el liderazgo de la mayoría. Trump no ha respaldado a nadie para el puesto.
Lee organizará un foro de candidatos el martes por la noche para dar a Cornyn, Scott y Thune la oportunidad de exponer sus argumentos ante los legisladores asistentes. Con tres candidatos, la primera votación del miércoles eliminará a uno de ellos, y el ganador se determinará en una segunda votación sobre los dos candidatos restantes.
Vance renunció a su escaño en el Senado por Ohio para dejar paso a su sucesor, el senador republicano electo Bernie Moreno, que jurará el cargo cuando se reúna el nuevo Congreso. El vicepresidente electo sólo habrá cumplido dos años del mandato de seis años en el Senado para el que fue elegido en 2022.
Trump y Vance tomarán posesión de sus cargos el 20 de enero.
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