La congresista Cathy McMorris Rodgers (R-Wash.) arremetió contra las subvenciones multimillonarias a la energía verde anunciadas recientemente por la administración Biden, acusando al gobierno de priorizar la agenda verde por encima de los ciudadanos estadounidenses.
El 4 de abril, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU. (EPA) anunció subvenciones por valor de USD 20.000 millones a ocho entidades para «ofrecer soluciones energéticas y climáticas limpias a comunidades de todo Estados Unidos». En un comunicado emitido el jueves, Rodgers criticó las «subvenciones para fondos verdes», afirmando que el gobierno de Biden estaba dando prioridad a «su agenda radical de prisa por lo verde por encima de las necesidades del pueblo estadounidense».
Las subvenciones acabarán beneficiando a «intereses especiales de izquierdas», afirmó. Además, la administración Biden aún no ha explicado cómo estos fondos no beneficiarán a China, que domina la cadena de suministro de la industria de las energías renovables, declaró la legisladora republicana.
Los USD 20,000 millones proceden del Fondo de Reducción de Gases de Efecto Invernadero (GGRF), dotado con USD 27,000 millones y creado en virtud de la Ley de Reducción de la Inflación.
La Sra. Rodgers, presidenta del Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes, pidió al Senado que estudiara la posibilidad de aprobar la legislación republicana HR 1023 —o Ley de Reducción de la Corrupción y los Impuestos Verdes—, que pretende rescindir el GGRF de USD 27,000 millones.
De los USD 20.000 millones, tres entidades recibirán fondos del Fondo Nacional de Inversiones Limpias, dotado con USD 14,000 millones, y cinco recibirán fondos del Acelerador de Inversiones en Comunidades Limpias, dotado con USD 6000 millones.
La EPA afirma que los beneficiarios de los fondos «reducirán o evitarán hasta 40 millones de toneladas métricas de contaminación climática al año».
Por cada dólar de fondos federales recibidos, los ocho beneficiarios de las subvenciones movilizarán casi 7 dólares de capital privado, afirma la agencia.
Más de USD 14,000 millones de los USD 20,000 millones, es decir, el 70 por ciento de las subvenciones, se destinarán a «comunidades desfavorecidas y de bajos ingresos», según la EPA.
El administrador de la EPA, Michael S. Regan, afirmó que los beneficiarios de los fondos «desencadenarán decenas de miles de proyectos de tecnologías limpias, como la instalación de energía solar en pequeñas empresas, la electrificación de viviendas asequibles, la concesión de préstamos para vehículos eléctricos a familias jóvenes y muchos otros».
Los republicanos del comité de Energía y Comercio afirmaron en una entrada del blog del comité del 20 de marzo que el GGRF está maduro para el «despilfarro, el fraude y el abuso», señalando que los USD 27,000 millones son casi tres veces todo el presupuesto asignado para el año fiscal 2023 de la EPA.
Beneficiar a China
Una cuestión clave para los legisladores republicanos es cómo beneficiarán los fondos a China, que «controla los componentes necesarios para las energías renovables».
«Al ordenar tecnologías que dependen totalmente de recursos de China, el Presidente está tomando dólares de los contribuyentes y usándolos para llenar los bolsillos de uno de nuestros mayores adversarios», argumentaron.
«China controla la cadena de suministro de minerales críticos, representando aproximadamente el 60 por ciento de la producción mundial de minerales y materiales de tierras raras. Casi la mitad de la cuota de mercado estadounidense de paneles solares está controlada por China».
Cuando se le preguntó durante una audiencia del comité si la EPA podía garantizar que ninguno de los fondos del GGRF iría a China, un funcionario de la agencia se negó a dar una respuesta clara, afirmando que era «un poco más complicado» que un sí o un no, afirmaba el posteo.
Los republicanos señalan que la EPA no está «bien equipada» para desembolsar eficientemente USD 27,000 millones en fondos, algo que la agencia debe hacer antes de septiembre de 2024.
El Inspector General de la EPA también ha admitido que el rápido calendario podría dar lugar a abusos y despilfarro de los USD 27,000 millones, según el posteo.
«Amiguismo y conflictos» en las subvenciones de la EPA
Protect the Public’s Trust (PPT), una ONG que ya había advertido de que el GGRF tiene «un enorme potencial para el amiguismo y los conflictos», calificó el anuncio de las subvenciones de USD 20,000 millones de la EPA como uno de sus «peores temores» hechos realidad.
Uno de los beneficiarios del fondo es la Coalición por el Capital Verde, que recibe USD 5000 millones de la asignación de USD 20,000 millones de la EPA. PPT señaló que David Hayes, «que al parecer ‘ayudó a desarrollar y aplicar las disposiciones relacionadas con el clima de la IRA [Ley de Reducción de la Inflación]'» forma parte del consejo de la Coalición por el Capital Verde.
Power Forward Communities, que recibe USD 2000 millones, tiene vínculos con Arabella Advisors, «que al parecer gastó USD cientos de millones para ayudar a elegir a Joe Biden», afirmó PPT. El grupo está formado por una coalición de cinco grupos de inversión, entre ellos Rewiring America.
«Rewiring America también cuenta con numerosos exoperativos del Partido Demócrata y grupos de intereses especiales de izquierda, como NARAL [Liga Nacional de Acción por el Derecho al Aborto], MoveOn.org y Media Matters for America, y cuenta con la eterna candidata demócrata a gobernadora de Georgia, Stacy Abrams, en su personal», declaró PPT.
Climate United Fund, al que se han asignado USD 6970 millones, «tiene amplias conexiones con demócratas de todo el país, incluido el expresidente del Partido Demócrata de CA, junto con varios exfuncionarios nombrados por Clinton y Obama».
El GGRF forma parte de la agenda de la administración Biden de transición de Estados Unidos hacia una economía de energía verde, reduciendo el uso de combustibles fósiles en el proceso. Sin embargo, este impulso de la energía verde conlleva un gran coste y puede incluso consumir más recursos que los proyectos equivalentes de combustibles fósiles.
Un informe de 2020 de la Brookings Institution señala que «la generación eólica y solar requiere al menos 10 veces más terreno por unidad de energía producida que las centrales eléctricas de carbón o gas natural, incluido el terreno perturbado para producir y transportar los combustibles fósiles».
«Además, la generación eólica y solar se localiza donde la disponibilidad de recursos es mejor en lugar de donde es más conveniente para las personas y las infraestructuras, ya que su ‘combustible’ no puede transportarse como los combustibles fósiles», señala.
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