Algunos legisladores conservadores de Texas quieren prohibir los libros sexualmente explícitos en las bibliotecas escolares, mientras el gobierno de Biden intenta castigar a un distrito escolar de Texas de tendencia conservadora por retirarlos.
El mes pasado, la Oficina de Derechos Civiles del Departamento de Educación de Estados Unidos inició una investigación sobre el Distrito Escolar Independiente de Granbury (ISD, por sus siglas en inglés) por retirar contenidos sexualizados de las bibliotecas escolares. Los materiales retirados incluían temas LGBT.
La investigación, que se cree que es el primero de su tipo en Texas, se abrió después de la ACLU de Texas presentó una denuncia contra el distrito el 8 de julio de 2022. Es el último esfuerzo de la Administración Biden para prohibir la eliminación de materiales LGBT a través de las protecciones previstas en las directrices federales contra la discriminación.
Título IX es el nombre común utilizado para una ley federal de derechos civiles promulgada en 1972. Prohíbe la discriminación por razón de sexo en las escuelas o programas relacionados con la educación que reciben financiación federal. El gobierno de Biden afirma que las protecciones se extienden para incluir la identidad de género y la orientación sexual.
Los legisladores progresistas afirman que la retirada de material LGBT de las bibliotecas escolares K-12 discrimina a los estudiantes LGBT, que deberían estar protegidos por el Título IX. Los estados liderados por los conservadores, como Texas y Florida, han rechazado esa afirmación.
Cambiar las leyes
Para tratar de abordar el problema del «material o conducta obscena o perjudicial en las escuelas», los legisladores republicanos de Texas presentaron ocho proyectos de ley para la sesión legislativa de 2023 que comenzó el 10 de enero.
Siete proyectos de ley atacan el problema proponiendo cambios en el Código Penal de Texas, que prohíbe la «venta, distribución o exhibición de material nocivo» a menores a menos que exista una justificación «científica, educativa, gubernamental u otra similar».
Los proyectos de ley propuestos eliminarían o revisarían la justificación educativa y científica para mostrar material nocivo a menores, allanando el camino para la imputación de delitos menores a los directivos escolares que permitan material obsceno en las escuelas.
La ley de Texas define el «material nocivo» como contenido con un tema dominante que apela al interés lascivo de un menor por «el sexo, la desnudez o la excreción» y que es manifiestamente ofensivo para los estándares imperantes en la comunidad adulta, en su conjunto, y carece de cualquier valor social redentor para los menores.
Un octavo proyecto de ley patrocinado por los republicanos obligaría a los editores a clasificar el contenido violento y sexual de los libros vendidos a los distritos escolares en función de su adecuación a la edad.
El representante Steve Toth, republicano de Woodlands (Texas), presentó el proyecto de ley HB 111, uno de los siete proyectos de ley sobre obscenidad, después de enfrentarse a su distrito escolar local por los libros sexualmente inapropiados en el Distrito Escolar Independiente de Conroe ISD, como reportó anteriormente The Epoch Times. Él y sus padres presionaron sin éxito para que se retiraran los libros.
Toth dijo a The Epoch Times que Texas seguiría haciendo frente al intento de la Administración Biden de presionar a las escuelas para que acepten una agenda LGBT, a pesar de las investigaciones y amenazas de acciones legales.
«Vamos a abordarlo legislativamente», dijo Toth. El Título IX no ha cambiado, dijo, solo porque el presidente Joe Biden dice que lo ha hecho.
«La Constitución no le da capacidad para hacer eso. No ha habido ningún cambio en el Título IX. No ha habido una decisión histórica que haya pasado por los tribunales».
Investigación federal
La investigación de Granbury comenzó cuando la ACLU de Texas presentó una denuncia basada en una reunión grabada en secreto entre los bibliotecarios del distrito escolar y el superintendente de Granbury, Jeremy Glenn, el pasado mes de enero.
La organización, que promueve los derechos LGBT, alegó que el distrito de Granbury incurrió en discriminación anti-LGBT porque su superintendente, Jeremy Glenn, «negó la existencia de personas transgénero y no binarias» en la reunión.
La queja citó al superintendente diciendo: «Hay dos géneros. Hay masculino y femenino. Y reconozco que hay hombres que se creen mujeres y mujeres que se creen hombres».
La ciencia sostiene que existen dos sexos biológicos: masculino y femenino. En raras ocasiones, los niños nacen intersexuales, con genitales masculinos y femeninos.
Sin embargo, los progresistas promueven la idea de un continuo de género, y de que los nacimientos intersexuales son comunes. Los defensores sostienen que los niños y los adultos pueden cambiar su género mediante el uso de hormonas o la cirugía.
En el audio de 10 minutos grabado en enero de 2022, Glenn dijo a los bibliotecarios que el distrito era conservador y que los miembros del consejo escolar no quieren libros sexualmente explícitos en las bibliotecas escolares.
La queja de la ACLU de Texas citó al superintendente diciendo que «no hay lugar para ello en nuestras bibliotecas», refiriéndose a los materiales sobre cómo convertirse en transgénero. Dijo que Glenn ordenó a los bibliotecarios del distrito a retirar libros sobre «transgénero, LGBTQ» de los estantes del Distrito Escolar Independiente de Granbury.
Sin embargo, la denuncia ACLU utiliza citas estratégicas y omitió el contexto completo de lo que dijo Glenn, de acuerdo con la grabación de audio revisada por The Epoch Times. El superintendente señaló que no quería libros en las bibliotecas del distrito sobre «cómo convertirse en transgénero o sexo».
En la grabación, se escucha a Glenn decir que «la transexualidad, LGBTQ y el sexo-sexualidad en los libros» debían ser retirados de las bibliotecas escolares. También se oye a Glenn decir a los bibliotecarios que Granbury «iba a ser conservadora», independientemente de sus creencias personales.
Glenn también se refiere a un libro que, según él, tiene una «portada provocativa», y cuenta la aparente vergüenza de una compañera cuando le vio reseñando el libro.
«Y la cuestión es que una niña de 14 años no tiene por qué tomar el libro en nuestra biblioteca y leerlo», se oye decir a Glenn en la grabación a los bibliotecarios presentes en la reunión.
También comentó durante la reunión un título titulado «This Book is Gay», que los padres de otros distritos escolares de Texas pretenden retirar de las escuelas. El libro proporciona instrucciones paso a paso sobre cómo tener sexo gay y utilizar aplicaciones sexuales para encontrar pareja.
«No quiero que un niño tome un libro, ya sea sobre homosexualidad o heterosexualidad, y lea sobre cómo conectarse sexualmente en nuestras bibliotecas», se escucha decir a Glenn en la grabación.
Glenn no respondió a las peticiones de comentarios de The Epoch Times.
La ACLU de Texas causó controversia durante el verano durante un consejo escolar de formación en el que presentó el Título IX de la Administración Biden orientación sobre los derechos de los transexuales y LGBT como un hecho. La ACLU advirtió a los distritos que los que discriminan a los estudiantes LGBT podrían enfrentar litigios.
Desde entonces, la ACLU de Texas ha presentado denuncias ante el Departamento de Educación de EE. UU. en varios distritos escolares de Texas sobre los derechos de los transexuales, y ahora los libros de la biblioteca.
La organización, que defiende posiciones progresistas, presentó una queja contra el Distrito Escolar Independiente de Frisco el 21 de noviembre de 2022, diciendo que la política sobre los baños del distrito discriminaba a los estudiantes transgénero basándose en el Título IX.
La política del distrito dice que los estudiantes deben usar los baños en base a su sexo biológico. Sin embargo, el distrito empleó una laguna en su política para decir que los estudiantes transgénero podrían usar el baño de su género elegido, si piden y reciben «una acomodación».
Confusión sobre el Título IX
No se ha resuelto ningún caso definitivo relativo a las protecciones del Título IX para los alumnos transexuales, y los tribunales se han pronunciado tanto a favor como en contra de las directrices de la Administración Biden.
Los conservadores de Florida aplaudieron una sentencia del 30 de diciembre en el Tribunal de Apelaciones del 11º Circuito de EE. UU. que confirmó una ley respaldada por el gobernador de Florida, el republicano Ron DeSantis.
El tribunal con sede en Atlanta dictaminó 7-4 que la Junta Escolar del Condado de St. Johns en Florida no violó el Título IX al prohibir a una estudiante biológicamente femenina, que vive como un niño transgénero, usar un baño de varones.
Escribiendo para la mayoría, la juez Barbara Lagoa sostuvo que la política de baños de la junta escolar «avanza el importante objetivo gubernamental de proteger la privacidad de los estudiantes en los baños de la escuela».
Lagoa escribió que una política podía clasificar legalmente en función del sexo biológico sin discriminar ilegalmente por la condición de transgénero.
El Tribunal de Apelación del 4º Circuito de EE. UU. interpretó la ley de otra manera.
Los jueces dictaminaron que la política de baños de las escuelas del condado de Gloucester, en Virginia, infringía el Título IX al restringir el acceso a los baños masculinos a los varones biológicos.
En esa decisión por 2-1, los jueces del 4º Circuito afirmaron que su fallo estaba en consonancia con una decisión de la Corte Suprema de EE. UU. que afirmaba que las personas LGBT están protegidas por una ley federal que prohíbe la discriminación en el trabajo.
Los jueces se referían a la histórica sentencia del caso Bostock contra el condado de Clayton. En ese fallo, los jueces dijeron que el Título VII protege a los empleados de ser despedidos de sus puestos de trabajo debido a su orientación sexual o identidad de género. El Título VII establece que los empleadores no pueden discriminar por motivos de raza, color, religión, sexo u origen nacional.
El proyecto de ley de Texas es similar a una medida propuesta para 2023 en Oklahoma. Durante las sesiones de 2022, los legisladores de Florida, Misuri, Tennessee y Utah aprobaron proyectos de ley que prohíben los libros sexualmente explícitos en las bibliotecas escolares.
Con información de Nanette Holt y John Haughey.
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