Varios destacados legisladores republicanos mantuvieron conversaciones con la Casa Blanca sobre cómo impedir legalmente la certificación de las elecciones de 2020 por la preocupación de que se produjera un fraude electoral, según el testimonio de un exmiembro de la Casa Blanca.
En las semanas previas a la certificación de las elecciones de 2020 en la Cámara de Representantes, muchos republicanos siguieron expresando su preocupación por la posibilidad de que los resultados se vieran influidos por el fraude electoral.
Según el testimonio de Cassidy Hutchinson, un exmiembro del gabinete del presidente Donald Trump, los representantes Jim Jordan (R-Ohio), Matt Gaetz (R-Fla.), Scott Perry (R-Pa.), Louie Gohmert (R-Texas), y otros miembros del Caucus de la Libertad de la Cámara se reunieron con el jefe del gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, para discutir formas de retener la certificación de los votos electorales estatales en la Cámara.
Una de las principales estrategias que discutieron fue hacer que el vicepresidente Mike Pence se negara a aceptar los votos de los estados indecisos en los que los resultados fueran impugnados, incluyendo estados como Pensilvania, Michigan y Arizona.
Según las directrices de la duodécima enmienda, el vicepresidente, que ejerce de presidente del Senado, desempeña un papel ambiguo y muy discutido en la certificación final de las elecciones al abrir los resultados de los estados para su recuento.
«El presidente del Senado, en presencia del Senado y de la Cámara de Representantes, abrirá todas las actas y entonces se contarán los votos», dice el texto de la Constitución.
Según Hutchinson, varios legisladores del Partido Republicano tuvieron reuniones a puerta cerrada con los asesores de la Casa Blanca para discutir la viabilidad de que Pence retrasara la certificación. Jordan, añadió Hutchinson, «marcaba en las reuniones con frecuencia» por teléfono para discutir el plan.
«Ellos pensaban que él tenía la autoridad para —perdóneme si mi expresión no es correcta en esto, pero— devolver los votos a los Estados o los electores a los Estados», dijo Hutchinson, según una transcripción parcial de su testimonio del 7 de marzo (pdf), que se hizo pública el 22 de abril.
Finalmente, Pence no devolvió ningún resultado a los estados, a pesar de los persistentes esfuerzos de algunos legisladores por presionarlo para que lo hiciera, allanando el camino para que Joe Biden fuera certificado oficialmente como presidente por el Congreso.
En los mensajes de texto revelados por la comisión del 6 de enero, los investigadores del Congreso sugirieron que los esfuerzos para influir en Pence habían continuado hasta el día de la certificación.
«He presionado para ello. No estoy seguro de que vaya a ocurrir», envió Meadows un mensaje de texto a Jordan en la mañana del 6 de enero de 2021.
La cuestión legal que subyace a los esfuerzos por retrasar la certificación a través del vicepresidente sigue siendo controvertida.
Los demócratas y otros opositores han dicho que el poder del vicepresidente para abrir las listas electorales es solo «ceremonial», y han acusado a los partidarios del GOP de tratar de secuestrar el poder. Los partidarios del plan han dicho que la estrategia, aunque poco común, estaba totalmente dentro de los límites de la Constitución.
Sin embargo, los expertos legales siguen divididos sobre si la estrategia era incluso practicable bajo los límites de la 12ª enmienda.
Varios de los implicados en los esfuerzos, incluidos Meadows, Jordan y Perry, han sido citados en el pasado ante el comité del 6 de enero, pero cada uno de ellos rechazó la citación, citando la preocupación de que la investigación fuera parcial.
Meadows accedió en un principio a algunas solicitudes de documentos de la comisión, pero más tarde cortó los lazos con ella, alegando su derecho al privilegio ejecutivo como miembro de la Casa Blanca. El litigio sobre esta alegación está en curso.
Los líderes de la comisión del 6 de enero han pedido a Meadows que aumente su cooperación con la investigación a raíz de las acusaciones de Hutchinson.
«Es esencial que el pueblo estadounidense comprenda plenamente el papel del Sr. Meadows en los acontecimientos anteriores, durante y después del 6 de enero», dijeron en una declaración escrita el presidente Bennie Thompson (D-Miss.) y la vicepresidenta Liz Cheney (R-Wyo.).
Meadows y otros legisladores implicados en los mensajes no estaban disponibles inmediatamente para hacer comentarios.
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