El LS es un modelo importante para Lexus. Quien se interese por saber los orígenes de la marca y consulte una enciclopedia online como Wikipedia (no estoy seguro de que se impriman enciclopedias en papel estos días) descubrirá que la división de lujo de Toyota surgió con un proyecto desarrollado en secreto con nombre F1, a principios de la década de los ochenta. Justo al final de esa década, en 1989, el mundo conoció al primer Lexus LS, y el resto es historia.
Lexus ha crecido y se ha diversificado, pero sigue siendo el LS el “flagship” o buque insignia de la marca nipona. Entre sus competidores no sobresale por ser el más ágil o el de mejor tecnología, pero mirado en su conjunto, el Lexus LS 500 aún retiene atractivos que le permiten sostener la autoridad ganada entre los grandes sedanes de lujo.
Desde afuera y por dentro
Las dimensiones de este auto son vastas, y con tanto volumen es casi imposible no diseñar un auto atrayente, sobre todo en la versión que probamos, F Sport. Visualmente no ha cambiado mucho del modelo introducido poco más de tres años atrás en el estreno de su quinta generación, aunque sí se han intercalado sutiles cambios este año.
El aspecto elegante y elongado del sedán se refina con nuevos faros LED apilados verticalmente, los mismos que se estrenaron en el Lexus RX. Las molduras cromadas son abundantes y le proporcionan un aspecto pulido. La versión F Sport con neumáticos más grandes y entradas de aire frontales realzan el conjunto, beneficiado también por el nuevo diseño del parachoques delantero que acentúa las líneas verticales en las esquinas.
El interior es prácticamente el mismo del pasado año, y Lexus cumple con las expectativas que tendría un comprador, considerando el precio del LS 500. Este es el vehículo más opulento que fabrica Lexus, por lo que la ya acostumbrada calidad de fabricación y ensamblaje y la calidad de materiales aquí se maximizan. La cabina está adornada con pieles de felpa y detalles en madera auténtica, y en algunos modelos encontrará cuero acolchado en los paneles de las puertas e inserciones de vidrio Kiriko japonés.
El buque insignia de Lexus no puede escatimar en comodidad. Los asientos delanteros son lugar ideal para acomodarse con 16 ajustes eléctricos para conductor y acompañante, así como calefacción y ventilación. Opcionalmente puede agregar masaje y 12 ajustes más para un total de 28. Quien no encuentre una posición cómoda aquí debe visitar un quiropráctico.
Los asientos traseros no quedan rezagados. Hay opciones de hasta 22 ajustes, masaje y calefacción. Para estirar las piernas tiene 39 pulgadas a su disposición y un reposapiés también disponible.
Equipamiento y seguridad
Lexus ha puesto a nuestra disposición un calmante para los dolores de cabeza que, por años, ha provocado su sistema de información y entretenimiento, únicamente controlado por una almohadilla parecida a la de una computadora portátil, que resultó ser más escurridiza que una ardilla con rabia.
El alivio llega en forma de una pantalla táctil de 12.3 pulgadas que, colocada a prudencial distancia del conductor, nos permite operar el sistema más eficientemente. Se agradece la mejora, pero si bien el sistema de información y entretenimiento es más fácil de usar, el software que lo opera aún está desactualizado en comparación con sistemas más modernos de los rivales. Lexus tampoco mejora la complicada estructura y pobre diseño de los menús, por lo que el tiempo que necesitará para “dominar” este sistema va a ser muy superior al requerido en otros autos.
Por suerte, Android Auto, Apple CarPlay, Amazon Alexa y un punto de acceso wifi vienen de forma estándar, pero extrañamos la ya extendida opción de conexiones a estas aplicaciones de forma inalámbrica en muchos de sus rivales. Tampoco encontramos aquí un cargador inalámbrico para teléfonos.
Lexus y Toyota en general son dadivosos a la hora de dotar sus autos con prestaciones de seguridad, y esto siempre se agradece. Una lista tan copiosa de ayudas de seguridad como la que exhibe el LS 500 costaría una buena cantidad adicional en competidores como Mercedes Benz.
Dejan solo disponible con costo adicional el sistema de cámaras en 360 grados, el asistente para mantenerse en el carril, alerta de tráfico cruzando al frente o el HUD o pantalla de visualización frontal.
La mayoría de los sistemas incluidos en la suite Lexus Safety System+ 2.0 trabajan con eficiencia, aunque el sistema de conducción semi autónoma me resultó demasiando “nervioso” para mantenerlo activado por mucho tiempo. Las correcciones en el volante son constantes y más bruscas de lo que me gustaría tolerar.
En la carretera
El motor estándar en el LS es un V-6 de 3.4 litros y doble turbo que entrega 416 caballos de potencia. Es un motor bastante refinado y potente cuando se acelera a fondo, y acopla muy bien con la transmisión automática de 10 velocidades que, gracias a su nueva programación, produce cambios rápidos y acertados.
Algunos quizá lamenten la ausencia del anterior motor de V8, pero los tiempos cambian y los cilindros desaparecen. Como consuelo les aseguro que, a pesar de su peso, este gran sedán se desplaza con suficiente agilidad, sobre todo si se opera en posición de manejo Sport o Sport+. Aunque algunos rivales alemanes ostentan más vigor, 416 caballos es la potencia más alta para un motor de entrada en su clase.
Los modelos con la insignia LS500h cuentan con un tren motor híbrido que usa un V-6 de 3.5 litros y dos motores eléctricos para generar 354 caballos de fuerza.
La suspensión variable adaptativa es estándar y el paseo es bastante compuesto, sosegado y silencioso. Se notan algunos cambios introducidos este año, que, aunque pequeños, sí resultan en una mejor calidad de manejo. El LS obtiene la nueva Driving Signature de Lexus, lo que significa que los ingenieros ajustaron la suspensión y el chasis para perfeccionar la experiencia de conducción. No es un viaje deportivo. Dista de serlo, aunque tiene el modo de manejo Sport +, que endurece bastante la suspensión y tensa en algo la dirección. Colocado en esta posición de manejo también se activa una nota de escape más fuerte.
Con tracción trasera es estándar y el LS 500 2021 obtiene un estimado de 18 mpg (millas por galón) en ciudad y 29 mpg en carretera, que serían 13 u 8.11 litros cada 100 kilómetros respectivamente. Esas cifras están a la par con esta clase de autos. El modelo híbrido LS 500 h obtiene un promedio de 29 millas por galón.
Para escoger
El Lexus LS 2021 viene en tres versiones: LS 500, LS 500 F Sport y LS 500 h híbrido. El modelo básico LS 500 trae precio de $76,000, que es el más bajo para su clase. Aunque por ese precio viene bien equipado, hay paquetes adicionales que podría considerar. Van desde el Paquete de mejoras del interior por $3,730, hasta el Paquete Ejecutivo por $17,630.
La versión LS F Sport como la de nuestra prueba comienza en los $79,600. El motor y la transmisión son los mismos para los dos, por lo que recomendamos el LS 500, algo más barato, pues viene bien equipado por ese precio.
La competencia llega sobre todo de Alemania, en forma del Mercedes S Class, BMW 7 Series o el Audi A8. Los coreanos también están plantando cara con Genesis, especialmente el impresionante G90 que reseñamos hace algún tiempo aquí.
Concluyendo
Los méritos “históricos” del LS son reconocidos, pero la notoria circunspección del fabricante japonés hace daño cuando comparamos sus habilidades con modelos más recientes de la competencia. Los cambios y mejoras llegan calmados, muchas veces a cuentagotas y tardíos, en un mundo donde la tecnología evoluciona estrepitosamente.
Quienes busquen un sedán cómodo y ultra lujoso y puedan soslayar algunos achaques tecnológicos, el Lexus LS 500 sigue siendo una proposición a contemplar.
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