Una nueva ley que entrará en vigor en Indiana el 1 de enero de 2021, requerirá que las mujeres embarazadas que deseen abortar se hagan un ultrasonido, al menos 18 horas antes de someterse al procedimiento, anunció el fiscal general Curtis Hill, en Twitter.
«Para las mujeres que consideren abortar, los ultrasonidos son una parte importante de la asesoría de consentimiento informado. Cualquier persona interesada en proteger la salud de las mujeres, incluyendo su salud mental, debe apoyar el darles tanta información como sea posible para ayudarles en su toma de decisiones», escribió Hill el 31 de diciembre.
«Esta nueva ley sirve para empoderar a las mujeres con conocimiento», añadió.
La ley fue aprobada en 2016 por la Legislatura dominada por los republicanos y firmada por el entonces gobernador Mike Pence (R), pero solo unos meses después, en julio, Planned Parenthood demandó a Indiana, diciendo que la ley pondría una carga excesiva sobre el paciente y evitaría que algunas mujeres se hicieran abortos.
Hill argumentó que le da a las mujeres tiempo para reflexionar sobre una decisión trascendental de la vida.
La mujer puede negarse por escrito a ver la imagen de ultrasonido o a escuchar los latidos del corazón, según Indy Star.
En abril de 2017, la ley fue anulada por la jueza de distrito de EE.UU. Tanya Walton Pratt, quien emitió una orden preliminar. Sin embargo, Hill apeló y el 2 de julio la Corte Suprema de Estados Unidos ordenó que el caso volviera a la corte federal de apelaciones para ser escuchado nuevamente.
Finalmente, en agosto de 2020, Planned Parenthood retiró su demanda contra el estado y acordó que la orden judicial preliminar fuera anulada el 1 de enero y que la demanda quede desestimada.
Según el acuerdo, la decisión se atribuye en parte a «eventos que ocurrieron en los más de tres años desde que este tribunal dictó la orden judicial preliminar», incluyendo la adición por parte de Planned Parenthood de una máquina de ultrasonido en su clínica de Fort Wayne.
«Mi oficina defendió con éxito un alegato contra esta ley, a favor de Planned Parenthood, quien retiró la demanda contra el estado a cambio del acuerdo del estado de abstenerse de hacer cumplir la ley hasta el 2021, dando tiempo a las clínicas para capacitar al personal en el uso adecuado del equipo de ultrasonido», dijo Hill el jueves.
«Mantuvimos la línea en nuestro compromiso de respetar la salud de las mujeres y la santidad de la vida humana. Planned Parenthood se retiró porque vio la probabilidad de que perderían su demanda si persistían en luchar contra la muy razonable y bien fundamentada ley de Indiana».
A pesar del acuerdo, Planned Parenthood de Indiana y Kentucky aún dicen que se oponen a la nueva ley.
«Esta ley médicamente innecesaria aprobada por el estado solo pretende avergonzar, estigmatizar y restringir el acceso al aborto, pero afortunadamente somos capaces de mantener el mismo nivel de acceso al cuidado de los pacientes y cumplir con esta ley médicamente innecesaria», dijo la compañía en una declaración a la afiliada de ABC WHAS 11.
«La carga recae sobre los miembros más vulnerables de nuestra comunidad. Las mujeres de color ya soportan la mayor parte de las restricciones innecesarias al aborto y pueden enfrentarse a mayores barreras para obtener la atención del aborto que necesitan», continuó la declaración.
«Las mujeres embarazadas que ya están luchando por sobrevivir a esta pandemia se ven obligadas a cumplir con los períodos de espera obligatorios que requieren múltiples viajes a un centro de salud, lo que las pone a ellas y a sus proveedores de atención médica en un mayor riesgo de exposición al COVID-19».
El aborto sigue siendo legal en los 50 estados de Estados Unidos.
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