Liberación de presos políticos en Nicaragua se debe a crisis económica, dice Humberto Ortega

Por Alicia Marquez
20 de febrero de 2023 4:08 PM Actualizado: 20 de febrero de 2023 4:55 PM

En una reciente entrevista con CNN, el fundador del Ejército Popular Sandinista y hermano de Daniel Ortega, Humberto Ortega, dijo que la liberación de 222 prisioneros políticos nicaragüenses se debe a una crisis económica en el país.

El gobierno de EE. UU. y el régimen de Ortega han insistido que la liberación de los prisioneros políticos se debió a una decisión “unilateral” del régimen, algo que el general retirado considera que fue posible luego de acuerdos entre la administración Biden y la dictadura sandinista.

“Queda claro que esto fue producto de unos intercambios, y que lógicamente, al haber intercambios se está dialogando y se llegó a un acuerdo muy específico sobre el modus operandi de liberar a estos presos”, dijo Ortega al periodista Andrés Oppenheimer de CNN.

Aunque resaltó que el régimen de Ortega igual toma sus decisiones de forma “soberana”, el excomandante sandinista dijo “no concebir” la idea de que esta decisión sucediera sin un acuerdo previo entre Estados Unidos y Nicaragua “para poder llevar a la realidad semejante paso trascendente”.

Dijo, además, que su hermano decidió liberar a los prisioneros políticos a raíz de una agudización de la crisis económica que atraviesa Nicaragua como consecuencia de la crisis social del 2018 tras los movimientos sociales y el contexto internacional.

“Todos los fondos que él ha logrado tener en los últimos quinquenios (…) se han achicado, y tienen bien comprimida la economía y la macroeconomía. Y lógicamente que la única manera de seguir recibiendo fondos, es a través de resolver los problemas políticos, no hay otra”, añadió.

Ortega también consideró que la liberación de los prisioneros políticos cerró una «coyuntura política» a raíz de las marchas de abril del 2018 y abre otra de cara a unas posibles elecciones en el 2026.

“Esta coyuntura tiene su meta en las elecciones de 2026. La coyuntura que ahora hay que resolver es la de las elecciones presidenciales de 2026, en donde Nicaragua entre a un proceso totalmente diferente al que teníamos desde el 2018 hasta ese momento», dijo.

Al ser preguntado cómo se podría planear unas elecciones legítimas con líderes opositores exiliados, más de mil ONGs cerradas y los medios de comunicación censurados, Ortega respondió que en este momento no podría haber elecciones.

“Ni la oposición está preparada para ir a las elecciones, aún y cuando le quitaran esos impedimentos, ni el gobierno en sus negociaciones que considera que tiene que impulsar». «La meta va a ser una negociación, que va a ser complicada, dura y siempre con presión de un lado y otro”.

Estas declaraciones sobre el futuro de Nicaragua y las elecciones de 2026 fueron criticadas por activistas y organizaciones sociales.

El activista y miembro de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) Douglas Castro dijo que Humberto Ortega no tocó lo que «realmente está de fondo en la discusión sobre el futuro de Nicaragua», diciendo que “es más probable una sucesión autoritaria, en este caso dinástica, que una transición democrática”.

“Humberto es más un factor de estabilización y cierta racionalidad para esa sucesión autoritaria que para una transición democrática. De hecho, su papel en la transición democrática de 1990 fue el de sembrar las bases para su futuro colapso”, añadió.

En cuanto a las declaraciones del excombatiente sobre las elecciones de 2026, señaló que “Humberto sabe, aunque no lo diga, que por más debilitada y no preparada que esté la oposición, el repudio a la dictadura es tan alto que es imposible que pueda ganar unas elecciones mínimamente competitivas”.

“Recordemos que entre los presos políticos hay muchas personas que tienen índices de aprobación superiores al tirano y que muchos de ellos fácilmente podrían ganarle una contienda electoral”, cotinuó.

“Aunque Humberto valore muy positivo el paso de excarcelar a los 222 presos políticos, no menciona que eso se borró con el destierro y confiscación de estos”, añadió.

Respecto al caso del obispo Rolando Álvarez, quien fue condenado a 26 años de prisión y despojado de su nacionalidad, el hermano de Ortega consideró que el líder sandinista respondió de una manera “precipitada”.

“El obispo Álvarez es un hombre serio, consecuente y lo está demostrando”, dijo. “Realmente el gobierno no quería que se quedara, y por eso es que responde de una manera tan precipitada atropellando la ley, la metodología, los procedimientos técnicos—pues lo condenan”.

Consideró que el régimen debe corregir las acciones contra Álvarez, “porque no le conviene ahondar un choque con el sentimiento cristiano de todos los cristianos en Nicaragua y América Latina que es muy cristiana”.

Con información de VOA. 

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