FORT LAUDERDALE, Florida — Una mujer que se declaró culpable de vestirse de payaso y asesinar en 1990 a la esposa de un hombre con el que más tarde se casó fue puesta en libertad el sábado, dando fin a un caso que resultó extraño incluso para los estándares de Florida.
Sheila Keen-Warren, de 61 años, fue puesta en libertad 18 meses después de declararse culpable de asesinato en segundo grado por el asesinato con disparos de Marlene Warren, según consta en los registros del Departamento Correccional de Florida. El acuerdo de culpabilidad se produjo poco antes que comenzara el juicio.
Keen-Warren, que mantuvo su inocencia incluso después de declararse culpable, fue condenada a 12 años de prisión. Pero estuvo bajo custodia durante siete años desde su arresto en 2017, y la ley de Florida en 1990 permitía un crédito significativo por buen comportamiento. Se esperaba que saliera en libertad en un período aproximado de dos años.
«Sheila Keen-Warren siempre será una asesina convicta confesa y llevará esa mancha todos los días del resto de su vida», dijo el fiscal del estado del condado de Palm Beach, Dave Aronberg, en un comunicado el sábado.
Greg Rosenfeld, el abogado de Keen-Warren, declaró que ella solo aceptó el acuerdo porque saldría en libertad en menos de dos años y que se enfrentaba a una cadena perpetua si era declarada culpable en el juicio.
«Estamos absolutamente encantados que la Sra. Keen-Warren haya salido de prisión y vuelva con su familia. Como hemos dicho desde el principio, ella no cometió este delito», dijo el sábado en un mensaje de texto.
El hijo de Marlene Warren, Joseph Ahrens, y sus amigos estaban en casa cuando dijeron que una persona vestida de payaso llamó al timbre. Dijo que cuando su madre abrió, el payaso le entregó unos globos. Después que ella respondiera: «Qué bien», el payaso sacó una pistola y le disparó en la cara antes de huir.
Los investigadores del sheriff del condado de Palm Beach sospechaban desde hacía tiempo que Keen-Warren estaba implicada en el asesinato, pero no fue detenida hasta 27 años después, cuando las pruebas de ADN la relacionaron con las pruebas encontradas en el auto en el que se dio a la fuga. Rosenfeld calificó esas pruebas de débiles.
En el momento del tiroteo, Keen-Warren era empleada de Michael, marido de Marlene Warren, en su concesionario de autos usados. Desde 2002, se convirtió en su esposa; con el tiempo se trasladaron a Abingdon, Virginia, donde dirigían un restaurante al otro lado de la frontera de Tennessee.
En 1990, unos testigos declararon a los investigadores que la entonces Sheila Keen y Michael Warren mantenían una relación amorosa, aunque ambos lo negaron.
Con el paso de los años, según los detectives, los empleados de la tienda de disfraces identificaron a Sheila Warren como la mujer que había comprado un traje de payaso unos días antes del asesinato.
Y uno de los dos globos —uno plateado que decía «You’re the Greatest» (Eres el más Grandioso) — solo se vendió en una tienda, un supermercado público cerca de la casa de Keen-Warren. Los empleados dijeron a los detectives que una mujer parecida a Keen-Warren había comprado los globos una hora antes del asesinato.
El presunto auto de la fuga fue encontrado abandonado con fibras anaranjadas parecidas a cabellos en su interior. El Chrysler convertible blanco fue denunciado como robado del lote de autos de Michael Warren un mes antes del tiroteo. Keen-Warren y su entonces marido, recuperaban vehículos para él.
Sus familiares declararon al Palm Beach Post en 2000 que Marlene Warren, que tenía 40 años cuando murió, sospechaba que su marido tenía una aventura y quería abandonarla. Pero el lote de autos y otras propiedades estaban a su nombre, y temía lo que pudiera pasar si lo hacía.
Al parecer, le dijo a su madre: «Si me pasa algo, Mike lo hizo». Nunca se le acusó y negó su implicación.
Pero Rosenfeld dijo el año pasado que el caso del estado se estaba desmoronando. Una muestra de ADN mostraba de algún modo genes masculinos y femeninos, dijo, y la otra podría haber procedido de una de cada 20 mujeres.
E incluso si ese pelo procedía de Keen-Warren, podría haber sido depositado antes que se denunciara el robo del automóvil. El hijo de Marlene Warren y otro testigo también dijeron a los detectives que el auto encontrado no era del asesino, aunque los investigadores insistieron en que sí lo era.
Aronberg admitió el año pasado que había lagunas en el caso, diciendo que fueron causadas por las tres décadas que se tardó en llegar a juicio, incluyendo la muerte de testigos clave.
Michael Warren fue condenado en 1994 por robo a gran escala, asociación ilícita y manipulación ilegal de los contadores de kilómetros. Cumplió casi cuatro años de prisión, una pena que, según sus abogados de entonces, era desproporcionadamente larga debido a las sospechas de que estaba implicado en la muerte de su esposa.
No respondió a un mensaje que le fue dejado el sábado.
Por Terry Spencer
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