Líder chino Xi dice que impulsar la baja de emisiones de carbono no significa bajar la productividad

Por Frank Fang
26 de enero de 2022 11:44 AM Actualizado: 26 de enero de 2022 11:44 AM

China dio a entender que sus iniciativas de reducción de emisiones de carbono avanzarán ahora a un ritmo más prudente después de que el líder del régimen comunista, Xi Jinping, dijera que los objetivos de reducción de emisiones de carbono no deben ir en detrimento de la «vida normal» de la población común.

Sus palabras surgen en momentos en que Beijing sigue produciendo carbón a un ritmo récord y los expertos cuestionan si el régimen chino podría realmente cumplir con sus objetivos de alcanzar el nivel máximo de emisiones de carbono antes de 2030 y la neutralidad de carbono para 2060, promesas hechas por Xi en septiembre de 2020.

«La reducción de las emisiones no significa reducir la productividad, ni dejar de emitir», dijo Xi a otros altos funcionarios chinos en una reunión del Politburó el 24 de enero, según el medio de comunicación estatal chino Xinhua.

Xi dijo que China tenía que «superar la noción del éxito rápido» y que la reducción de las emisiones de carbono debía proceder «de forma ordenada y paso a paso».

«Debemos ceñirnos a la planificación general y garantizar la seguridad energética, la seguridad de la cadena de suministro industrial y la seguridad alimentaria al mismo tiempo que reducimos las emisiones de carbono», añadió Xi.

China es el mayor minero y el mayor consumidor de carbón del mundo. Gran parte de este carbón se utiliza para alimentar los generadores de carbón del país. Alrededor de dos tercios de la electricidad del país procede de esta quema de carbón.

La producción de carbón del país superó los 4070 millones de toneladas el año pasado, lo que supone un aumento del 4.7 por ciento con respecto a 2020, según los datos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas de China el 17 de enero. Según The Guardian, el volumen de producción de carbón de 2021 alcanzó un récord en un año.

A su vez China es el mayor contaminador del mundo. En 2019, fue responsable de más del 27 por ciento del total de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial, más que Estados Unidos y todos los demás países desarrollados juntos.

En la actualidad, la economía china está sumida en una serie de problemas, como el desplome del sector inmobiliario y la ralentización de la producción económica. Mitigar los riesgos que podrían frenar el crecimiento económico del país es probablemente el principal objetivo de los responsables políticos chinos ahora que el régimen comunista se prepara para celebrar un importante cónclave político a fines de 2022, durante el cual se espera que Xi obtenga un tercer mandato, un hecho sin precedentes.

Tras las promesas medioambientales de Xi en 2020, el régimen chino comenzó a exigir a las provincias que reduzcan el consumo y la intensidad energética, definida como la cantidad de energía utilizada por porcentaje del producto interior bruto.

Las promesas de Xi también hicieron que muchas minas de carbón chinas produjeran menos o cerraran, lo que hizo subir el precio del carbón térmico, que se utiliza principalmente para generar electricidad. En respuesta, las centrales eléctricas de China se volvieron reacias a generar electricidad porque la quema de carbón se volvió costosa.

En junio del año pasado, China empezó a experimentar una crisis de escasez de electricidad, con provincias que racionaron la energía, hogares sumidos en el apagón y fábricas que tuvieron que reducir su producción.

La crisis duró meses antes de que China ordenara a sus minas de carbón aumentar la producción en octubre de 2021.

En diciembre, la agencia estatal de planificación de China anunció que suavizaría su agresiva política de restricción del consumo de energía, con el fin de garantizar que los objetivos medioambientales no erosionen el crecimiento económico. En su lugar, restringirá las emisiones de dióxido de carbono derivadas del uso general de la energía.

El suministro de energía sigue siendo una de las principales preocupaciones del régimen chino. El lunes, Xi también dijo que «la retirada gradual de la energía tradicional debe basarse en la sustitución segura y fiable por nuevas energías».

A principios de enero, Anders Corr, director de la consultora política Corr Analytics, con sede en Nueva York, dijo a The Epoch Times que tenía dudas sobre el compromiso de China hacia la neutralidad del carbono.

«Beijing es un virtuoso de la ruptura de sus compromisos internacionales y luego niega que existieran en primer lugar o, si existieran, niega que se hayan roto», dijo Corr.

«Por lo tanto, debemos suponer que cualquier compromiso público asumido por Beijing sobre la neutralidad del carbono es de naturaleza estratégica más que sincera».

Con información de Reuters


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