Los presidentes de las Cámaras de Comercio de Guatemala y Honduras calificaron hoy de catástrofe y desastres social a la migración de hondureños que se dirigen en masa hacia Estados Unidos en una caminata que se encuentra ya, en su mayor parte, en territorio mexicano.
Mientras miles de hondureños integrantes de la caravana que salió el sábado desde San Pedro Sula saltaban las barreras y el cordón policial de la frontera de Guatemala con México de Tecún Umán, en el departamento occidental de San Marcos, los dirigentes del comercio regional analizaban el éxodo de personas que buscan llegar a pie a Estados Unidos.
Lo hacían en el marco de la Conferencia de la Federación de Cámaras de Comercio del Istmo Centroamericano (Fecamco) en un lujoso hotel al sur de la ciudad de Guatemala, en compañía de funcionarios de Gobierno y del ministerio de Energía y Minas local y de empresarios del sector energético.
El presidente de la Fecamco y de la Cámara de Comercio e Industria de Tegucigalpa, Honduras, Guy de Pierrefeu, dijo que «el hecho de que miles de hondureños hayan abandonado el lugar que los vio nacer» es «un desastre social y económico».
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Guatemala, Jorge Briz, indicó que el tema «es una catástrofe» y manifestó «deberíamos de solicitar el regreso ordenado de ellos a su país».
Pierrefeu sostuvo que parte del origen que ha llevado a sus paisanos a dejarlo todo e irse hacia Estados Unidos en una inusitada colectividad ha sido por los «obstáculos que nos generan las autoridades para poder formalizar la creación de empresas».
Ello ha provocado discusiones de la Cámara de Comercio de Tegucigalpa y el Gobierno para revisar «las necesidades de la empresa privada para tener las condiciones como certeza jurídica y masa fiscal».
Briz dijo que Guatemala no tiene «las condiciones para poder mantener en el territorio a tantas personas», por carencias en «infraestructura, alimentación, salud e seguridad».
Afirmó que el hecho de que los hondureños hayan pasado el puesto fronterizo era «una invasión», pues «no había forma de controlar adecuadamente, respetando los derechos humanos de las 1.000 o 3.000 personas que en un momento pasan un puesto fronterizo».
La Fecamaco sostuvo en sus conclusiones de un análisis regional que la situación socioeconómica de Honduras «evidencia la falta de oportunidades» que lleva a los locales «a buscar un futuro fuera de sus fronteras», por lo que solicitó al Estado hondureño «buscar medidas inmediatas que permitan mejorar las condiciones de vida de todos sus ciudadanos».
Desde el pasado 14 de octubre, un día después de que la caravana saliera de la ciudad hondureña de San Pedro Sula, la Cruz Roja de Guatmeala asistió a un total de 768 personas, a las que les brindó traslados, apoyo psicosocial, atención prehospitalaria, distribución de agua y restablecimiento de contacto con sus familiares.
Los hondureños siguen firmes en su deseo de alcanzar el «sueño americano» pese a que el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó con cerrar la frontera sur del país con México si la caravana continúa con su trayecto y también aseguró que cortaría la ayuda a Honduras, El Salvador y Guatemala.
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