Antes de una reunión de gran impacto entre el presidente Joe Biden y los líderes del Congreso para discutir el aumento del techo de la deuda, los ejecutivos empresariales estadounidenses emitieron una severa advertencia, instando a ambas partes a llegar a un acuerdo. El costo de un default, o incluso la posibilidad de que se produzca, es demasiado alto, advirtió el grupo.
«Con Estados Unidos en riesgo de incumplir sus obligaciones a contar del 1 de junio, las discusiones bipartidistas sobre el aumento del techo de la deuda no pueden esperar más», dijo Joshua Bolten, director general de Business Roundtable (Mesa Redonda Empresarial), en una declaración el lunes.
«Un impago asestaría un duro golpe a la economía, provocando pérdidas de empleo generalizadas, ahorros para la jubilación diezmados y mayores costos de endeudamiento para las familias, las empresas y el Gobierno», continuó Bolten. «No elevar el límite de la deuda también amenazaría el papel central del dólar estadounidense en el sistema financiero mundial en beneficio de China».
Business Roundtable es una organización de directores ejecutivos de grandes empresas estadounidenses que abogan por políticas favorables a las empresas. El grupo sostiene uno de cada cuatro puestos de trabajo estadounidenses y casi una cuarta parte del producto interior bruto del país, según su sitio web.
El grupo instó tanto a la Casa Blanca como a los líderes del Congreso «a comprometerse en negociaciones sustanciales sobre un acuerdo que pueda ser aprobado por la Cámara de Representantes y por el Senado».
«El costo de un impago, o incluso la amenaza de un impago, es sencillamente demasiado alto», afirmó Bolten.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos emitió una advertencia similar la semana pasada, señalando que el impago de la deuda del gobierno federal «sería catastrófico para la economía estadounidense».
«La economía estadounidense y el sistema financiero mundial se sustentan en la idea de que el gobierno de Estados Unidos —a diferencia de otros en todo el mundo— siempre paga sus facturas. Las inversiones en deuda estadounidense se consideran ‘libres de riesgo’, lo que significa que el gobierno federal paga menos por pedir dinero prestado», declaró el grupo.
«El impago significaría que el gobierno estadounidense ya no paga siempre sus facturas. Los bonos del Tesoro ya no estarían exentos de riesgo. Las tasas de interés para el gobierno y para todos los demás subirían a medida que el sistema financiero intentara resolverse. El papel del dólar a escala mundial se debilitaría, quizás, permanentemente. La mayoría de los analistas creen que esto provocaría una recesión inmediata con efectos negativos a largo plazo».
Desde la Segunda Guerra Mundial, el gobierno estadounidense ha elevado el techo de la deuda en 102 ocasiones.
El 1 de mayo, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, envió una carta (pdf) al Congreso en la que afirmaba que el Departamento del Tesoro podría quedarse sin medidas extraordinarias y sería incapaz de hacer frente a las obligaciones del Gobierno ya desde el 1 de junio.
La Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) hizo una predicción similar la semana pasada, indicando que las «medidas extraordinarias invocadas por la secretaria del Tesoro se agotarán en junio de 2023».
La cámara cree que el Congreso no puede aprobar un aumento limpio del techo de deuda, por lo que sugiere como opción una prórroga a corto plazo.
«El Congreso y la Administración podrían acordar una prórroga a corto plazo, alineando potencialmente el techo de la deuda con el inicio del nuevo año fiscal el 1 de octubre», sugirió el grupo.
Sin embargo, la Casa Blanca volvió a reafirmar la postura de Biden sobre el techo de la deuda, que ha mantenido públicamente durante algún tiempo.
«Miren, no debería haber negociaciones sobre el techo de la deuda. Esto es algo en lo que deberían ponerse en orden y ponerse a trabajar. No deberíamos tener a los republicanos de la Cámara de Representantes fabricando una crisis sobre algo que se ha hecho 78 veces desde 1960», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en una rueda de prensa el 8 de mayo.
«Es su deber constitucional. El Congreso debe actuar. Eso es lo que el presidente va a dejar muy claro con (…) con los líderes mañana».
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