El presidente de una organización católica de derechos civiles publicó el 22 de febrero un mordaz reproche a la llamada Ley de Igualdad presentada por los demócratas, afirmando que promueve «el mayor ataque al cristianismo jamás escrito en una ley».
Bill Donohue, presidente de la Liga Católica para los Derechos Religiosos y Civiles, dijo en el comunicado que la legislación «patentemente anticristiana» permitiría que «los derechos de los homosexuales triunfen sobre los derechos religiosos».
Dijo que, aunque la ley afirma que se trata de «acabar con la discriminación», señalando que puede ser realmente la intención, las repercusiones secularizarían efectivamente a las entidades religiosas y obligarían a los adherentes a violar los códigos de conducta religiosos.
«Los proveedores de atención médica se verían obligados a proporcionar terapias hormonales y procedimientos quirúrgicos necesarios para cambiar las características físicas asociadas a los cambios de sexo», señaló Donohue, preguntando si se permitiría a alguien objetar, o señalar los «problemas físicos y mentales a largo plazo asociados a la reasignación de sexo».
«¿Qué pasa con los padres que se enteran de que su hijo quiere cambiar de sexo?», añadió. «¿Se respetarán sus derechos o serán desechados?».
Expresó su preocupación por la pérdida de derechos de las mujeres debido a la aparición de «varones biológicos que se identifican como mujeres».
«Se permitiría que los niños y los hombres compitieran en los deportes con las niñas y las mujeres, lo que alteraría injustamente el atletismo femenino», dijo. «Las mujeres también perderían su derecho a la intimidad. Estos varones biológicos podrían utilizar los vestuarios, los baños y las duchas que siempre han estado reservados a las mujeres».
Añadió que los grupos religiosos tendrían prohibido oponerse.
«Los católicos, los evangélicos, los judíos ortodoxos, los mormones, los musulmanes y muchas otras comunidades religiosas no podrían plantear objeciones de libertad religiosa a ninguno de los derechos mencionados de las mujeres transexuales».
Donohue destacó la incompatibilidad entre la fe católica y los partidarios de la legislación.
«Es difícil que el público entienda, especialmente los católicos, por qué unos supuestos ‘católicos devotos’ como [el presidente Joe] Biden y [la presidenta de la Cámara de Representantes] Nancy Pelosi querrían defender una legislación tan patentemente anticristiana como la Ley de Igualdad».
La Liga Católica dijo que se está poniendo en contacto con el Congreso sobre el proyecto de ley.
La semana pasada, Lila Rose, fundadora y presidenta de la organización provida Live Action, hizo declaraciones similares con respecto al aborto.
Rose, dijo que Biden profesa ser un «católico devoto», pero la religión lleva mensajes claros y repetidos que protegen la santidad de la vida.
Rose, ella misma católica, dijo que Biden está utilizando el cristianismo como fachada para su agenda radical del aborto.
“El presidente está utilizando la religión cristiana como una forma de cubrir sus políticas extremas y su promoción del aborto. Y eso es simplemente el peor tipo de mentira. Es el peor tipo de violencia, es lo que hay que denunciar”.
Dice que Biden trabajará para rechazar la Enmienda Hyde, una legislación que entró en vigor en 1980 para prohibir que los fondos federales se utilicen para realizar abortos, con excepciones para situaciones en las que se salvan vidas o en embarazos resultantes de una violación o incesto. La nueva administración también ha revocado la llamada Mexico City policy, que prohibía proporcionar fondos de los contribuyentes estadounidenses a grupos que ofrecieran abortos o asesoramiento sobre el aborto.
El arzobispo de Kansas City, Joseph Naumann, dijo en una entrevista reciente que Biden debería reconocer que su apoyo al aborto contradice la fe católica que profesa.
«El presidente debería dejar de definirse como un católico devoto, y reconocer que su opinión sobre el aborto es contraria a la enseñanza moral católica», dijo Naumann.
«Sería un enfoque más honesto por su parte decir que está en desacuerdo con su Iglesia en esta importante cuestión y que está actuando en contra de la enseñanza de la Iglesia», añadió el arzobispo.
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