En las elecciones generales del Reino Unido que se celebran este jueves los británicos decidirán si se regalan el «Brexit» por Navidad.
Y es que en estos peculiares comicios, que tienen lugar en diciembre por primera vez en un siglo, los votantes se alejarán de sus lealtades políticas para poner fin al traumático embrollo del divorcio con la Unión Europea iniciado hace tres años.
Los expertos lo denominan voto táctico. Consultados por Efe, coinciden en que el «Brexit» determinará los resultados: para el 68% de los electores esta es la prioridad.
El viento sopla a favor de los conservadores
El líder que encabeza todas las encuestas, el conservador Boris Johnson, se ha comprometido a entregar «como regalo de Navidades anticipado a la Nación» la nueva Ley del Brexit, aunque la salida oficialmente no se consumará hasta el 31 de enero. «Get brexit done», culminemos el «Brexit», es su mensaje estrella.
Ni los agrios debates sobre el sistema de salud -lo que más inquieta a los británicos tras el «Brexit»-, ni sobre la seguridad tras el atentado terrorista registrado en plena campaña, cambiaron la dirección del viento que sopla a favor de los conservadores.
Johnson concita a tres de cada cuatro votantes a favor del «divorcio» y ha sometido al Partido del Brexit de Nigel Farage, que parecía una amenaza tras ganar las elecciones europeas. En los sondeos, casi siempre mantiene una distancia de seguridad de 10 puntos con respecto al Partido Laborista, principal de la oposición.
La ambigüedad del líder izquierdista, Jeremy Corbyn, que promete un nuevo acuerdo y un segundo referéndum en el que será neutral, descoloca al 70% de sus votantes partidarios de la permanencia.
Pero en las elecciones siempre puede haber sorpresas
Los Liberal Demócratas, con su dirigente, Jo Swinson, y su eslogan de «detener el brexit», quieren aglutinar el apoyo de todos los que desean seguir en el bloque comunitario, opción que también defienden los nacionalistas escoceses del SNP.
Digan lo que digan las encuestas, todas las elecciones están sujetas a sorpresas y no se descarta que laboristas, liberales demócratas y nacionalistas escoceses sumen sus apoyos, con otras agrupaciones menores, para abatir al Partido Conservador.
Andrew Gamble, profesor emérito de Política de la Universidad de Cambridge y miembro del Queens’ College, dijo a Efe que la forma en que las personas votaron en el referéndum de 2016 tendrá un «gran impacto» en el resultado. «La estrategia conservadora ha sido unir la mayor parte del voto ‘leave’, exprimiendo exitosamente los votos del Partido del Brexit», precisó.
No obstante, «la situación es complicada porque hay hasta 4 millones de electores que optó por los conservadores la última vez, pero por permanecer en la Unión Europea en el referéndum», recordó el experto, que imparte clases en la Universidad de Sheffield.
«Si eligen quedarse con los conservadores porque temen un radical gobierno laborista dirigido por Jeremy Corbyn, entonces ganarán cómodamente», comentó. Si, por el contrario, los partidos «remain» aúnan más escaños, tendrán «una mayoría muy pequeña» o quedarán por debajo de ella y se configurará un Parlamento fragmentado.
Estos comicios no pueden considerarse un segundo referéndum
El voto por continuar en el bloque comunitario se divide entre varios partidos, por lo que los analistas coinciden en que estas elecciones no pueden interpretarse como otro plebiscito.
«Estas elecciones no son un segundo referéndum. Es muy probable que los conservadores las ganen -porque les favorece el sistema- aunque se emitan más votos favorables a seguir en la UE», aclaró Gamble.
La profesora de Ciencias Políticas en la Universidad Brunel de Londres, Katja Sarmiento-Mirwaldt, declaró a Efe que aunque nada «determina» una elección hasta que se llega a las urnas, en esta el «‘brexit’ suplirá de forma relevante la «identidad política».
«Los laboristas sienten que tienen que atraer a los votantes de ‘leave’ y ‘remain’, y esto es difícil de hacer. Es por ello que no, no creo que esta elección pueda interpretarse como un segundo referéndum sobre el ‘brexit'», apuntó.
La experta en Gestión Pública Stella Ladi, de la Queen Mary University of Londond, afirmó a Efe que la «línea divisoria en estos comicios no es izquierda y derecha» sino la postura sobre la UE.
«Sin embargo -apostilló-, no pueden interpretarse como un segundo referéndum ya que el voto ‘remain’ está muy dividido».
Isaac Bigio, analista internacional de la London School of Economics, sí ve «una suerte de tercer referéndum» en esta ocasión, tras las elecciones europeas de mayo: «Boris puede imponer el ‘brexit’ con un 40% de los votos, en vez del 50% de un plebiscito».
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