Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) afirmaron el viernes que la investigación muestra que los anticuerpos producidos por una infección previa de COVID-19 o por las vacunas existentes eran lo suficientemente buenos para proteger contra una nueva variante que se ha encontrado en Estados Unidos.
Los CDC sugirieron en su actualización que los datos son «alentadores» para la última vacuna de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19, que actualmente está siendo revisada por las agencias sanitarias federales. Está previsto que la Administración de Alimentos y Medicamentos autorice vacunas actualizadas dirigidas contra subvariantes de ómicron.
«Los primeros datos de investigación de múltiples laboratorios son tranquilizadores y muestran que los anticuerpos existentes funcionan contra la nueva variante BA.2.86», afirmaron los CDC en una actualización el viernes. «Estos datos también son alentadores por lo que pueden significar para la eficacia de la vacuna contra el COVID-19 2023-2024, que se está revisando actualmente. Esto se debe a que la vacuna está adaptada a las variantes que circulan actualmente».
La agencia de salud pública añadió que el nuevo linaje BA.2.86 de COVID-19 no estaba impulsando los pequeños aumentos recientes de casos y hospitalizaciones en Estados Unidos, que la agencia atribuyó a otros virus predominantemente circulantes.
Desde la evaluación inicial de riesgos de los CDC en agosto, la BA.2.86 se ha identificado en nueve estados de EE. UU. hasta el viernes. La subvariante de ómicron también se ha identificado en muestras humanas y de aguas residuales en países como Japón, Reino Unido y Canadá.
«Además, basándonos en la experiencia de los CDC con anteriores variantes del SRAS-CoV-2, es probable que las personas tengan una protección contra la enfermedad grave mediada tanto por la inmunidad celular como por la de anticuerpos», declaró la agencia el viernes. «Se necesitan datos del mundo real para comprender plenamente el impacto, dadas las complejidades de la respuesta inmunitaria a esta variante. Se están realizando estudios adicionales al respecto, y esperamos saber más en las próximas semanas».
Mensajes contradictorios
La declaración sobre una infección previa o las vacunas existentes que proporcionan protección contrasta con los comentarios anteriores de los CDC a finales de agosto de que la nueva variante del COVID-19 puede ser más capaz que las variantes más antiguas de causar infección en personas que han tenido previamente COVID-19 o que han recibido vacunas.
En aquel momento, la agencia sanitaria dijo que era demasiado pronto para determinar si la BA.2.86 podía causar una enfermedad más grave en las personas que las variantes anteriores. Señaló que hay un elevado número de mutaciones con el linaje y citó las preocupaciones sobre la eficacia de las vacunas y la infección previa.
«El gran número de mutaciones de esta variante suscita la preocupación de una mayor evasión de la inmunidad existente por las vacunas y las infecciones previas, en comparación con otras variantes recientes», declararon los CDC en su evaluación de agosto. «Por ejemplo, un análisis de las mutaciones sugiere que la diferencia puede ser tan grande o mayor que la existente entre BA.2 y XBB.1.5, que circularon con casi un año de diferencia».
Pero los funcionarios señalaron entonces que «todavía no se dispone ampliamente de muestras del virus para realizar pruebas de laboratorio más fiables de los anticuerpos, y es demasiado pronto para conocer los efectos en el mundo real sobre la inmunidad».
Según la evaluación, la mayoría de la población estadounidense posee anticuerpos contra el COVID-19 de una infección previa, de la vacunación o de ambas. Es probable que los anticuerpos proporcionen cierta protección contra la última variante, admitía entonces.
Casi al mismo tiempo, un funcionario de alto nivel de la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas designó la BA.2.86 como «variante bajo vigilancia», afirmando que había información «limitada» sobre ella. Pero algunos investigadores dijeron que la gente no debería sacar conclusiones precipitadas, señalando que otras variantes de COVID-19 tuvieron escaso impacto.
«La gravedad intrínseca de un virus es un subproducto de muchos rasgos, un producto de la selección de otros rasgos. Cualquier intento de adivinar la gravedad intrínseca de la BA.2.86 (dentro de unos parámetros razonables) no es más que eso: una suposición», afirmó Aris Katzourakis, biólogo de la Universidad de Oxford, a través de las redes sociales en agosto. «Es demasiado, demasiado pronto para evaluar el potencial de esta variante».
Vuelven los mandatos
La última evaluación de los CDC también se produce cuando un puñado de escuelas, hospitales, empresas y al menos el gobierno de un condado vuelven a imponer mandatos de mascarilla. Esta semana, un funcionario del condado de Dallas, Alabama, dijo a un medio de comunicación local que se exigirá el uso de mascarilla en las oficinas del condado.
Una escuela del condado de Montgomery, Maryland, también exigió el uso de mascarillas después de que varios alumnos dieran positivo por COVID-19, según informaron las autoridades a principios de semana. Varios destacados republicanos, entre ellos el senador Ted Cruz (R-Texas), criticaron la norma en las redes sociales y sugirieron que no es justa para los niños.
«Si quieres llevar voluntariamente una mascarilla, de acuerdo, pero deja en paz a nuestros hijos», dijo en un posteo en X que incluía la carta de la escuela a los padres.
Varios hospitales de Nueva York, Massachusetts y California también han vuelto a imponer la obligación en los últimos días, aunque algunos centros sólo exigen mascarillas a médicos, enfermeras y otros empleados.
A principios de esta semana, los CDC también emitieron una advertencia sobre un aumento del VRS, o virus respiratorio sincitial, entre los niños más pequeños del sudeste de Estados Unidos.
Con información de Reuters.
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