La principal agencia de salud pública de EE.UU. etiquetó múltiples artículos de noticias como desinformación a pesar de que los artículos eran precisos, según correos electrónicos internos y expertos.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. añadieron las etiquetas de desinformación a artículos de The Epoch Times en mensajes internos de amplia difusión, según copias obtenidas por The Epoch Times.
Uno de los artículos informaba sobre un trabajo revisado por pares que descubría que la inflamación del corazón, o miocarditis, era más frecuente tras la vacunación contra COVID-19 que tras la infección con COVID-19.
Investigadores nórdicos revisaron los historiales médicos electrónicos y contaron 109 casos de miocarditis tras la infección por COVID-19 en comparación con 530 tras la vacunación. Su estudio ha sido publicado en el British Medical Journal.
Un correo electrónico interno de los CDC decía que el estudio «ha sido recogido por los defensores anti vacunas como prueba de que la vacuna tenía más probabilidades de causar miocarditis que la infección por COVID-19», y proporcionaba un hipervínculo al artículo de The Epoch Times.
El correo electrónico del 7 de febrero de 2023 incluía el artículo en «puntos de confusión/potenciales rumores/desinformación».
Los modelos de previsión de epidemias sobrestimaron las posibles cifras de infección en medio del debate sobre los cierres por COVID-19.
Los CDC no enumeraron ningún dato u otra información que apoyara su etiqueta.
«El artículo de The Epoch Times no debería tacharse de desinformación», declaró a The Epoch Times por correo electrónico, el Dr. Tracy Hoeg, médico-científico de la Universidad de California-San Francisco.
El Dr. Hoeg afirmó que el estudio nórdico concuerda con investigaciones anteriores, incluido un artículo publicado por JAMA Cardiology en el que se descubría que las tasas de miocarditis eran más elevadas en algunas poblaciones después de la vacunación que después de la infección.
Otro correo electrónico de los CDC afirmaba que un artículo que informaba sobre cómo el gobierno de EE.UU. estaba recibiendo pagos por derechos de autor de la vacuna contra COVID-19 de Moderna, era inexacto o engañoso.
El artículo de The Epoch Times informaba de cómo los responsables de Moderna habían revelado en una llamada de resultados que la empresa había firmado un acuerdo de patente con el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU. (NIAID), había enviado un pago de 400 millones de dólares y pagaría regalías adicionales en el futuro.
«Los defensores anti-vacunas cuestionan el nuevo acuerdo de patente de Moderna con el NIAID, citando los pagos de recuperación y las regalías como un conflicto de intereses», decía el correo electrónico de los CDC, fechado el 1 de marzo de 2023.
El artículo de The Epoch Times citaba al Dr. Lawrence Tabak, director en aquel momento de la agencia matriz del NIAID, admitiendo que los pagos de derechos en general presentan «una apariencia de conflicto de intereses».
Los CDC definen como conflicto de intereses el hecho de que los empleados participen en asuntos en los que tienen un interés financiero, mientras que el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. (HHS), la agencia matriz de los CDC, dice que los conflictos de intereses financieros pueden comprometer la honestidad «especialmente si los intereses financieros son significativos».
«Es ciertamente interesante que, confrontados con posibles preocupaciones éticas, los CDC no las aborden, sino que las desestimen como desinformación'», dijo Michael Chamberlain, director de la organización sin ánimo de lucro Protect the Public’s Trust, a The Epoch Times por correo electrónico.
Los CDC etiquetaron de desinformación un video de The Epoch Times en el que aparecía un médico describiendo datos sobre el impacto negativo de las vacunas contra COVID-19 en la salud intestinal, según muestran los correos electrónicos, a pesar de que el video se basaba en investigaciones publicadas.
«La información contenida en estos documentos ilustra cómo los funcionarios federales de salud dilapidaron tan rápidamente la confianza del público estadounidense, y muestra el peligro de que el gobierno se erija en árbitro de la verdad», dijo el Sr. Chamberlain. «La agencia se apresura a etiquetar de forma despectiva cualquier declaración que no se ajuste a su narrativa preferida, e igualmente se apresura a impugnar los motivos de cualquiera que se atreva a hacer esas declaraciones. Esto no es el gobierno trabajando para el pueblo, es el gobierno como adversario del pueblo».
Más sobre los correos electrónicos
Los correos electrónicos se distribuyeron a más de 150 personas de los CDC y el HHS.
Fueron enviados por Emily Matthews, una contratista que actuaba en nombre del Equipo de Investigación y Evaluación de los CDC.
Otros correos electrónicos mostraban a Colin Bernatzky, analista de salud pública de los CDC, criticando artículos de The Epoch Times sobre investigaciones, incluido un trabajo revisado por expertos que analizaba las autopsias realizadas a personas fallecidas tras la vacunación contra COVID-19 y concluía que muchas de las muertes se debían probablemente a las vacunas.
La Sra. Matthews y el Sr. Bernatzky no respondieron a las preguntas de los CDC, que declinaron hacer comentarios.
«Sé que esto ha surgido anteriormente en torno a las capacidades/estrategias de respuesta rápida de los CDC para hacer frente a la desinformación», escribió otro funcionario de los CDC, cuando las preocupaciones del Sr. Bernatzky se distribuyeron dentro de la agencia.
«Siento que esto necesita ser su propio informe especial … y podríamos destacar qué temas/tópicos están cubriendo estos temas anti-vacunas [sic]», dijo otro funcionario, añadiendo más tarde que podía ver al Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. «teniendo opiniones sobre esto».
Los correos electrónicos se obtuvieron en virtud de la Ley de Libertad de Información. Gran parte de ellos están tachados.
Se descubrió que las agencias gubernamentales, incluidos los CDC, habían conspirado con empresas de redes sociales para censurar una amplia gama de discursos, incluidas las publicaciones que proporcionaban información precisa sobre las vacunas contra COVID-19. Como parte de ese esfuerzo, los CDC transmitieron información errónea a Facebook, según demostraron los documentos. La agencia también ha ofrecido información errónea sobre las vacunas en presentaciones y en las redes sociales.
Los tribunales han dictaminado que es probable que el gobierno haya violado derechos constitucionales.
La Corte Suprema se ocupará próximamente del caso legal que destapó la conspiración.
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