Si bien la economía quedó en un segundo lugar durante la mayor parte del debate presidencial demócrata del 14 de enero, el candidato Tom Steyer advirtió a sus compañeros demócratas que este sería el tema clave si quieren derrotar al presidente Donald Trump en noviembre.
«El que quiera vencer al señor Trump tendrá que vencerlo en la economía», dijo Steyer.
El multimillonario Steyer, quien forjó su propia fortuna, se presentó como el único candidato con «la experiencia y la pericia para demostrar que» Trump es «un falso allí y un fraude».
Si bien los moderadores no pidieron a los otros cinco candidatos en el escenario que abordaran el problema, dos más lo hicieron.
«Estoy listo para enfrentar a este presidente en la economía porque provengo del tipo exacto de comunidad industrial del Medio Oeste con la que él pretende hablar y a la que ha demostrado darle la espalda», dijo Pete Buttigieg, ex alcalde de South Bend, Indiana, destacando su historial de ayudar a su ciudad al lidiar con las secuelas de la crisis económica de 2008.
El Medio Oeste ha agregado casi 1.7 millones de empleos en los 12 meses que terminan en noviembre, según la Oficina de Estadísticas Laborales. También ha visto el mayor crecimiento salarial entre todas las regiones, con un 3,9 por ciento interanual en el tercer trimestre de 2019, según el Instituto de Investigación ADP.
El exvicepresidente Joe Biden, quien ha estado liderando las encuestas, fue aún más lejos.
“Apenas puedo esperar para tener un debate con él. De donde vengo, los vecinos de donde vengo, están en verdaderos aprietos», dijo. “Gente de clase trabajadora y gente de clase media. A la clase media le va bien, la clase trabajadora tiene un camino hacia arriba y a los ricos les va bien. ¿Pero qué está pasando ahora? Están siendo golpeados. Están siendo asesinados. Ahora tienen una situación en la que la gran mayoría cree que sus hijos nunca llegarán a la etapa de seguridad económica que ellos han alcanzado. Me encantaría ese debate porque el público estadounidense está siendo golpeado. Los ricos son los únicos a los que les va bien, punto».
Según los datos de la Oficina del Censo, más de 1.2 millones de hogares estadounidenses ascendieron a la clase media, lo que significa más de USD 50,000 de ingresos anuales por cada hogar, de 2016 a 2018.
La tasa de desempleo se ha mantenido en 4 por ciento o menos durante los últimos 21 meses, situándose en 3.5 por ciento en diciembre, lo que no ha sucedido desde la década de 1960. Además, los afroamericanos e hispanos han disfrutado de las tasas de desempleo más bajas que se hayan registrado.
Mientras tanto, el crecimiento salarial ha sido más rápido en las industrias de bajos salarios y entre aquellas en el nivel educativo más bajo.
Más de 6 millones de personas dejaron de depender de los cupones de alimentos bajo el gobierno de Trump.
Impuestos, regulaciones
Trump se ha beneficiado al asumir su cargo durante el período de expansión económica, pero la expansión es ahora la más larga registrada y mucho más de lo que una gran cantidad de economistas esperaban. La economía ha sido impulsada por la reducción de impuestos y la disminución de regulaciones llevada a cabo por Trump.
Trump ha prometido más desregulación y más recortes de impuestos a la clase media si se le da la oportunidad de impulsar el plan en el Congreso.
Los candidatos demócratas, por otro lado, han propuesto deshacer, al menos parcialmente, los recortes de impuestos. También han propuesto más impuestos. En particular, los candidatos progresistas; el senador Bernie Sanders (I-Vt.) y la senadora Elizabeth Warren (D-Mass.), han propuesto aumentos significativos de impuestos.
Si bien Sanders reconoció que su plan para la toma de control de la salud por parte del gobierno requeriría aumentar los impuestos a la clase media, Warren afirma ofrecer lo mismo con solo impuestos a los ricos y a las corporaciones. Sin embargo, sus propuestas han generado escepticismo, especialmente sobre si su plan de firma para gravar no solo los ingresos, sino también los activos de aquellos con un patrimonio neto de más de USD 50 millones, sería constitucional y si de hecho extraería tanto dinero como ella estima.
Comercio de China
Los candidatos han criticado a Trump por imponer aranceles a China, que, al parecer, han afectado a la manufactura estadounidense.
El sector manufacturero experimentó un crecimiento del empleo del 2.1 por ciento en 2018, el más rápido desde la década de 1990, pero se desaceleró a menos del 0.4 por ciento en 2019.
Trump está utilizando los aranceles para presionar a China a un acuerdo comercial que aborde el asfixiante acceso de las empresas estadounidenses a los mercados chinos, las transferencias forzadas de tecnología, el dumping, el robo de la propiedad intelectual a EEUU y la manipulación de la moneda.
El tema de las tarifas puede perder su fuerza para los demócratas ya que Washington y Pekín ya han alcanzado un acuerdo comercial parcial y continúan negociando el resto de los temas pendientes.
China se comprometió en el acuerdo de la «Fase Uno» para comprar entre USD 80 mil millones y USD 100 mil millones en productos agrícolas estadounidenses durante dos años, lo que duplica con creces sus compras anteriores.
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