Los líderes demócratas están considerando cambiar una disposición de su proyecto de ley de reconciliación de 3.5 billones de dólares que limitaría los costes de los medicamentos con receta médica, una disposición que los votantes moderados clave han encontrado especialmente odiosa.
En concreto, la disposición limitaría el precio de los medicamentos recetados a un nivel coherente con los precios pagados por la misma medicación en otros países desarrollados.
Durante semanas, destacados demócratas han promovido la disposición como una parte clave de su paquete de reconciliación.
El senador Bernie Sanders (I-Vt.), autor de la propuesta presupuestaria original, destacó la importancia de la disposición y los planes de la industria farmacéutica para acabar con ella en un tuit.
Sanders escribió: «La industria farmacéutica ha gastado cientos de millones en oponerse a nuestros planes para reducir los costes de los medicamentos recetados. Mientras tanto, las seis principales compañías farmacéuticas obtuvieron 50,000 millones de dólares de beneficios el año pasado y pagan a sus CEO unos salarios escandalosos. Debemos detener la codicia de las farmacéuticas y aprobar el proyecto de ley de conciliación».
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D-Calif.), y el líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, también han recalcado a menudo la importancia de la medida en las últimas semanas en varias conferencias de prensa.
Otros progresistas de la Cámara, como la representante Alexandria Ocasio-Cortez (D-N.Y.), se han unido al coro de voces que elogian la disposición.
Pero ahora, los demócratas están en negociaciones con los moderados que podrían hundir el proyecto de ley, y están tratando de encontrar un compromiso sobre la medida que podría ganar el apoyo de estos votantes críticos. Los detalles de estas negociaciones no están claros, pero se producen en un contexto de resistencia organizada a la medida en ambas cámaras del Congreso.
Los moderados de la Cámara rechazan la medida y proponen un proyecto de ley más limitado
En la Cámara, la propuesta original se ha enfrentado a la dura oposición de los moderados, que han exigido que se inserte una disposición alternativa en el proyecto de ley final.
Presagiando estos problemas para el liderazgo de la Cámara, los representantes Scott Peters (D-Calif.), Kurt Schrader (D-Ore.) y Kathleen Rice (D-N.Y.) votaron en contra de sacar la disposición sobre el precio de los medicamentos del comité.
Schrader y Peters fueron un paso más allá, presentando una reforma significativamente reducida para ocupar el lugar de la propuesta original de los demócratas.
El proyecto de ley de compromiso sugerido permitiría a Medicare negociar costes de medicamentos más bajos, algo que no puede hacer actualmente. Sin embargo, esto no se extendería a las compañías de seguros privadas. El nuevo proyecto de ley tampoco haría que todos los medicamentos recetados fueran susceptibles de ser negociados.
El propósito del proyecto de ley, escribieron los legisladores, es «enmendar (…) la Ley del Seguro Social para reducir los precios de los medicamentos recetados en los programas de Medicare y Medicaid, mejorar la transparencia relacionada con los precios y las transacciones farmacéuticas, reducir los gastos de bolsillo de los pacientes y garantizar la responsabilidad ante los contribuyentes».
A Schrader y Peters se unieron los copatrocinadores Rice, el representante Lou Correa (D-Calif.) y la representante Stephanie Murphy (D-Fla.).
Schrader ha patrocinado en el pasado una legislación similar y, al igual que otros escépticos moderados, ha manifestado su deseo de reducir el precio de los medicamentos en la medida de lo posible sin recortar los beneficios de la industria farmacéutica y limitar así la innovación.
Peters se expresó en este sentido cuando presentó el proyecto de ley, diciendo que «nadie debe tener que elegir entre poner comida en la mesa y cubrir una receta médica». Por otro lado, destacó la importancia de «preservar los empleos estadounidenses y la inversión en la innovación futura».
Estas deserciones son un mal presagio para Pelosi, que solo puede prescindir de tres votos para aprobar el proyecto de reconciliación en la Cámara.
Los detalles sobre las negociaciones con estos moderados son todavía confusos, pero sin su apoyo clave, el proyecto de reconciliación de los demócratas no llegará al Senado.
Los moderados críticos del Senado dudan sobre el plan de precios de los medicamentos
También en el Senado, el apoyo de tres destacados moderados, los senadores Joe Manchin (D-W. Va.), Kyrsten Sinema (D-Ariz.) y Robert Menéndez (D-N.J.), es crucial para la aprobación del proyecto de ley de reconciliación.
Manchin ha estado en el punto de mira de los moderados del Senado desde el 2 de septiembre, cuando escribió que rechazaba la resolución presupuestaria de su partido. Más tarde, reafirmó este desafío, diciendo que incluso después de un mes de negociación pensaba que el proyecto de ley seguía siendo una «locura fiscal«.
Manchin, que ha dicho poco sobre los detalles de los planes de los demócratas sobre el precio de los medicamentos recetados, sí dio alguna indicación de su postura sobre el tema en general.
El 23 de septiembre, el demócrata de Virginia Occidental dijo que se oponía a cualquier plan para ampliar el Medicare, e indicó que prefería abordar la viabilidad a largo plazo del programa.
Manchin dijo a los periodistas: «Diré esto sobre Medicare. Tenemos que estabilizarlo. Para el año 2026, entienden, el fondo fiduciario va a ser insolvente. Eso significa que va a haber un montón de recortes para mucha gente que depende del Medicare que reciben hoy. Quiero asegurarme de que estabilizamos lo que tenemos antes de que empecemos a recorrer esta expansión».
En su rechazo inicial al proyecto de ley de presupuestos, Manchin dijo casi lo mismo, haciendo hincapié en la preocupación de que el enorme gasto del gobierno causaría inflación y perjudicaría a los programas gubernamentales existentes como Medicare/Medicaid, el Seguro Social y otros.
Esto desliga a Manchin de sus homólogos moderados en la Cámara de Representantes, cuyo proyecto de ley ampliaría Medicare.
Otros dos moderados clave, Sinema y Menéndez, han sido mucho menos abiertos en cuanto a sus posiciones al respecto.
Sinema ha mantenido posiciones cercanas a las de Manchin a lo largo del proceso de reconciliación presupuestaria, uniéndose al demócrata rebelde en el rechazo de cualquier paquete de reconciliación de 3.5 billones de dólares.
La propia Sinema ha dicho poco sobre sus posiciones políticas, dando en cambio indicios de ellas a través de su portavoz. Su portavoz informó que Sinema estaba «revisando varias propuestas» en torno al precio de los medicamentos, pero se negó a dar detalles sobre los detalles de éstas o las actitudes de Sinema.
Menéndez no se comprometió a apoyar el actual plan de precios de los medicamentos de su partido, y dijo a los periodistas: «Muéstrenme una propuesta y les diré cómo me siento».
En el Senado, los demócratas tienen la mayoría más estrecha posible, controlando 51 votos (incluido el voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris) frente a los 49 de los republicanos. Como la vicepresidenta solo vota en caso de empate, los demócratas no pueden ahorrarse ni una sola deserción.
Dado su estrecho control sobre la cámara alta, los líderes demócratas, incluido el presidente Joe Biden, han centrado sus esfuerzos y negociaciones en el Senado. El senador Mark Warner (D-Va.), líder de facto de los moderados del Senado, resumió estas negociaciones como un enfrentamiento entre «demandas progresistas» y «expectativas moderadas».
Las negociaciones sobre el precio de los medicamentos se alinean con una serie de otros temas que los moderados del Senado han tocado durante sus semanas de negociaciones con los líderes.
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