La Casa Blanca está suavizando su enfoque estricto hacia las inversiones chinas en Estados Unidos, acordando trabajar con el Congreso para fortalecer el proceso de revisión existente en lugar de elaborar nuevas reglas.
Informes de los medios a principios de esta semana sugirieron que el gobierno apuntaría a impedir que empresas con al menos un 25 por ciento de propiedad china compren empresas estadounidenses de tecnología y restringiría exportaciones adicionales a China.
El presidente Donald Trump declaró el 27 de junio que no había necesidad de medidas adicionales ya que «el Congreso ha avanzado significativamente hacia la aprobación de una legislación que modernizará nuestras herramientas para proteger las tecnologías críticas y sensibles de la nación, de las adquisiciones extranjeras dañinas».
El anuncio de Trump causó un suspiro de alivio en Wall Street. El promedio industrial Dow Jones subió más de un 1 por ciento, y el índice S & P 500 subió un 0,5 por ciento en las primeras operaciones del 27 de junio.
Para abordar en modo particular las amenazas planteadas por la inversión china, los legisladores recientemente aprobaron un proyecto de ley bipartidista para reformar la supervisión y autoridad del Comité de Inversión Extranjera en los Estados Unidos (CFIUS), y el comité interinstitucional responsable de evaluar las amenazas a la seguridad nacional planteadas por ciertos tipos de inversiones extranjeras.
La nueva legislación, denominada Ley de Modernización de la Revisión del Riesgo de Inversión Extranjera (FIRRMA, por sus siglas en inglés), fortalece al comité CFIUS al incluir nuevos tipos de transacciones que deberán ser revisadas bajo su autoridad. El Comité podrá auditar acuerdos que implican la transferencia no solo de acciones de control sino también de intereses minoritarios en compañías que se ocupan de infraestructura o tecnología crítica y sensible para el país.
«Después de revisar las versiones actuales de FIRRMA con mi equipo de asesores, y después de discutirlos con muchos miembros del Congreso, he llegado a la conclusión de que dicha legislación proporcionará herramientas adicionales para combatir las prácticas de inversión predatorias», afirmó Trump.
La legislación abarca las transacciones que aumentan los derechos del inversor, según un alto funcionario del Gobierno. Si un inversor, por ejemplo, obtiene derechos adicionales con respecto a tecnologías sensibles, el comité tendrá que revisar esas transacciones también, dijo.
El 18 de junio, el Senado de Estados Unidos votó 85-10 para aprobar la versión del Senado del proyecto de ley FIRRMA, y la Cámara de Representantes aprobó su propia versión por una abrumadora mayoría de 400-2 el 26 de junio.
Un comité conjunto se reunirá ahora para resolver las diferencias entre los proyectos de la ley de la Cámara de Representantes y la ley del Senado.
«Continuamos trabajando con el Congreso para garantizar que lo que sale del proceso de la conferencia sea lo más fuerte y efectivo posible», dijo el funcionario del Gobierno.
Trump instó al Congreso a promulgar el proyecto de ley con rapidez. Si el Congreso no aprueba la legislación FIRRMA, Trump dijo que dirigiría a su Administración a «desplegar nuevas herramientas, desarrolladas bajo las autoridades existentes».
La decisión de Trump de centrarse en la ley FIRRMA fue una buena noticia, según William Reinsch, asesor principal del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
«Por lo general, es mejor tomar un proceso existente y un sistema existente que la gente entienda y use eso en lugar de tratar de crear algo que sea nuevo», dijo Reinsch a NTD, miembro de Epoch Media Group.
Además de reformar CFIUS, el gobierno de Trump también quiere expandir los controles sobre la inversión de salida, lo que significa controles sobre transferencias de tecnología fuera del país.
«Creo que eso es un ejercicio que será más específico para China», dijo Reinsch. «Ellos habrían decidido no usar CFIUS para eso, sino para usar el proceso de controles de exportación existente».
El proyecto de ley FIRRMA es un paso importante, señaló Reinsch, ya que CFIUS solo proporciona una revisión si hay una adquisición total, asumiendo el control de una empresa.
Eso significa que no se revisan un gran número de transacciones, incluidas empresas joint ventures y negocios «donde las personas invierten más que una cantidad simbólica y esperan participar activamente en la gestión, pero no tienen una participación controlada», explicó.
El 22 de marzo, Trump firmó un memorándum presidencial dirigiendo al representante comercial de los EE. UU. (USTR) y al Departamento del Tesoro para tomar medidas basadas en los hallazgos de la investigación de la Sección 301 lanzada el año pasado. Esta sección determinó que el régimen chino estuvo adquiriendo injustamente propiedad intelectual por años. Las medidas punitivas de Trump incluyen restringir la inversión china en Estados Unidos e imponer aranceles a los productos chinos.
Según el informe 301, ciertos países dirigen y facilitan la inversión sistemática en empresas y activos estadounidenses con el fin de obtener tecnologías sensibles y propiedad intelectual, que son fundamentales para la seguridad nacional y sus intereses.
Un informe reciente de la Oficina de Comercio y Política de Manufactura de la Casa Blanca (OTMP) describe las tácticas que China usa para robar tecnología clave y propiedad intelectual (PI) de compañías estadounidenses, incluyendo el robo físico y cibernético, transferencias forzadas de tecnología e inversiones en empresas de alta tecnología.
Estados Unidos ha exigido a China desde entonces que reduzca el déficit comercial y deje de robar tecnología e IP estadounidenses. El año pasado, le dieron 100 días a Beijing para presentar una propuesta, sin embargo, a pesar de las numerosas reuniones con delegaciones chinas, no se han logrado avances significativos, según la Casa Blanca.
Larry Kudlow, el principal asesor económico de la Casa Blanca, dijo el 27 de junio que Trump y el líder chino Xi Jinping «trabajan bien juntos», pero agregó que Trump no estaba satisfecho con la respuesta de China a las negociaciones comerciales, por lo que planeaba imponer aranceles adicionales.
«Veremos cómo responden. El balón está en su cancha «, dijo Kudlow.
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