Éste, es el segundo de una serie de artículos escritos por un equipo de investigación de La Gran Época, que describen los cimientos de la civilización china y exponen la visión de mundo en la China tradicional. Estos artículos estudian el curso de la historia china, mostrando cómo figuras claves, asistieron en la creación de una cultura inspirada en lo divino. A continuación, una entrega sobre el dios Fu Xi.
El progenitor del mundo y de la civilización actual fue el dios Fu Xi. Según las leyes de la creación trajo orden y estabilidad al cielo y la tierra. Las leyendas sobre este proceso están registradas en textos antiguos tales como la historia extraoficial escrita por el erudito Luo Mi de la época de la Dinastía Song o los Anales de los Tres Emperadores y el libro de Jin de la Dinastía Tang.
El período de Fu Xi, vio grandes cambios y cataclismos. Una inundación global que asoló la tierra por muchos años exterminó las civilizaciones que existieron en las tierras legendarias de Mu y Atlantis. Solo aquellos que vivían en la montañas Kunlun sobrevivieron.
Luego de la gran inundación, cielo y tierra fueron mezclados en un caos primordial. En un proceso registrado en el Manuscrito de Chu, Fu Xi llevó al mundo a un estado de orden mediante el uso de su poder divino.
Se casó con la diosa Nü Wa y tuvo cuatro hijos con ella. Estos se convirtieron en los dioses de las cuatro estaciones y direcciones. Balanceando cielo, tierra y las estrellas, los días fueron divididos en el día y la noche, el año en cuatro estaciones y el mundo en cuatro direcciones.
Fu Xi también creó las fuerzas duales de Yin y Yang y los Ocho Trigramas, una herramienta que las generaciones futuras utilizarían para la adivinación.
Pinturas de Fu Xi y Nü Wa de la Dinastía Han muestran a las divinidades sosteniendo herramientas de carpintero, lo que refleja sus roles en la confección del universo. Otros retratos los muestran sosteniendo la luna y el sol.
Luego de este proceso de creación, el universo cayó nuevamente en el desequilibrio. Cinco espíritus del elemento madera fueron enviados para respaldar a las cuatro direcciones y restaurar el orden en el universo.
Como sucesora de Fu Xi, Nü Wa se convirtió en la soberana del universo, pero fue desafiada por Gong Gong, el dios del agua. Gong Gong se rebeló y Zhu Rong, el dios del fuego, fue enviado en una expedición para sojuzgarlo.
A pesar de que Gong Gong fue derrotado, en su furia, el dios colisionó con la montaña Buzhou , haciendo colapsar la misma así como a los pilares que sostenían el cielo y las ataduras que mantenían a la tierra en su lugar. Los cielos, sol y luna y las estrellas comenzaron a inclinarse en dirección al sur.
En las escrituras de principios de la Dinastía Han, está registrado que el cielo fue quebrantado y la corteza de la tierra se fisuró. Los fuegos ardieron y los ríos se inundaron. Nü Wa fundió una piedra de cinco tonalidades y la utilizó para emendar las brechas en el cielo, luego usó las piernas de una enorme tortuga marina celestial como pilares para estabilizar el firmamento.
Su trabajo rectificó las órbitas y las sendas de cielo y tierra, permitiendo a los humanos vivir y trabajar en paz.
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