Los restaurantes de la ciudad de Nueva York podrán reabrir este miércoles el interior de sus negocios al 25 % de su capacidad, pero los restauradores no están satisfechos con esta medida y se concentraron este lunes frente a las oficinas del gobernador del estado, Andrew Cuomo, para pedirle que aumente el aforo a cuando menos el 50 %.
Con lemas como «El 25 % de aforo no es suficiente», «El 25 % no paga el alquiler», «No maten el espíritu de la ciudad» o «Quiero hablar con el encargado», cientos de dueños y trabajadores de diferentes restaurantes de la ciudad participaron este lunes en una manifestación en el centro de Manhattan para exigir más medidas que protejan su sector.
La vicepresidente del grupo de restauración Fox, Oneca Lazarus, explicó micrófono en mano que a pesar de que agradecía la oportunidad de abrir los interiores de los negocios, así como la reciente prolongación del permiso de servir en las terrazas todo el año, todas estas medidas no son suficientes.
«Desearía que un aforo del 25 % de la capacidad total fuera suficiente, y rezo para que lo sea, pero no lo es», dijo Lazarus, quien aseguró que los empresarios del sector tienen que pagar sueldos y alquileres.
Las terrazas no han compensado el cierre de interiores
Según la vocera de los restauradores, la apertura de las terrazas durante el verano ha permitido que los negocios, de media, recauden 25 % de sus ingresos habituales.
Lazarus considera que con la llegada del frío y el mal tiempo, el servicio al aire libre se va a resentir y la apertura de los salones a tan baja capacidad no van a permitir que se compensen los gastos.
Además, los empresarios piden a las autoridades estatales que presionen a nivel nacional para que se apruebe una propuesta de ley que contempla la creación de un fondo de ayuda de 120,000 millones de dólares para los pequeños restaurantes.
El presidente del grupo Fox, Mark Fox, que también habló en nombre de los dueños de locales, insistió por su parte en que «la razón por la que estamos aquí hoy es para decir al gobernador que no se ha hecho lo suficiente».
«El gobernador Cuomo siente que ha hecho lo suficiente y que debemos estar agradecidos, pero hoy hemos venido hasta aquí para hablar directamente con el gobernador Cuomo y decirle que, sí, estamos agradecidos por lo que ha hecho, pero que no ha hecho lo suficiente», agregó.
Una medida que solo se aplica en la Gran Manzana
El empresario recordó que mientras en el resto del estado los restaurantes llevan recibiendo clientes en su interior a un 50 % de la capacidad desde junio, en la ciudad de Nueva York solo ahora los locales podrán reabrir sus puertas y con un aforo del 25 %.
La ciudad de Nueva York fue durante la primavera el mayor foco mundial del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), lo que llevó a las autoridades el pasado marzo a cerrar todos los negocios que no fueran indispensables. No fue hasta junio cuando comenzó una reapertura escalonada que en la Gran Manzana ha sido mucho más lenta que en el resto del estado.
Fox reconoció los esfuerzos de Cuomo para controlar la expansión de la pandemia, aunque aseguró que si en el resto de condados de la región no se ha registrado ningún pico de contagios a pesar de que los restaurantes han abierto al 50 %, en la ciudad de Nueva York se debería poder hacer lo mismo.
«Nuestra obligación moral y nuestra prioridad como buenos ciudadanos es cuidar de la salud de nuestra familia, de nuestros trabajadores, pero la ciencia ha demostrado en el resto del estado» que se puede abrir con la capacidad reducida a la mitad, dijo el portavoz antes de hacer hincapié en que los restaurantes de la gran ciudad son los que más alquiler pagan por metro cuadrado de todo el estado y, a la vez, los que menos clientes pueden atender.
El West Bank café, un veterano de Manhattan
Uno de los restauradores que se ha unido a las protestas es Steve Olson, dueño del café West Bank, que lleva operando desde hace 42 años.
«Está a punto de golpear un tsunami, todo el mundo se va arruinar», advierte a Efe Olson repitiendo la frase que lleva escrita en una pancarta: «Un tsunami de restaurantes cerrados está a punto de golpear la ciudad de Nueva York».
Olson asegura que solo ha conseguido un 8 % de los ingresos logrados en 2019 a pesar de que ofrece comida para llevar y de haber abierto una terraza con capacidad para 16 personas.
La situación es tan precaria, según cuenta, que de los 53 empleados que tenía ahora solo trabajan ocho, a los que, además, les acaba de pedir que se reduzcan el sueldo al mínimo legal (15 dólares la hora).
«Y todos han aceptado porque llevan trabajando conmigo 20 años», dijo Olson, que explicó que si las terrazas se abren en invierno con calefactores para contrarrestar las bajas temperaturas que caracterizan a la ciudad, los camareros van a tener que estar constantemente pasando del interior a los menos 12 grados centígrados de la calle.
Acompañando la protesta, un trío de gaiteros irlandeses hace sonar la quejumbrosa melodía de sus gaitas, mientras seis personas portan un ataúd blanco en el que se puede leer «R.I.P. Aquí yace la restauración de Nueva York. Murió en 2020 por complicaciones de Cuomo y (del alcalde Bill) De Blasio».
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