Con el 91 por ciento de las 8,8 millones de toneladas de plástico, el Yangtsé y otros cinco ríos chinos son los principales contaminadores de plástico que se agregan a los océanos cada año y que se originan en los ríos.
La contaminación del ecosistema marino con desechos plásticos es ampliamente reconocida como una creciente preocupación ecológica debido a la permanencia de sustancias químicas de los plásticos y su fragmentación en “microplásticos”, que pueden ser ingeridos por pequeños organismos, como el zooplancton, que son consumidos por depredadores cada vez más grandes en la cadena alimentaria.
La producción de plásticos comenzó en 1950 con 2,3 millones de toneladas, y creció a 448 millones de toneladas en 2015. El 18 por ciento de los plásticos producidos que se manipulan de forma inadecuada después de su uso son denominados por los investigadores como “residuos plásticos mal gestionados”. Dadas las tendencias de la producción mundial, se estima que los “residuos plásticos mal gestionados” se triplicarán hasta alcanzar los 170-292 millones de toneladas en 2060.
China domina actualmente la industria de los plásticos con cerca de 143 millones de toneladas de producción, es decir, alrededor del 29 por ciento de la cuota de mercado mundial. Pero durante décadas, China también prestó servicios de reprocesamiento para aproximadamente el 70 por ciento del reciclaje mundial de plásticos.
Casi dos tercios de los nuevos plásticos producidos se utilizan con fines comerciales, con una esperanza de vida media de unos diez años. Pero China produce cerca de la mitad de todos los materiales de embalaje de plástico que tienen una esperanza de vida media de solo seis meses.
Dado que la mayoría de los envoltorios de plástico no pueden ser reciclados de manera rentable, gran parte de los residuos plásticos domésticos de China y del plástico importado fueron eliminados por “recicladores no regulados” que “tiraron cosas que no pudieron reciclar, causando contaminación en la tierra y en las vías fluviales”, según un informe de investigación de la Radio Pública Nacional (NPR, por sus siglas en inglés).
De los 8,8 millones de toneladas de residuos plásticos que fluyen por los “pequeños arroyos de primer orden hacia los grandes ríos que desembocan en el mar”, los “diez principales” ríos contaminantes representan entre el 88 y el 95% de los plásticos que fluyen cada año hacia los océanos del mundo.
Los seis ríos chinos de la lista de los “diez primeros” -el Yangtsé, el Amarillo, el Hai, el Perla, el Amur que limita con Rusia y la cuenca del río Mekong (Lancang)- representan alrededor de 3,8 millones de toneladas, o casi la mitad del flujo de plástico del mundo hacia los océanos. Solo el Yangtsé representa 1,6 millones de toneladas de plástico descargadas en los océanos.
El régimen chino comenzó a tomar medidas enérgicas contra la contaminación plástica a partir de 2017, y el gobierno central decidió prohibir casi todas las importaciones de basura para mediados de 2018. La medida puso fin a las 700.000 toneladas de residuos plásticos que Estados Unidos exporta cada año a China.
El Huffington Post informó que la ciudad de Shanghai comenzó a imponer la clasificación obligatoria de basura por colores, tanto la residencial como la comercial: contenedores negros para la basura “seca”, marrones para la basura “húmeda”, azules para la basura “reciclable” y rojos para la basura “peligrosa”. La clasificación de residuos en estas categorías se hizo obligatoria en la ciudad el 1 de julio.
China solo recicla alrededor del 20 por ciento de sus desechos, en comparación con el 35 por ciento en Estados Unidos. Históricamente, el gigante asiático dependía de millones de recicladores “informales” que cavaban en los contenedores de basura para vender plásticos y vidrio. Para aumentar el volumen de reciclaje, la ciudad de Shanghai aplica una multa por cada infracción de equivocarse de color de reciclaje es ahora de 200 yuanes, o unos 28 dólares.
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