Millones de rusos comenzaron este jueves a votar por adelantado y entre estrictas medidas sanitarias, debido al temor a un rebrote del virus del PCCh, comúnmente conocido como nuevo coronavirus, en el plebiscito constitucional que permitiría al jefe del Kremlin, Vladímir Putin, presentarse a la reelección en 2024.
«Lo importante es garantizar la libre expresión de la voluntad popular sobre un asunto vital para el presente y futuro de nuestro país y de cada uno de sus ciudadanos», aseguró Putin, en el poder desde 2000, en una reunión retransmitida por la televisión.
Voto por adelantado para evitar contagios
En un intento de rebatir las críticas opositoras de que es un riesgo para la salud pública llamar a más de 100 millones de rusos a las urnas en medio de una pandemia, la Comisión Electoral Central (CEC) adelantó una semana la votación, tanto en los colegios como por correo e Internet.
De hecho, los colegios electorales abrieron hoy sus puertas en todo el territorio nacional a las 08.00 de la mañana y cerrarán a las 20.00 de la tarde del 1 de julio.
«Estos seis días son precisamente para eso, para evitar masificaciones. Todos los procedimientos fueron pensados para minimizar el contacto físico al máximo», subrayó Pamfílova.
Los miembros de las comisiones electorales disponen de equipos protectores, mientras se limita el acceso a los colegios y queda terminantemente prohibido darse la mano e ingerir alimentos o bebidas en su interior.
Los votantes tienen que medirse la temperatura a la entrada, limpiarse el calzado con una alfombrilla especial con desinfectante, colocarse mascarilla y guantes desechables y dejar su marca con un bolígrafo de usar y tirar.
Los críticos con la votación alertan de que es improbable que los electores y los miembros de la comisión mantengan la distancia recomendada de dos metros cuando los primeros tengan que mostrar el pasaporte y retirar la mascarilla para proceder a su identificación.
Críticas al voto por Internet
Aunque sólo 1.2 millones de personas se han inscrito para votar por Internet y únicamente Moscú y Nizhni Nóvgorod utilizarán dicho mecanismo, éste ha sido muy criticado por la oposición y los expertos.
«La votación electrónica es un mecanismo que favorece la falsificación», comentó a Efe Lev Gudkov, director de Levada, el principal centro demoscópico independiente de este país.
La oposición considera que tanto el voto por correo como el virtual, que concluirá el 30 de junio, están fuera del control de los observadores electorales.
Según las autoridades, el voto es intransferible, no queda registrado y es imposible comprobar la opción que apoyó el usuario en cuestión, que sólo podrá acceder a la papeleta virtual una vez reciba un código en su teléfono móvil.
A esto se suman las críticas contra el voto al aire libre y las campañas oficiales en favor de la votación en la administración pública y las empresas privadas, y el reparto de premios entre los votantes que van de un apartamento a un coche o un teléfono móvil.
Putin en campaña
Aunque el plebiscito no contempla la propaganda electoral, sea a favor o en contra de la reforma constitucional, Putin no ha dejado de referirse al tema a la menor ocasión durante la última semana.
Hoy mismo, volvió a recordar que la legislación no obliga a convocar una votación para introducir reformas constitucionales, pero consideró «extremadamente importante» que el pueblo dé su opinión al respecto.
«Sólo nuestros ciudadanos tienen derecho a decidir cómo será nuestra Constitución», dijo.
En cuanto a las críticas de un posible fraude, Putin subrayó que para las autoridades es «importantísimo» que «los resultados de la votación nacional sean absolutamente fidedignos y legítimos».
Aparte de la inclusión de Dios, el matrimonio heterosexual y el salario mínimo en la Constitución, el plebiscito es en realidad un referéndum sobre si los rusos quieren que Putin pueda presentarse a la reelección en 2024 y en 2030, algo que le impide la actual Carta Magna, que limita a dos los mandatos presidenciales consecutivos.
«¿Aprueba usted los cambios a la Constitución de la Federación Rusa?», es la pregunta que deben responder los votantes.
Dilema opositor, boicot o votar no
La oposición se debate entre el no y el boicot. Los comunistas son el único partido con representación parlamentaria que rechazó las reformas constitucionales en la Duma o Cámara de diputados y que ahora llama también a los rusos a votar en contra.
En cuanto a la oposición radical, en su mayoría se ha pronunciado a favor del boicot, ya que considera que el plebiscito es una farsa electoral con un resultado acordado de antemano.
En cambio, no todos los «enemigos» de Putin comparten esa opinión. Un grupo de políticos, defensores de los derechos humanos y analistas han lanzado la campaña «NET» (NO) y han llamado al principal líder opositor, Alexéi Navalni, a apoyarles.
«De cómo nosotros, los ciudadanos rusos, nos comportemos estos días, depende el futuro de nuestro país. O nos quedamos en casa y permitimos la anulación de los mandatos de Putin o actuamos contra él. No podemos permanecer callados», señalaron hoy en un comunicado.
Recordaron la encuesta del centro Levada, que habla de un 44 % a favor y un 33 % en contra de la reforma en toda Rusia, porcentaje que en Moscú, según Russian Field, otorga casi un empate técnico de 46 % contra 43 %.
Mientras, alertan de que, según Levada, la mitad de aquellos que no apoyan la reforma no acudirá a las urnas, «en vez de impedir la usurpación del poder».
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