La Corte Suprema de Brasil anunció el 7 de noviembre un vuelco radical a las normas de encarcelamiento en el país. Una decisión que sirvió para que los abogados del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, condenado por corrupción y lavado de dinero, pidieran su «liberación inmediata».
«Llevaremos al juez de ejecución de penas un pedido para su liberación inmediata, con base en el resultado del fallo del Supremo Tribunal Federal (STF)», comunicó el bufete Teixeira Martins, que defiende al líder socialista, según la agencia AFP.
El tribunal decidió modificar la jurisprudencia por 6 votos a 5, para que las penas de prisión no puedan empezar a ejecutarse a partir de una condena en segunda instancia.
Poco después de las 21.40 locales (0.40 GMT), el presidente del Supremo Tribunal, ministro Antonio Dias Toffoli, emitió su voto con lo cual los condenados podrán permanecer en libertad hasta concluir las cuatro instancias de apelación, reportó Ansa Latina.
De acuerdo a AFP, con este cambio de jurisprudencia, las cortes de Brasil tendrían que examinar la situación de 4895 personas, entre ellas Lula. Solo los casos de mayor peligrosidad quedarían en prisión preventiva.
Lula fue condenado en primera instancia por el exjuez Sergio Moro, en la segunda por el Tribunal Regional Federal 4 y en la tercera por el Tribunal Superior de Justicia. Con el fallo de hoy, el líder político aliado de Nicolás Maduro, podrá apelar en libertad, al igual que otros reos de la megacausa Lava Jato, destacó Ansa Latina.
El expresidente comenzó a pagar en abril de 2018 una pena de 8 años y 10 meses de cárcel, tras haber sido condenado por corrupción y lavado de dinero. El arresto se ejecutó sobre la base de una decisión en 2016 de la Corte Suprema que autorizó arrestos después del final de las apelaciones en la segunda instancia de Justicia.
Gleisi Hoffmann, presidenta del Partido de los Trabajadores, fundado por Lula, que reúne izquierdistas y marxistas de Brasil, celebró en su cuenta de Twitter el cambio de jurisprudencia que favorece al expresidente, diciendo que «el STF reconoció, después de 1 año y 7 meses, que Lula fue detenido ilegalmente”.
Hoffmann anunció que seguirán luchando por “la anulación de la sentencia».
El presidente electo argentino, el peronista Alberto Fernández, que estos días pidió la liberación de Lula y durante su campaña lo visitó en la cárcel, también festejó el fallo. «Es lo mismo que venimos reclamando en Argentina desde hace años”.
Sin embargo las reacciones a nivel nacional contra la medida judicial que favorece al líder del PT y los encarcelados por la causa Lava Jato fueron muchas.
Manifestantes con banderas nacionales protestaron contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, frente al Supremo Tribunal Federal durante la sesión que cambió la juridicción el 7 de noviembre de 2019, reportó la agencia AFP.
El expresidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso señaló hoy en su Twitter, que el Congreso podría cambiar el nuevo fallo del STF.
El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lamentó en un mensaje de Twitter que tras el fallo «sueltan a bandidos y desarman al ciudadano”.
“Pobre brasileño», añadió a continuación, haciendo también referencia a la resistencia del Congreso a flexibilizar la tenencia y el porte de armas de fuego.
La parlamentaria brasileña Joise Hasselmann, expresó que “es triste ver que Brasil se mantiene firme de la mano con la impunidad”.
“Con el escenario que se dibuja, Lula será liberado. Debemos unirnos y luchar por la Justicia en el Congreso”, escribió Hasselmann en su cuenta de Twitter.
La parlamentaria Carla Zambelli, añadió que el fallo del presidente de la Corte Suprema, José Antonio Dias Toffoli, era “una vergüenza”, en otro mensaje de Twitter.
“Una sorpresa, ya que se posicionó en 2016 por la Prisión de Segunda Instancia. Como presidente de la Corte Suprema, debe posicionarse por el bien supremo de Brasil, no tomar una decisión que pueda generar inseguridad jurídica en el país”, dijo Zambelli.
El escritor y político brasileño, Xico Graziano, señaló en un tuit que “no podía evaluar el prisma legal, pero desde el punto de vista ético, desde la perspectiva de la decencia, la democracia, la civilidad, esta decisión del STF es una VERGÜENZA nacional”.
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