El presidente de Francia Emmanuel Macron y la canciller alemana Angela Merkel se mostraron «muy preocupados» por la actitud de Moscú en Crimea y en el estrecho de Kerch, que une los mares Negro y de Azov, donde Rusia y Ucrania han tenido disputas.
«La situación de los derechos humanos en Crimea -ilegalmente anexionada por Rusia- el uso de la fuerza militar rusa en el estrecho de Kerch y las inspecciones excesivas en el mar de Azov, son fuentes de profunda inquietud»; señalaron ambos dirigentes en una declaración conjunta difundida por el palacio del Elíseo.
Macron y Merkel demandaron que «todos los barcos se beneficien de un paso seguro, libre y sin obstáculos» en el estrecho de Kerch, y pidieron además «la liberación inmediata e incondicional de los marinos ucranianos para que puedan pasar las fiestas con sus familiares».
Rusia acusó de cruce ilegal de su frontera a los 24 marinos de la Amada ucraniana apresados el pasado 25 de noviembre junto a tres buques -un remolcador y dos lanchas artilladas- por guardacostas rusos en el mar Negro, cerca del estrecho que lo comunica con el de Azov.
Ucrania calificó el apresamiento como un acto de agresión, y aseguró que la captura se produjo en aguas internacionales del mar Negro después de que los guardacostas rusos les cerraran el paso por el estrecho de Kerch.
El mar interior de Azov es compartido por ambos países en virtud de un acuerdo bilateral firmado en 2003, que garantiza la libertad de navegación de las embarcaciones por el estrecho de Kerch.
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