El futuro de Mackenna Greene era una puerta abierta.
Acababa de embarcarse en una nueva y prometedora carrera y estaba lista para empezar a trabajar.
Entonces, con solo dos pequeñas líneas, el universo hizo una pausa.
«Me enteré de que estaba embarazada», cuenta Greene, de 26 años y residente en Colorado Springs, a The Epoch Times.
Temiendo que su puerta de las oportunidades estuviera a punto de cerrarse de golpe, Greene pasó días convenciéndose a sí misma que abortar era lo que quería y necesitaba hacer.
«Tenía miedo», dijo. «Y la píldora abortiva… era una salida fácil a una situación difícil».
El régimen de aborto químico consiste en dos píldoras: mifepristona y misoprostol.
Con la esperanza de sentir algún alivio, Greene tomó la primera píldora. Lo que sintió en su lugar fue «arrepentimiento instantáneo».
Desesperada por dar marcha atrás, hizo una rápida búsqueda en Google para averiguar si eso era posible.
Esa búsqueda la condujo a la enfermera Chelsea Mynyk, que ofrece servicios de reversión de píldoras abortivas. Juntas salvaron a la niña de Greene, que nació en agosto y ahora está sana y feliz.
«Obviamente, me sentí muy bendecida por tenerla y poder mirarla, pero ahora estoy luchando un poco por perdonarme a mí misma», dijo Greene, conteniendo las lágrimas.
Ese proceso puede ser difícil. Pero para Greene, empieza por alzar la voz contra una ley de Colorado que, de mantenerse, impedirá a otras madres arrepentidas revertir sus abortos químicos.
El proceso de tratamiento para revertir un aborto químico consiste en tomar altas dosis de la hormona natural del embarazo, la progesterona, para contrarrestar los efectos de la primera píldora abortiva, la mifepristona.
La mifepristona bloquea la progesterona para detener la progresión del embarazo. El revestimiento uterino comienza entonces a romperse, poniendo fin a la vida del feto.
La segunda píldora, el misoprostol, provoca la dilatación y las contracciones uterinas para expulsar al feto y el tejido restante del útero.
El proceso de reversión —que no es aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU.— solo puede intentarse antes de tomar la segunda píldora.
Aunque no está garantizado que el proceso funcione, un estudio de 2018 observó una tasa de éxito del 68 por ciento cuando se tomaba progesterona oral y del 64 por ciento cuando se inyectaba la hormona.
El estudio concluyó que el uso de progesterona para revertir los efectos de la mifepristona es «seguro y eficaz».
Sin embargo, una ley de Colorado que el gobernador Jared Polis firmó en abril de 2023 considera la reversión de la píldora abortiva una «práctica peligrosa y engañosa» no respaldada por la ciencia o los estándares clínicos, citando al proabortista Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos.
Según las disposiciones de la ley, se prohíbe a los profesionales médicos hablar, ofrecer o prestar servicios de reversión del aborto químico a las mujeres que cambien de opinión después de tomar una píldora abortiva.
La ley también establece que prestar el servicio constituye a una «conducta no profesional» siendo motivo de una sanción disciplinaria.
Un juez bloqueó temporalmente la aplicación de la ley en octubre de 2023 a raíz de una demanda interpuesta por la clínica médica provida Bella Health and Wellness.
Apenas dos meses después, Greene se enteró que estaba embarazada.
«Estoy tan frustrada de que la ley de Colorado prohíba a las mujeres en mi situación recibir esta atención que salvara la vida de sus hijos no nacidos», dijo Greene.
Señaló que, en algunos casos, la progesterona se prescribe para apoyar los embarazos de mujeres con un historial de abortos involuntarios, sin embargo, los legisladores no prohibieron ese tratamiento.
«Ambos grupos de mujeres desean tener embarazos sanos», afirmó. «Ambos grupos de mujeres quieren sus embarazos, pero solo uno de ellos recibe el tratamiento que les salva la vida».
Demanda de alto riego
Mynyk, que también es enfermera partera certificada, dirige Castle Rock Women’s Health.
Su consulta se centra en ayudar a las mujeres a superar sus embarazos ofreciéndoles cuidados vitales, incluida la reversión de la píldora abortiva.
Los abortos químicos, señala Mynyk, no están exentos de riesgos para la salud.
«Las mujeres pueden acceder a la píldora abortiva sin ninguna interacción con un profesional médico», explica.
«Y estadísticamente, aproximadamente una de cada 25 mujeres acabará en urgencias por una complicación. Eso es demasiado».
Recientemente, dos casos de este tipo en Georgia fueron puestos en el centro de atención cuando ProPublica informó de las muertes de Amber Nicole Thurman, de 28 años, y Candi Miller, de 41, por complicaciones derivadas de abortos químicos.
Mynyk afirma que su trabajo como enfermera consiste en salvar la vida de las mujeres y sus bebés. Pero su capacidad para hacerlo quedo en entredicho tras la aprobación de la nueva ley de Colorado.
En enero, recibió una denuncia anónima contra su licencia por ofrecer la reversión de la píldora abortiva, lo que llevó a la Junta de Enfermería de Colorado a iniciar una investigación.
«Si se confirma la ley… podría perder mi licencia médica y exponerme a cuantiosas multas de hasta 20,000 dólares por infracción», afirma.
Por eso Mynyk se unió a la demanda de Bella Health, para desafiar lo que considera un intento ilegal de silenciarla a ella y a otros profesionales de la medicina.
Tras recibir la denuncia, se puso inmediatamente en contacto con la organización sin ánimo de lucro Alliance Defending Freedom (ADF) para averiguar si tenía un caso.
Kevin Theriot, abogado principal de ADF, que representa a Mynyk ante la corte, dijo que su organización estaba dispuesta a ayudar.
«Como organización de defensa de las libertades religiosas, queremos asegurarnos de que los profesionales de la medicina como Chelsea son libres de practicar su fe a través de su trabajo y de ayudar a salvar vidas», dijo Theriot.
«Porque lo fundamental es que…muchas de las mujeres se arrepienten de sus abortos. Y ésta es una forma de evitar el arrepentimiento continuo y de salvar al bebé».
Dijo que salvar al mayor número posible de bebés es la «prioridad número 1» para la ADF, que defiende muchos casos en nombre de clientes provida, incluida la histórica decisión Dobbs de la Corte Suprema de EE.UU., que anuló el derecho federal al aborto.
En cuanto al caso de Mynyk, Theriot confía en una nueva victoria.
Mientras tanto, Mynyk se propone seguir proporcionando anulaciones de píldoras abortivas a las mujeres que deseen deshacer abortos químicos.
Y Greene, agradecida por ser madre primeriza, dice que está decidida a compartir su historia para que otras mujeres sepan que el proceso funciona. También insta a otras mujeres a hacer lo mismo.
«A las mujeres que tomaron la píldora, o que tomaron la píldora abortiva reversible, lo que me gustaría decirles es… que defiendan a las mujeres que vienen detrás de ustedes», dijo.
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