El líder del régimen venezolano Nicolás Maduro propuso privatizar la industria petrolera ante el desplome económico que se ha profundizado por las sanciones de Estados Unidos que prohíben que cualquier empresa de ese país realice negocios con PDVSA sin una licencia.
Funcionarios del régimen chavista han mantenido negociaciones con las empresas Rosneft PJSC de Rusia, Repsol SA de España y Eni SpA de Italia, quienes podrían hacerse cargo de las propiedades controladas por el gobierno y reestructurar parte de la deuda estatal a cambio de activos petroleros, informó Bloomberg.
A pesar de que la medida terminaría con décadas de monopolio estatal y le daría un respiro a la ya debilitada economía venezolana todavía tendría que aprobarse de manera oficial en la Asamblea Nacional.
La empresa PDVSA que alguna vez alcanzó una producción de 3.5 millones de barriles diarios hoy cuenta con un volumen de producción de 700,000 barriles por día a pesar de que tiene una de las reservas petroleras más grandes del mundo.
Una privatización de la industria requiere la aprobación del líder de la Asamblea nacional Juan Guaidó que si bien podría estar a favor de la inversión extranjera directa tampoco haría nada que pudiera a ayudar a Maduro para permanecer en el poder.
Aunque Maduro se ha inclinado por un modelo económico socialista recientemente terminó con el control de divisas e importaciones permitiendo el libre mercado en una economía hundida por la mala gestión, la caída de los precios del petróleo, la corrupción y las sanciones de Estados Unidos.
Ante dichas sanciones que han marcado un gran retroceso en las exportaciones de crudo de PDVSA sus socios han tenido que utilizar nuevas estrategias para seguir produciendo sin tener que beneficiar al régimen de Maduro. Según tres fuentes que proporcionaron información a Reuters las exportaciones dejan de entrar en conflicto con las sanciones siempre y cuando los ingresos percibidos estén destinados al pago de deudas, por lo cual las filiales de PDVSA se han centrado en adjudicar sus cargamentos a sus socios en empresas mixtas para llegar a clientes de Asia y África.
“Los ingresos por estas actividades de comercialización son pagados a nuestras cuentas de las empresas mixtas para cubrir el costo de las operaciones de mantenimiento, en cumplimiento de todas leyes y regulaciones aplicables”, dijo Ray Fohr, portavoz de Chevron.
Según las leyes venezolanas, la empresa PDVSA es la única empresa autorizada para comercializar crudo venezolano en el extranjero, sin embargo, para cumplir con dicha legislación las empresas mixtas que no están autorizadas para exportar su propia producción venden el petróleo a PDVSA y luego la empresa estatal lo asigna a los socios que estén registrados como compradores.
Finalmente, los socios privados son los encargados de transportar los cargamentos al cliente final desde los puertos venezolanos. Los ingresos de las exportaciones son transferidos a fideicomisos previamente constituidos por las empresas mixtas para financiar gastos operativos, pagar deudas y repartir dividendos a los socios.
Un ejecutivo de una empresa mixta señaló que “Es una cuestión de vida o muerte para las empresas mixtas poder lograr esto, de manera que se reanuden las operaciones”.
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