En la víspera del día internacional de los derechos humanos, Nicolás Maduro se jactó de los avances en dicha materia de su actual régimen, al mismo tiempo que dos diputados venezolanos presentaron ante la corte penal de la Haya pruebas de ejecuciones extrajudiciales por agentes chavistas.
“¡Día de los Derechos Humanos! Desde Venezuela, país promotor de la paz y el respeto, mantenemos nuestra férrea lucha por defender los derechos básicos del ser humano. Trabajando juntos, podemos construir un mundo mejor con garantías reales para todas y todos sin distinción”, escribió Maduro en Twitter junto a una imagen de la declaración universal de los derechos humanos.
Sin embargo, su declaración rápidamente provocó reacciones de la oposición que expresaron su desacuerdo. Delsa Solorzano, vicepresidenta del Comité de Derechos Humanos de la Unión Interparlamenaria Internacional dijo desde su cuenta de Twitter, “Hoy, día de los derechos humanos, en nuestra Venezuela no hay nada que celebrar. Aquí se violan todos los DDHH al mismo tiempo. Estamos oprimidos por una satrapía que nos hambrea, persigue y mata. Yo seguiré luchando hasta lograr la libertad de nuestra amada nación”.
En el marco de la celebración el diputado Wilmer Azuaje y Franco Casella presentaron en la oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU Michelle Bachelet, pruebas documentadas de la ejecución extrajudicial de Óscar Pérez y sus seis compañeros que fueron asesinados en enero de 2018 por fuerzas paramilitares de Maduro.
“El día de hoy desde la oficina de los derechos humanos de la Organización de Naciones Unidas en Ginebra, formalizamos la denuncia del caso de Óscar Pérez y sus compañeros, el caso de torturarás, privaciones indebidas de libertad y persecución a personas que pensamos de forma distinta”, dijo Azuaje en su cuenta de Twitter.
Así como revelan fotografías presentadas ante la Corte Penal de la Haya, Pérez recibió disparos en el cuello y la cabeza a pesar de que anunció su rendición poco antes de ser perder la vida. De acuerdo con las declaraciones de los denunciantes, tanto Pérez como sus seis compañeros atrincherados en el Junquito, Caracas, fueron ajusticiados.
Óscar Pérez, el expolicía rebelde se ganó el apodo de “Rambo venezolano” por sus apariciones imprevistas como la del 2017 cuando en plenas protestas arrojó granadas inactivas desde un helicóptero sobre el Tribunal Supremo de Justicia.
Desde ese día Nicolás Maduro lo consideró a él y a sus hombres como terroristas. No obstante, a principios de 2018, 500 militares, policías y paramilitares lo emboscaron en el distrito montañoso de El Junquito donde se encontraba refugiado.
Según información de diferentes medios Pérez intentó negociar su rendición, sin embargo, los oficiales de Maduro atacaron la casa donde se encontraba con ametralladoras y granadas propulsadas por cohetes. El régimen de Maduro declaró que los hombres dentro de la vivienda abrieron fuego primero matando a dos policías e hiriendo a otros seis.
A pesar de ellos los miembros de la oposición aseguran que los paramilitares tenían órdenes directas de ejecutarlos. Durante el tiroteo que se extendió por horas, Pérez, cinco hombres y una mujer perdieron la vida.
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