Nicolás Maduro fue declarado ganador de las elecciones presidenciales de Venezuela el domingo, aunque el resultado provocó el escepticismo del partido de la oposición y los líderes de varias naciones.
La autoridad electoral del país dijo que el Sr. Maduro ganó un tercer mandato de seis años con el 51 por ciento de los votos, derrotando al candidato de la oposición Edmundo González Urrutia, que recibió el 44 por ciento de los votos.
Los resultados se basan en el recuento del 80% de las urnas. Los resultados fueron una sorpresa, ya que varios sondeos de frente a las urnas habían indicado anteriormente que González Urrutia encabezaba las encuestas.
La líder de la oposición venezolana, María Corina Machado, que tenía prohibido presentarse a las elecciones presidenciales, rechazó el resultado y afirmó que González Urrutia había obtenido el 70% de los votos.
La Sra. Machado instó a las fuerzas armadas de Venezuela a respetar la soberanía del pueblo y declarar que el Sr. González Urrutia es el presidente electo.
El Sr. González Urrutia dijo a los periodistas que su partido «no descansará hasta que se respete la voluntad del pueblo venezolano».
«Los resultados son innegables. El país eligió un cambio pacífico», declaró el Sr. Gonzáles en la plataforma de X.
El Sr. Maduro describió su reelección como un triunfo de la paz y dijo que firmará un decreto el lunes para celebrar un «gran diálogo nacional». La primera vez que asumió al cargo fue en 2013, tras la muerte por cáncer del entonces presidente Hugo Chávez.
Varias naciones expresaron su preocupación por los resultados electorales de Venezuela. El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo que Estados Unidos tiene «serias preocupaciones» de que el resultado no refleje la voluntad del pueblo.
«Es fundamental que cada voto se cuente de forma justa y transparente, que los funcionarios electorales compartan inmediatamente la información con la oposición y los observadores electorales sin demora y que las autoridades electorales publiquen una tabulación detallada de los votos», declaró el Sr. Blinken en una conferencia de prensa en Tokio, Japón.
El secretario Blinken afirmó que la comunidad internacional seguirá «muy de cerca» la situación en Venezuela y «responderá en consecuencia».
El presidente de Chile, Gabriel Boric, dijo que los resultados de las elecciones venezolanas eran «difíciles de creer», y agregó que su gobierno «no reconocerá ningún resultado que no sea verificable».
«La comunidad internacional y especialmente el pueblo venezolano, incluidos los millones de venezolanos en el exilio, exigen total transparencia de las actas y del proceso, y que los observadores internacionales no comprometidos con el Gobierno den cuenta de la veracidad de los resultados», afirmó el Sr. Boric en X.
El ministro de Asuntos Exteriores de Italia, Antonio Tajani, expresó sus dudas sobre el desarrollo de las elecciones e instó a las autoridades venezolanas a publicar «resultados verificables» y a facilitar el acceso a los documentos pertinentes.
El ministro de Asuntos Exteriores de Perú, Javier González-Olaechea, también condenó las «irregularidades» en los resultados electorales y dijo que su nación «no aceptará la violación de la voluntad popular del pueblo venezolano».
El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, también pidió a las autoridades venezolanas que hagan públicos los datos de las encuestas y los «resultados verificables», en su totalidad.
El gobierno del señor Maduro ha presidido un colapso económico, la migración de alrededor de un tercio de la población y un fuerte deterioro de las relaciones diplomáticas, coronado por las sanciones impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea y otros que han paralizado una industria petrolera ya en dificultades.
Con información de Reuters
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