Un senador demócrata estadounidense que ha sido un problema para la Administración Biden en materia de políticas económicas y energéticas visitó las arenas bituminosas de Alberta los días 11 y 12 de abril.
«Es un placer recibir al presidente del Comité de Energía del Senado, Joe Manchin, en una visita de dos días que pone de relieve el papel fundamental que desempeñamos en la seguridad energética de América del Norte», escribió el 11 de abril en su cuenta de Twitter el premier de Alberta, Jason Kenney.
«Hoy le mostramos las arenas bituminosas, hogar de las terceras mayores reservas probadas de petróleo del mundo».
La visita del senador de Virginia Occidental se produce mientras la inflación sigue subiendo en Estados Unidos y en un momento en el que los países están reevaluando sus políticas y dilemas energéticos en el contexto de la invasión rusa de Ucrania.
El índice de precios al consumo de Estados Unidos alcanzó en marzo un aumento interanual del 8.5%, el más alto desde 1981, impulsado en parte por el encarecimiento de los combustibles.
Y los países que se oponen a Rusia, pero que siguen comprando grandes cantidades de sus hidrocarburos, están buscando formas de reducir su consumo o su dependencia de los productos petroleros rusos para debilitar aún más al presidente Vladimir Putin.
Alemania, la mayor economía de Europa, obtiene la mitad de su gas de Rusia, y Estados Unidos importó casi 700,000 barriles diarios de crudo y productos petrolíferos refinados de Rusia en 2021.
La Casa Blanca prohibió las importaciones de petróleo, gas natural licuado y carbón rusos el 8 de marzo como parte de las sanciones contra el Kremlin.
Desde la invasión rusa del 24 de febrero, Kenney y los conservadores del gobierno federal han presionado para que Canadá llene el vacío en la sustitución de los hidrocarburos rusos.
«El petróleo de Alberta es mejor que el petróleo de los dictadores», tuiteó Kenney el 24 de febrero.
En su primer día en el cargo, el 20 de enero de 2021, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, canceló el oleoducto Keystone XL, que habría transportado 830,000 barriles diarios de crudo desde Alberta hasta las refinerías estadounidenses.
Manchin ha sido un defensor del proyecto Keystone XL y de los oleoductos en general, y ha pedido constantemente al gobierno de Biden que dé marcha atrás.
El pasado mes de noviembre, dijo que la liberación por parte del gobierno de 50 millones de barriles de petróleo de la Reserva Estratégica de Petróleo de Estados Unidos era «un parche político importante para el aumento de los precios de la gasolina, pero no resuelve la herida autoinfligida que la política energética miope está teniendo en nuestra nación».
«Sigo pidiendo al presidente Biden que aumente responsablemente la producción de energía aquí en el país y que dé marcha atrás para permitir la construcción del oleoducto Keystone XL», dijo.
Más recientemente, Manchin escribió una carta a Biden el 31 de marzo en la que le pedía que aumentara la producción nacional de petróleo y gas en el Golfo de México para ayudar a los estadounidenses a hacer frente a la subida de los precios del combustible.
Ese mismo día, Biden anunció la liberación de un millón de barriles diarios durante seis meses de la reserva estratégica.
Manchin ha estado en desacuerdo con la administración en algo más que la energía, negándose a dar su apoyo al proyecto de ley de gasto social y climático de 2 billones de dólares «Reconstruir mejor» a finales de 2021.
El gobierno canadiense presionó contra las cláusulas del proyecto de ley en torno a los créditos fiscales para los vehículos eléctricos que impactarían negativamente en el sector automotriz del país.
Al primer ministro Justin Trudeau se le preguntó por la visita de Manchin a Alberta tras el anuncio que hizo sobre los recortes fiscales para las pequeñas empresas en Edmonton el 12 de abril.
«Creo que todos sabemos que con las presiones actuales y el conflicto en Ucrania y el deseo de alejarse del petróleo y el gas rusos, hay una oportunidad a corto plazo para que los canadienses y los productores de todo el mundo respondan a eso», dijo Trudeau.
«Pero la otra cosa que Europa y lugares de todo el mundo están viendo es que esto es también una oportunidad para avanzar aún más rápido en la reducción de nuestras emisiones, en la transformación de nuestra mezcla de energía, y Canadá ha estado avanzando desde hace tiempo hacia eso».
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