CONDADO DE SUFFOLK, NY—Enfrentando una sensación térmica de 13 grados, cientos de padres, algunos con sus hijos, protestaron frente a las oficinas del gobierno del Condado de Suffolk, en Long Island, el 26 de enero, en un intento de revertir el uso obligatorio de mascarilla en sus escuelas.
La protesta fue organizada por Long Island Loud Majority, un grupo cívico fundado en septiembre de 2020.
«Realmente creemos que hay más patriotas en el país que no patriotas, que gente de izquierda radical, procomunista, prosocialista, anticapitalista, antilibertad», dijo Shawn Farash, uno de los fundadores del grupo, a The Epoch Times.
Farash cree que la izquierda radical ha estado en posición de difundir su agenda «sin obstáculos» y «sin impedimentos» durante demasiado tiempo.
«Hemos intervenido y, como dijeron los conservadores, ′¿Saben qué? Si creemos que somos más, si somos la mayoría, ¿por qué tenemos que ser la mayoría silenciosa?′»
La protesta se produce tras un cambio en los dictámenes de los tribunales en relación con la cuestión.
El 24 de enero, un juez dictaminó que la administración de la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, carecía de autoridad constitucional para imponer las mascarillas, pero el 25 de enero fue revocado en apelación.
«Creemos que los tribunales van a exigir responsabilidades a la gobernadora», dijo Farash.
Varios oradores se dirigieron a la multitud, entre ellos el legislador del Condado de Suffolk, Nicholas J. Caracappa.
«No solo estoy apoyando a estas personas; estoy apoyando a mis propios hijos», dijo Caracappa a The Epoch Times después de su discurso. «Estoy apoyando el derecho a elegir, el derecho a nuestras libertades», dijo.
«No podemos seguir permitiendo que aquellos —especialmente el poder de una persona de un plumazo— dicten cómo debemos vivir nuestras vidas», dijo Caracappa.
Aunque Long Island Loud Majority organizó el acto, otras organizaciones también estuvieron allí.
Amanda Ascher pertenece a East Islip Parents for Choice.
«Somos un grupo de padres que lleva dos años luchando contra estos mandatos poco éticos e inconstitucionales», dijo Ascher a The Epoch Times.
Ascher, madre de tres hijos, ha hablado en las reuniones del consejo escolar y cree que su grupo está haciendo progresos.
«Se está produciendo un cambio. Hay un giro en la marea. Hay mucha más gente que está harta. Hay mucha más gente que está empezando a darse cuenta de que esto no va a desaparecer a menos que lo exijamos», dijo.
Ascher cree que si no consiguen el éxito, puede ser el momento de sacar a sus hijos del sistema escolar público.
Mike Cefalo, de Levittown, llevó a sus tres hijas a la protesta.
«El otro día, cuando les dijeron que no tenían que llevar mascarillas, fue como la mañana de Navidad», dijo Cefalo a The Epoch Times. «Estaban tan contentas que pudieron respirar en la clase de gimnasia, ver las sonrisas de sus amigos», dijo.
Cefalo es un bombero del FDNY y siente que le obligaron a vacunarse de una manera que no quería.
«Realmente puedo sentir la diferencia cuando voy a los incendios —en mi corazón, en mis pulmones— me fatigo mucho más [rápidamente] de lo que lo hacía antes de poner este veneno en mi cuerpo», dijo.
David Balistreri es padre de dos alumnos en el distrito escolar de Harbor Fields.
«Ayer se les negó la educación», dijo a The Epoch Times. «Llevé a mi hijo a la escuela sin la mascarilla debido a la sentencia de la Corte Suprema y no le dejaron asistir a clase».
El alumno de séptimo grado fue enviado a la oficina y Balistreri fue a la escuela a recogerlo.
«Harbor Fields infringió la ley ayer», dijo.
Balistreri dijo que más tarde, tras las llamadas telefónicas de varios padres, se permitió que los alumnos se quitaran las mascarillas.
El primer lugar de la protesta fue el monumento a la Guerra de Corea en los terrenos de los edificios de la oficina del condado, pero después de unos 40 minutos los manifestantes se trasladaron a los límites de la propiedad en la carretera Veterans Memorial.
La multitud coreaba «¡No más mascarillas! ¡No más mascarillas!», y los conductores que pasaban a menudo tocaban el claxon en señal de apoyo.
Caracappa calificó el evento de «movimiento» y «voluntad del pueblo».
«Miren lo que está ocurriendo hoy aquí», dijo. «No se puede detener el progreso. Esto es progreso».
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