Los altos mandos militares de Estados Unidos y China en el Indo-Pacífico mantuvieron una videoconferencia el martes, confirmaron ambas partes, en momentos en que Washington trata de mantener la comunicación con Beijing tras intensificarse las tensiones regionales en el Mar de China Meridional y su entorno.
El almirante Samuel Paparo, comandante del Mando Indo-Pacífico de Estados Unidos, habló virtualmente con su homólogo chino, el general Wu Yanan, comandante del Mando del Teatro Sur del ejército chino, el 9 de septiembre (10 de septiembre en China), según declaraciones de ambas partes. Fue la primera reunión de este tipo en más de dos años.
El Mando del Teatro Sur del Ejército Popular de Liberación (EPL) chino es responsable de supervisar las operaciones en las regiones reclamadas por Beijing en el Mar de China Meridional, una vía fluvial crucial por la que circula aproximadamente un tercio del tráfico marítimo mundial.
Las zonas de responsabilidad del Mando Indo-Pacífico de Estados Unidos abarcan no sólo el mar de la China Meridional, sino también el estrecho de Taiwán.
Estas zonas se han convertido en continuos focos de tensión entre los ejércitos estadounidense y chino debido a las agresivas acciones del Partido Comunista Chino (PCCh) en defensa de sus reivindicaciones soberanas.
Durante la teleconferencia con Wu, Paparo subrayó «la importancia de mantener líneas de comunicación» entre los dos ejércitos, afirmando que el diálogo entre los altos mandos militares ayuda a «aclarar intenciones y reducir el riesgo de percepciones erróneas o errores de cálculo», según el comunicado de prensa del ejército estadounidense.
El ministerio de Defensa chino también confirmó la llamada. En una breve declaración en línea, el ministerio afirmó que Wu mantuvo «profundos intercambios de puntos de vista» con Paparo, profundizando sobre «asuntos de interés común».
El mando estadounidense del Indo-Pacífico calificó la conversación de «constructiva y respetuosa».
Paparo citó las recientes «interacciones inseguras» del ejército chino con aliados estadounidenses y recordó a Beijing su «obligación de cumplir las leyes y normas internacionales para garantizar la seguridad operativa», según el comunicado.
Paparo también instó al Ejército Popular de Liberación a «reconsiderar su uso de tácticas peligrosas, coercitivas y potencialmente escalatorias en el Mar de China Meridional y más allá», según una declaración.
El diálogo militar de alto nivel se produce tras la visita a Beijing el mes pasado del asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan.
Tras reunirse con el máximo dirigente del PCCh, Xi Jinping, y con el general Zhang Youxia, vicepresidente de la Comisión Militar Central de China, Sullivan dijo que ambas partes habían acordado una conversación telefónica entre sus mandos militares en la región del Indo-Pacífico.
«Vamos a buscar una profundización de la comunicación entre militares para poder transmitirla al sucesor del presidente Biden», declaró Sullivan a los periodistas antes de partir de Pekín.
Tensiones en el Mar de China Meridional
Las tensiones han ido en aumento en el Mar de China Meridional en los últimos meses, tras múltiples enfrentamientos entre buques de China y Filipinas.
En un ejemplo reciente, el 26 de agosto, el PCCh desplegó 40 buques para bloquear a dos barcos filipinos que transportaban alimentos y suministros vitales a los tripulantes estacionados en un buque patrulla en el banco de arena Escoda (también conocido como banco de Sabina). Pocos días después, el 31 de agosto, las fuerzas chinas rodearon y embistieron la patrullera, causando daños en su casco.
Según el derecho internacional, Escoda se encuentra dentro de la zona económica exclusiva de 200 millas náuticas de Filipinas. El atolón en disputa, reclamado por Beijing como Arrecife Xianbin, se encuentra a unas 75 millas náuticas al oeste de la provincia insular de Palawan, en Filipinas, y a más de ocho veces esa distancia de la isla de Hainan, que es la provincia insular china más cercana.
En un caso histórico de 2016, un tribunal internacional dictaminó que las pretensiones expansivas del PCCh en el mar de China Meridional carecen de fundamento.
El PCCh rechazó el fallo de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya y adoptó su propia legislación marítima, otorgando poder a su guardia costera para detener hasta 60 días a los extranjeros que entren en aguas que reclama.
Estados Unidos ha dicho en repetidas ocasiones que está con su aliado, Filipinas, y ha condenado las acciones de Pekín contra Manila.
Durante una sesión informativa celebrada el 27 de agosto, Paparo señaló la posibilidad de que Estados Unidos escoltara a buques filipinos durante una futura misión de reabastecimiento en la disputada vía marítima, calificándola de opción «en el contexto de las consultas».
«Cualquier opción entre las dos naciones soberanas en términos de nuestra defensa mutua, escolta de un buque al otro, es una opción totalmente razonable dentro de nuestro Tratado de Defensa Mutua, entre esta estrecha alianza entre los dos», dijo Paparo a los periodistas en Manila.
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