FILADELFIA—Una concentración en el barrio chino de Filadelfia el 26 de septiembre, en la que se denunció al Partido Comunista Chino (PCCh) y se animó a los chinos a renunciar al PCCh y a sus organizaciones afiliadas, obtuvo el apoyo de asambleístas de la Cámara de Representantes de Pensilvania y de varios residentes.
La concentración tenía como objetivo rechazar al PCCh y exponer los males que ha cometido, según Alex Luchansky, organizador del evento y gerente de un programa informático en una empresa financiera. Durante la concentración, dijo que el PCCh opera como una organización criminal transnacional. Desde que se hizo con el control de China, cientos de millones de personas han sufrido sus interminables engaños y su brutalidad.
«Esta pandemia, la COVID-19 o el virus del PCCh, podría haberse evitado si el PCCh no mintiera, y ahora su terror se ha extendido por todo el mundo, afectando a todos», añadió Luchansky. «Es hora de que nos levantemos contra sus actos malvados y cortemos todos los lazos con el PCCh».
Legisladores estatales apoyan el rechazo al PCCh
La Cámara de Representantes de Pensilvania emitió una citación para el evento, patrocinada por la representante estatal Mary Isaacson (demócrata), en la que se elogiaba a los 382 millones de personas que han abandonado el PCCh por «el paso positivo para asegurar su futuro, también por la seguridad que aportan a EE. UU. y al resto del mundo».
La mención señaló que el PCCh ha matado a más de 80 millones de chinos a través de numerosas campañas políticas en los últimos 70 años, incluyendo la Revolución Cultural, la Masacre de la Plaza de Tiananmen, la persecución a Falun Gong, la supresión de los uigures y las represalias en las recientes protestas en Hong Kong.
«Los practicantes de Falun Dafa, que constituyen el mayor grupo de personas perseguidas en China, han sido encarcelados ilegalmente y torturados gravemente durante los últimos 22 años», decía la citación. «Muchos han sido asesinados a través del programa gubernamental de sustracción forzada de órganos».
Los practicantes de Falun Gong, una antigua práctica espiritual china también conocida como Falun Dafa, han sido perseguidos por el régimen chino desde 1999, que supuestamente comenzó a extraer órganos de los practicantes de Falun Gong detenidos para obtener beneficios poco después.
La cita también reconoció la importancia de rechazar al PCCh. Dado que el PCCh supone una importante amenaza para Estados Unidos y otros países, «las personas que ya no están afiliadas al PCCh y que comprenden los valores de los ideales democráticos no ayudarán al PCCh en sus actividades de subversión e infiltración, disminuyendo así la amenaza que el PCCh supone para la comunidad internacional».
El mensaje de desvinculación del PCCh fue repetido por la doctora Jessica Russo, residente en Filadelfia, que habló en la manifestación.
Argumentó que el PCCh ha sido un «azote» para la nación china, destruyendo una civilización rica y espiritual que se remonta a 5000 años, en solo unas décadas, y «lo hace no solo en detrimento del pueblo chino, sino en detrimento de toda la gente».
«En EE. UU. [y en todo el mundo], el PCCh ha subvertido nuestro sistema educativo, nuestros lugares de trabajo, nuestro gobierno y nuestros medios de comunicación», dijo la Dra. Russo. «Así que no es solo el pueblo chino el que está reprimido, sino toda la humanidad».
«Por lo tanto, es imperativo no solo que el pueblo chino se comprometa a rechazar al PCCh, sino que también es fundamental para todos nosotros. Cada organización, cada corporación, cada ciudadano y residente de este país y de cualquier otro país debe decir no al PCCh».
«Todos debemos rechazar al PCCh para poder ser libres», dijo la Dra. Russo.
Piden que se ponga fin a la sustracción forzada de órganos en China
Los defensores de los derechos humanos presentes en la manifestación hicieron un llamamiento a los gobiernos y al público para que apoyen la iniciativa de poner fin a la práctica de sustracción forzada de órganos en China, sancionada por el Estado.
«En 2006 aparecieron por primera vez pruebas de que se estaban extrayendo órganos de los cuerpos de prisioneros de conciencia vivos para trasplantarlos a pacientes de China y de todo el mundo que pagaban en efectivo», dijo la Dra. Ann F. Corson, que es redactora jefe del boletín publicado por Médicos contra la Sustracción Forzada de Órganos (DAFOH).
La Dra. Corson destacó los enormes esfuerzos de valientes investigadores de los campos de la medicina, el derecho, el gobierno y el periodismo que han reunido una preponderancia de pruebas, «demostrando que la sustracción forzada de órganos se ha estado produciendo en toda China a escala masiva durante dos décadas, impulsando una lucrativa industria de turismo de trasplantes».
«En China, el trasplante de órganos vitales puede reservarse con antelación en una fecha concreta y llevarse a cabo tras un breve tiempo de espera», dijo la Dra. Corson. «Un grupo de donantes de órganos cautivos y no consentidos espera a que lleguen los pacientes. Pacientes desesperados de muchos países, incluido Estados Unidos, han sido atraídos a China por páginas web de hospitales y por intermediarios que prometen órganos compatibles en solo dos o cuatro semanas. Esto es inaudito en Occidente, donde los pacientes esperan años por los órganos».
En marzo de 2020, el Tribunal independiente de China, con sede en Londres, concluyó que «la sustracción forzada de órganos se ha cometido durante años en toda China a una escala significativa y que los practicantes de Falun Gong han sido una —y probablemente la principal— fuente de suministro de órganos».
La Dra. Corson hizo un llamamiento a todos los miembros de la profesión médica y a toda la comunidad mundial para que aboguen por el fin de la sustracción forzada de órganos vivos de los practicantes de Falun Gong y de otros prisioneros de conciencia inocentes en China.
«Si aceptamos el establishment médico chino como legítimo y ético, estaremos colaborando con los asesinos de masas», dijo la Dra. Corson.
El mensaje llega al público
La concentración llamó la atención de muchos que pasaban por allí. Varias personas compartieron sus pensamientos y apreciaron la valentía de la gente al denunciar al PCCh.
«Me enteré de todas las cosas que está haciendo China y de las que no informan los medios de comunicación. Por ejemplo, lo que están haciendo a los uigures [y] el hecho de que China está involucrada en la sustracción de órganos», dijo Michael Smith, un funcionario del gobierno, a The Epoch Times.
Smith dijo que ya había oído hablar de la sustracción forzada de órganos cometida por el régimen chino, pero que pensaba que era solo una «leyenda urbana». «Sin embargo, recibí información aquí que apunta a la evidencia de que esto es cierto».
«Es despreciable, repugnante», dijo Smith, y añadió que tenía que «implicarse más en intentar concienciar al público para ver qué se puede hacer».
«No quiero formar parte de todo lo que está ocurriendo», dijo Smith a The Epoch Times, «hay algo que escuché hace mucho tiempo que dice que si no dices nada, entonces eres parte de ello. Así que ese es mi sentimiento. Debo hacer algo para no formar parte de ello».
Smith pensó que el mitin era una forma excelente de hacer llegar el mensaje.
«Creo que muchas veces, cuando se empieza con algo pequeño y a nivel de las bases, es donde se [logra] el impacto más significativo que podría cambiar la sociedad. Y creo que esto es un paso en esa dirección».
«Yo desconfiaría más si de repente hubiera como una campaña multimillonaria diciendo algo», dijo Smith, «creo que todo empieza con pequeños pasos».
Brian Roenelt, un paisajista de Cherry Hill (Nueva Jersey), también expresó su gratitud tras ser informado en la manifestación sobre la sustracción forzada de órganos cometida por el PCCh.
«Ni siquiera puedo expresar con palabras lo insondable que es que algo así esté ocurriendo», dijo Roenelt a The Epoch Times, «pero hay mucha gente que hace la vista gorda, y es horrible».
Dijo que era su «deber civil» detenerse y escuchar lo que decían los oradores y su expresión de las creencias que todos compartimos.
«Cuantas más personas tomen conciencia de ello (…) más posibilidades habrá de que se produzca un cambio», dijo Roenelt, «así que los pocos minutos que puede tardar alguien en reconocer lo que está ocurriendo podrían ser lo que en conjunto haga cambiar el vasto resultado y afecte a la vida de millones y millones de personas».
Al menos 25 chinos decidieron renunciar al PCCh durante la manifestación, dijo Luchansky a The Epoch Times.
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