Luego de 14 semanas de protestas ininterrumpidas en Hong Kong, los manifestantes marcharon este domingo a la embajada de Estados Unidos pidiendo a Trump que libere a la ciudad de la China comunista.
Una multitud se reunió en un parque céntrico de la ciudad y marchó hacia la embajada portando banderas estadounidensese incluso cantando el himno del país. Sostenían carteles y pancartas donde podía leerse “Presidente Trump, por favor, libere Hong Kong”.
El objetivo de los manifestantes prodemocracia era entregar una carta a un representante de la embajada instando a Washington a aprobar el proyecto de ley llamado Ley Democrática y de Derechos Humanos de Hong Kong, la cual exigiría que el Secretario de Estado de EE. UU. certifique anualmente que la ciudad de Hong Kong es lo suficientemente autónoma de China continental como para justificar el trato especial que se le otorga.
La medida también propone sanciones para las autoridades chinas y hongkonesas que se determine socavan la democracia y los derechos humanos en la ciudad.
Letter to @USAinHKMacau submitted #antiELAB #ExtraditionLaw #HongKongProtests pic.twitter.com/jlKQZmU92v
— Galileo Cheng (@galileocheng) September 8, 2019
Por su parte, el gobierno de Hong Kong rechazó la “interferencia” extranjera, y en un comunicado de prensa respondiendo a las manifestaciones del 8 de septiembre sentenció: “El gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong (RAEHK) lamenta la reintroducción de la Ley y reitera que las legislaturas extranjeras no deben interferir de ninguna forma en los asuntos internos de la RAEHK”.
Edward Yau Tang-Wah, secretario de comercio y desarrollo económico de la ciudad, señaló a los medios de comunicación en Hong Kong que considera que el reciente proyecto de ley de Estados Unidos, destinado a enmendar la Ley de Política entre EE. UU. y Hong Kong de 1992, es una “medida innecesaria”, y se preguntó si había “motivos ocultos” detrás del proyecto.
A partir de esta Ley 1992, Estados Unidos acordó tratar a Hong Kong como una entidad separada de China continental en cuestiones económicas y comerciales, incluso después de que la excolonia británica fuera devuelta a China en 1997. A raíz de esto, los productos de Hong Kong que entran al mercado estadounidense no están sujetos a las penalizaciones por aranceles que actualmente se aplican a productos chinos.
Beijing y todos los medios controlados por el régimen comunista, se han referido a las protestas como esfuerzos de grupos delictivos e incluso terroristas, que cuentan con el respaldo de “grupos extranjeros hostiles” interesados en escindir el territorio.
China, además, continúa negando las acusaciones de intromisión y asegura que lo que ocurre en Hong Kong es un asunto interno, y acusa específicamente a Estado Unidos y Gran Bretaña de “fomentar el descontento”, según informó Reuters.
El Departamento de Estado de EE. UU. negó estas acusaciones y denunció que se trataban de una “campaña de propaganda” emprendida por Beijing en contra de diplomáticos y ciudadanos estadounidenses, e instó a estos últimos a manejarse con precaución, según un reporte de VOA.
Absolutely unbelievable.
Hong Kong today marching to the US Consulate.#FreeHongKong
— Joshua Potash (@JoshuaPotash) September 8, 2019
Las manifestaciones del domingo transcurrieron de forma pacífica, pero hacia su finalización, según relataron distintos medios informativos, surgieron disturbios entre la policía y los protestantes que terminaron en enfrentamientos con gases lacrimógenos y con algunos arrestos.
Este lunes por la mañana, en respuesta a la agresión policial, miles de estudiantes formaron largas cadenas humanas como forma de protesta y para seguir reclamando por reformas democráticas en el territorio semiautónomo chino.
07:26 – Student chain in Siu Sai Wan pic.twitter.com/RJ0GgCcX3O
— Charmaine Mok (@supercharz) September 8, 2019
Las manifestaciones, que comenzaron en el mes de marzo y se multiplicaron a partir de junio, a raíz de un proyecto de Ley de Extradición que habría permitido que ciudadanos de Hong Kong fueran enviados a China continental para ser juzgados en el opaco sistema legal del Partido Comunista Chino, se convirtieron en un pedido por mayor democracia y continúan hasta la actualidad.
Hoy, pese a que el retiro del proyecto de ley ya fue anunciado, las demostraciones públicas continúan y exigen una investigación independiente sobre las protestas; elecciones plenamente democráticas; que el gobierno se retracte de haber calificado a las protestas como “disturbios”; y la exoneración de todos los manifestantes que han sido arrestados.
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