La policía de la antigua república soviética de Georgia se enfrentó a manifestantes por cuarta noche consecutiva después de que el partido Sueño Georgiano, que ganó las elecciones el mes pasado, suspendiera las negociaciones para entrar en la Unión Europea, las cuales llevaban cuatro años.
La Presidente de Georgia, Salome Zourabichvili, pidió a la Corte Constitucional del país que convoque a las elecciones anuales del mes pasado, pero su rival político, el Primer Ministro Irakli Kobakhidze, ha advertido a los manifestantes de que «cualquier violación a la ley será respondida con todo el rigor de la ley».
Zourabichvili y la oposición afirman que los comicios del 26 de octubre (en los que ganó Sueño Georgiano por casi un 54 por ciento) fueron amañados bajo la influencia de Rusia.
Los enfrentamientos del sábado por la noche se saldaron con 44 personas hospitalizadas después de que la policía desplegara cañones de agua y gases lacrimógenos.
Decenas de miles de manifestantes se congregaron frente al Parlamento, lanzaron piedras y lanzaron fuegos artificiales.
Una efigie del fundador del partido Sueño Georgiano, Bidzina Ivanishvili, un multimillonario que hizo su fortuna en Rusia, fue quemada.
Los enfrentamientos continuaron el domingo por la noche, según reportajes sobre el terreno y vídeos difundidos por redes sociales y fotoperiodistas.
Katie Shoshiashvili, investigadora principal sobre corrupción de Transparencia Internacional, una organización sin ánimo de lucro con sede en Berlín, escribió en X: «Las fuerzas policiales lanzaron una brutal represión contra los manifestantes en las primeras horas, persiguiéndolos por las calles centrales de Tiflis, rodeándolos, golpeándolos brutalmente, sacando a las personas de sus coches y realizando detenciones arbitrarias».
La agencia de noticias rusa Interfax informó que la policía dispersó a la mayoría de los manifestantes en las primeras horas de la noche del lunes, dejando sólo un pequeño grupo cerca de una estación del metro.
Interfax, citando al Ministerio del Interior georgiano, dijo que 113 policías habían resultado heridos en los últimos días.
Tanto la UE como el gobierno de Estados Unidos se han mostrado alarmados por el aparente giro de Georgia hacia una postura pro-Moscú.
El Departamento de Estado estadounidense declaró el sábado que suspendía su asociación estratégica con Georgia.
En un comunicado, el Departamento de Estado dijo: «La decisión de Sueño Georgiano de suspender el proceso de adhesión de Georgia a la UE va en contra de la promesa al pueblo georgiano consagrada en su constitución de perseguir la plena integración con la Unión Europea y la OTAN».
«Más vulnerables al Kremlin»
«Al suspender el proceso de adhesión de Georgia a la UE, el Sueño Georgiano ha rechazado la oportunidad de estrechar lazos con Europa y ha hecho a Georgia más vulnerable ante el Kremlin», añadió.
El 28 de noviembre, el Parlamento Europeo adoptó una resolución no vinculante en la que afirmaba que las elecciones «no pueden considerarse libres y justas» y que «el desarrollo de las elecciones fue una manifestación más del continuo retroceso democrático del que el partido gobernante es plenamente responsable».
Pero Sueño Georgiano afirma que pretende defender la soberanía del país frente a injerencias exteriores.
Kobakhidze afirmó: «Tampoco eludirán su responsabilidad aquellos políticos que se esconden en sus despachos y sacrifican a miembros de sus grupos violentos para someterlos a severos castigos».
Negó que el gobierno estuviera frenando la integración con Europa occidental y dijo: «Lo único que hemos rechazado es el chantaje vergonzoso y ofensivo, que era, de hecho, un obstáculo importante para la integración europea de nuestro país».
Georgia, en la costa sureste del Mar Negro, se considera parte del continente europeo, pero lleva mucho tiempo bajo la sombra de Rusia.
Fue conquistada por los zares rusos en el siglo XIX y formó parte de la Unión Soviética (Joseph Dzhugashvili, más conocido como Stalin, era georgiano) hasta que obtuvo la independencia en 1991.
En 2008, Georgia libró una guerra con Rusia por la región separatista de Osetia del Sur.
En los últimos años ha buscado una mayor integración con Europa y Occidente, pero Kobakhidze dijo el sábado que «entidades extranjeras» querían ver la «ucranización» de Georgia.
Refiriéndose a los acontecimientos en una plaza en el centro de Kiev en 2014 que llevaron a los nacionalistas ucranianos a derrocar a un presidente pro-Moscú, Víktor Yanukóvich, Kobakhidze dijo que temía un «escenario al estilo Maidan».
Tras las protestas del llamado Euromaidán en Kiev, Rusia se anexionó Crimea y comenzó a apoyar a las fuerzas separatistas en la región de Donbás.
Kobakhidze dijo del Presidente Biden: «Se puede ver que la administración saliente está tratando de dejar a la nueva administración un legado lo más difícil posible. Lo están haciendo con respecto a Ucrania, y ahora también con respecto a Georgia».
Kobakhidze espera la llagada de la Administración Trump
«Esto no tendrá ningún significado fundamental. Esperaremos a la nueva administración y discutiremos todo con ellos», dijo, en referencia al presidente electo Donald Trump, que tomará posesión el 20 de enero.
Zourabichvili afirmó que su país se está convirtiendo en un Estado «cuasi ruso».
No pedimos una revolución. Pedimos nuevas elecciones, pero en condiciones que garanticen que la voluntad del pueblo no será tergiversada ni robada de nuevo».
«Georgia siempre se ha resistido a la influencia rusa y no aceptará que le roben su voto y su destino», añadió.
En las elecciones del 26 de octubre, Sueño Georgiano obtuvo 89 escaños en el Parlamento del país, con el 54 por ciento de los votos, frente a dos partidos proeuropeos, la Coalición por el Cambio y el Movimiento Unidad Nacional, que obtuvieron sólo 35 escaños con el 22 por ciento del voto popular.
La UE concedió a Georgia el estatus de candidato en diciembre de 2023 a condición de que cumpliera las recomendaciones del bloque, pero dejó en suspenso su adhesión después de que Sueño Georgiano promulgara una ley de «influencia extranjera».
Kobakhidze afirmó que se había producido una «cascada de insultos» por parte de los políticos de la UE y que «los malquerientes de nuestro país han convertido el Parlamento Europeo en un arma contundente de chantaje contra Georgia, lo que es una gran desgracia para la Unión Europea».
Con información de The Associated Press y Reuters
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