Cientos de personas se reunieron frente al edificio de la Corte Suprema el martes temprano para expresarse ante la filtración de un borrador de la sentencia del tribunal, que señala que la histórica sentencia sobre el aborto, Roe vs Wade, sería anulada.
Uno de los manifestantes, Patrick Mahoney, director de estrategia del Centro de Políticas Públicas Stanton, una organización provida, dijo que era “deplorable” la filtración del borrador del dictamen.
La Corte Suprema no debe ser manipulada ni politizada, le dijo a The Epoch Times.
A pesar de ello, dijo, «estamos encantados con la decisión».
“Estamos encantados de que Roe vs Wade esté llegando a su fin. Estamos encantados de que Roe termine en la chatarra de la historia”, agregó.
Los partidarios del derecho al aborto, sin embargo, están molestos por el fallo, que pondría fin a la protección federal al derecho al aborto y dejaría la decisión en manos de los estados.
Tarah Demant, directora de Amnistía Internacional, un grupo mundial de derechos humanos, reaccionó a la decisión filtrada y afirmó que no detendrá el aborto, sino que conducirá a un porcentaje significativamente mayor de abortos inseguros.
“Es una parodia absoluta de los derechos humanos”, le dijo a The Epoch Times.
“Lo que esto significa es que habrá menos acceso al aborto seguro. El acceso al aborto es un derecho humano, el acceso a la atención médica es un derecho humano”, dijo.
Demant cree que es muy poco probable que esta decisión se modifique drásticamente.
Lo que la Corte Suprema necesita saber en última instancia, continuó, “es que la abrumadora mayoría de los estadounidenses apoya el derecho al aborto”.
“Esto no se trata de la voluntad de la gente. Se trata de una minoría religiosa extrema que impone su voluntad a los estadounidenses”, dijo Demant.
Los estadounidenses están profundamente divididos sobre el aborto, incluida su moralidad.
En mayo del año pasado, el porcentaje de estadounidenses que creen que el aborto es moralmente aceptable alcanzó un nuevo máximo del 47 por ciento, frente al 36 por ciento de 2009, según Gallup.
Si bien el apoyo popular al aborto legal ha aumentado y disminuido en las últimas dos décadas, se ha mantenido relativamente estable en los últimos cinco años, según el Centro de Investigación Pew. Una encuesta de Pew de 2021 encontró que el 59 por ciento creía que el aborto debería permitirse en todas o en la mayoría de las circunstancias, mientras que el 39 por ciento dijo que debería prohibirse en todas o en la mayoría de las circunstancias.
Kate Hoeting, miembro de Catholics for Choice, una organización sin fines de lucro que aboga por el derecho al aborto, afirmó que los “cristianos extremistas” están intentando erosionar los derechos humanos fundamentales.
“Este es un caso de un pequeño número de hombres cristianos blancos que toman el control del gobierno”, le dijo a The Epoch Times.
La senadora Elizabeth Warren (D-Mass.) también se dirigió a los manifestantes a favor del aborto afuera del edificio de la Corte Suprema.
“Vamos a contraatacar”, les dijo Warren a sus seguidores.
Las mujeres pobres y jóvenes, dijo, serán las más afectadas por la derogación de Roe vs Wade.
“Estoy aquí porque estoy enojada. Y estoy aquí porque el Congreso de Estados Unidos puede cambiar todo esto”.
Pero no todos los progresistas están de acuerdo con Warren.
Kristen Turner, directora de comunicaciones del grupo llamado “Levantamiento Progresista Contra el Aborto”, dijo que están surgiendo muchos partidarios provida entre los progresistas.
“Hay millones de nosotros, no solo provida progresistas, sino también personas provida seculares que pensamos que nuestros valores progresistas también deben incluir a las personas no nacidas”, dijo Turner a The Epoch Times.
Turner, quien reside en San Francisco, también afirmó que su propia experiencia con el abuso sexual influyó en su decisión sobre el aborto.
“Estoy muy feliz de haber cambiado de opinión. Creo que nuestros hermanos humanos nonatos merecen el mismo derecho a vivir”.
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