El lunes, la representante Marjorie Taylor Greene (R-Ga.) dijo que solo estaba siendo sarcástica cuando afirmó que, si ella y Steve Bannon hubieran organizado la protesta del 6 de enero en el Capitolio, «habríamos estado armados» y «habríamos ganado», un comentario que fue condenado por la Casa Blanca como «violento» y una «bofetada en la cara» de las fuerzas policiales.
Greene dijo en un comunicado el 12 de diciembre que sus comentarios eran en broma y que se estaba «burlando de Joe Biden y de los demócratas, que me han convertido continuamente en un objetivo político desde el 6 de enero».
«La Casa Blanca tiene que aprender cómo funciona el sarcasmo», dijo Greene, refiriéndose a la respuesta de la Administración Biden a sus polémicos comentarios.
Mientras hablaba en una gala del Club de Jóvenes Republicanos de Nueva York el sábado, Greene se burló de las afirmaciones de que ella y el exestratega jefe de la era Trump, Steve Bannon, estuvieron involucrados en la planificación de las protestas del 6 de enero que llevaron a una multitud a irrumpir en el Congreso.
«Les diré algo, si Steve Bannon y yo hubiéramos organizado eso, habríamos ganado. Por no mencionar que habría sido con armas», dijo Greene en el acto.
«¿Ves? Ese es todo el chiste, ¿no?», continuó. «Dicen que todo eso estaba planeado y yo digo ‘¿estás bromeando? Un montón de conservadores, partidarios de la Segunda Enmienda, entraron en el Capitolio sin armas y ¿creen que lo organizamos nosotros? No lo creo».
Su comentario se produjo mientras se rumorea que el panel de la Cámara de Representantes que investiga el incidente del 6 de enero tiene previsto publicar su informe final en el plazo de una semana.
Respuesta de la Casa Blanca
El comentario de Greene suscitó una dura reprimenda por parte del gobierno de Biden.
El portavoz de la Casa Blanca, Andrew Bates, emitió un comunicado a los medios de comunicación en el que calificaba el comentario de Greene de «peligroso» y su retórica de «violenta».
«Va en contra de nuestros valores fundamentales como país que una miembro del Congreso desee que la carnicería del 6 de enero hubiera sido aún peor, y se jacte de que habría tenido éxito en una insurrección armada contra el gobierno de Estados Unidos», declaró Bates.
«Esta retórica violenta es una bofetada a la Policía del Capitolio, a la Policía Metropolitana de DC, a la Guardia Nacional y a las familias que perdieron a sus seres queridos como consecuencia del ataque al Capitolio», añadió.
La secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, repitió esa postura en una sesión informativa celebrada el 12 de diciembre, en la que calificó el comentario de Greene de «simplemente antitético con nuestros valores como país».
«Todos los líderes tienen la responsabilidad de condenar estos peligrosos y viles comentarios y defender nuestra Constitución y también el Estado de derecho», añadió Jean-Pierre.
Por su parte, Greene dijo que la Casa Blanca no solo no entiende cómo funciona el sarcasmo, sino que acusó al gobierno de Biden de intentar «convertir en arma» su comentario, afirmando también que recibe amenazas violentas contra su vida todos los días «simplemente porque los demócratas y los medios de comunicación han mentido y me han difamado durante los últimos dos años».
«Nunca permitiré que la Casa Blanca, los demócratas o los medios de comunicación sigan acusándome de algo con lo que no tengo nada que ver», continuó Greene, refiriéndose al incidente del 6 de enero.
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