Nuevos datos sugieren que dos dosis de la vacuna anti-COVID de Pfizer no brindan mucha protección contra la infección para niños de 5 a 15 años contra la variante ómicron del virus del PCCh, según nuevos datos publicados en la revista de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, (CDC), Morbidity and Mortality Weekly Report.
Los CDC analizaron datos del estudio Pediatric Research Observating Trends and Exposures in COVID-19 Timelines (PROTECT) en el que participaron 13,645 niños de 5 a 15 años de edad de Arizona, Texas, Florida y Utah. Se enviaron hisopos nasales semanales y encuestas desde julio de 2021 hasta febrero de 2022, ya sea que los niños tuvieran síntomas o no.
“Sin pruebas semanales periódicas, pasarán por alto muchas infecciones, especialmente en los niños, que a menudo tienen síntomas leves”, dijo en un comunicado de prensa Laura Olsho, investigadora principal del proyecto PROTECT. “Con el aumento del uso de pruebas rápidas en el hogar, se necesitan estudios como el nuestro para proporcionar información más completa sobre las tasas de infección y la eficacia de la vacuna”.
El estudio descubrió un fuerte descenso de la eficacia contra la infección cuando la variante ómicron se hizo predominante en Estados Unidos. La vacuna de ARN mensajero (ARNm) de Pfizer (después de la segunda dosis) tuvo una eficacia del 31 por ciento contra la infección por ómicron entre los niños de 5 a 11 años y del 59 por ciento entre los adolescentes de 12 a 15 años.
El estudio también encontró que los niños completamente vacunados infectados con ómicron “pasaron un promedio de medio día menos enfermos en la cama” en comparación con los no vacunados con la infección por ómicron. Sin embargo, el grupo vacunado perdió 11 horas más de escuela (26.2 horas) que sus contrapartes no vacunadas (18.8 horas). No hubo ninguna diferencia significativa entre ambos grupos que buscaban atención médica: El 16.4 por ciento de los niños no vacunados y el 15.5 por ciento de los niños vacunados informaron que necesitaban atención médica.
Pfizer le dijo a The Epoch Times en un correo electrónico que no comentan sobre estudios que no son dirigidos por Pfizer.
“No tenemos ningún comentario sobre este análisis específico, ya que no es un estudio dirigido por Pfizer”, escribió el fabricante de la vacuna. “Sin embargo, nos alienta la creciente riqueza de evidencia de investigadores independientes y datos del mundo real y agradecemos estudios adicionales”.
La rápida disminución de la protección contra la infección se hizo eco de resultados similares encontrados en un estudio del estado de Nueva York (pdf), que aún no ha sido revisado por pares.
Investigadores del Departamento de Salud de Nueva York dijeron que la eficacia de la vacuna contra la infección durante los primeros 13 días después de la segunda dosis estuvo entre el 62 por ciento y el 68 por ciento para niños de 5 a 11 años y entre el 71 por ciento y el 81 por ciento para adolescentes de 12 a 17 años.
Esa protección se desplomó en la quinta semana a un mero 8 a 16 por ciento en el grupo más joven y entre 48 a 63 por ciento para los adolescentes. A la séptima semana después de la vacunación, la eficacia de la vacuna fue negativa para los niños de 5 a 11 años, lo que significa que los niños no vacunados tienen un menor riesgo de infección en el rango del 29 al 56 por ciento.
Un exprofesor de la Facultad de Medicina de Harvard, Martin Kulldorf, explicó cómo puede suceder esto.
“Una explicación probable es que los niños no vacunados se infectaron antes que los vacunados, y una vez que el efecto de la protección desaparece, los niños vacunados corren un mayor riesgo que los no vacunados que ahora han adquirido inmunidad natural”, escribió Kulldorf en un artículo. “Es decir, la vacuna simplemente pospuso las infecciones unas pocas semanas o meses”.
A pesar de la rápida disminución de la eficacia contra la infección, los CDC dicen que «los niños y adolescentes elegibles deben mantenerse al día con las vacunas anti-COVID recomendadas», afirmando que dos dosis de la inyección de Pfizer fueron «eficaces en la prevención de la infección asintomática y sintomática de SARS-CoV-2 con la variante ómicron”.
SARS-CoV-2 es el nombre científico del virus del PCCh (Partido Comunista Chino) que causa el COVID-19.
Kulldorf dice que no tiene sentido que los niños reciban estas inyecciones, ya que tienen un bajo riesgo de enfermedad grave y muerte. Además, asegura que todavía no hay datos sólidos sobre la eficacia de la vacuna en hospitalizaciones y muertes y que no se ha realizado una “evaluación adecuada de riesgo-beneficio”.
«En el caso de los niños, el riesgo de mortalidad es muy pequeño y los riesgos conocidos y aún desconocidos de las reacciones adversas pueden superar los beneficios en la reducción de las hospitalizaciones y la muerte por COVID, que desgraciadamente aún se desconocen», dijo Kulldorf.
La autorización de uso de emergencia (EUA) para la vacuna de Pfizer se extendió a los niños en base a dos estudios de control aleatorios para cada grupo que involucraron a más de 4000 participantes. La vacuna tuvo un rango de eficacia del 68 al 98 por ciento contra el COVID-19 leve después de la segunda dosis en el ensayo para el grupo de edad de 5 a 11 años, mientras que fue del 75 al 100 por ciento para el grupo de adolescentes.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) autorizó la vacuna para niños porque el ensayo mostró que la eficacia contra la infección era del 50 por ciento o más. Se desconoce si los nuevos datos del mundo real afectarán a la autorización de Pfizer para los niños de 5 a 11 años.
The Epoch Times se ha comunicado con la FDA para recibir comentarios sobre esta investigación.
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