Mayoría de los ingresados por COVID-19 en hospital de Israel están totalmente vacunados, dice médico

Por Meiling Lee
07 de agosto de 2021 9:27 AM Actualizado: 07 de agosto de 2021 9:46 AM

Un médico israelí afirmó que la mayoría de los pacientes de COVID-19 hospitalizados en su hospital están completamente vacunados y los que tienen una enfermedad grave también fueron vacunados.

«Entre el 85 y el 90 por ciento de las hospitalizaciones son de personas totalmente vacunadas», y «el 95 por ciento de los pacientes graves están vacunados», dijo el Dr. Kobi Haviv, director médico del Hospital Herzog de Jerusalén en el programa Channel 13 TV News, el 5 de agosto. El Hospital Herzog está especializado en la atención de ancianos.

Haviv indicó que el aumento de los casos de personas vacunadas que contraen COVID-19, una enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), se debe a que «la eficacia de la vacuna está disminuyendo».

Los datos de julio del Ministerio de Sanidad israelí sugerían que la eficacia de la vacuna de Pfizer en prevenir la infección y los síntomas de enfermedad descendió del 90 por ciento a solo el 39 y el 41 por ciento, respectivamente. Sin embargo, los niveles de protección contra la enfermedad grave (88 por ciento) y la hospitalización (91.4 por ciento) seguían siendo altos.

La vacuna de Pfizer ha sido la única vacuna COVID-19 disponible para los israelíes desde que se autorizó su uso en diciembre de 2020. Sin embargo, el gobierno anunció el mes pasado que en agosto se ofrecerá la vacuna Moderna a ciertas personas, mientras que la vacuna Pfizer se reservaría para los menores de 18 años.

Pfizer no respondió a una solicitud de comentarios al cierre de esta edición.

Hasta el viernes, 5,392,509 de una población de más de 9 millones de habitantes recibieron la segunda dosis de la vacuna de ARN mensajero, y 349,707 personas recibieron la tercera dosis de refuerzo, según cifras del Ministerio de Salud. El 4 de agosto, el país registró más de 3000 casos positivos de COVID-19, 261 enfermos graves y seis muertes.

Se considera que las personas están totalmente vacunadas dos semanas después de la segunda vacuna de ARN mensajero.

Un trabajador sanitario israelí administra una tercera dosis de la vacuna COVID-19 de Pfizer-BioNtech en el Servicio de Salud de Clalit en Jerusalén el 1 de agosto de 2021, mientras Israel lanza su campaña para dar vacunas de refuerzo a las personas mayores de 60 años. (Menahem Kahana/ AFP vía Getty Images)

Israel fue uno de los primeros países en poner en marcha un programa de vacunación masiva en diciembre de 2020 y en tres meses, al menos el 50 por ciento de su población había recibido una vacuna de ARN mensajero, lo que convirtió al país en un líder mundial en la vacunación contra el virus del PCCh.

Pero en las últimas seis semanas, se registró un aumento continuo del número de casos y hospitalizaciones por COVID-19 debido a la variante delta, que se identificó por primera vez en India.

La variante delta se ha convertido en la variante dominante que se está propagando en Israel y representa más del 90 por ciento de los casos de COVID-19 secuenciados. Los científicos afirman que es más transmisible y puede ser más infecciosa, pero aún se desconoce si causa una enfermedad más grave, hospitalizaciones y muertes.

Según el profesor Ran Balicer, médico de salud pública y presidente del Equipo Nacional de Expertos de COVID-19 en Israel, con la variante delta se observaron casos posvacunación en una proporción mayor de lo que se esperaba.

«Vimos más casos posvacunación de los que esperábamos. Así que no vimos solo la enfermedad entre los no vacunados (…) lo que también hemos visto fue más y más casos entre los vacunados».

A pesar del aumento de los casos de COVID-19 y de las hospitalizaciones, los expertos afirman que es menor que las oleadas anteriores y que las tasas de mortalidad se han mantenido bajas.

Captura de pantalla de los nuevos casos de COVID-19 en Israel, según datos del Ministerio de Sanidad el 4 de agosto de 2021. (captura de pantalla de The Epoch Times)

 

Captura de pantalla de la tasa de mortalidad por COVID-19 en Israel, según datos del Ministerio de Sanidad el 4 de agosto de 2021. (captura de pantalla de The Epoch Times)

No obstante, el gobierno puso esta semana en marcha nuevas restricciones que incluyen un determinado porcentaje de empleados públicos que deberán trabajar a distancia y la limitación de las concentraciones de personas a quienes que puedan demostrar que están vacunadas, que se han recuperado de una infección anterior o que se han sometido a la prueba del COVID-19.

«Ahora hemos introducido una serie de medidas, por poner un ejemplo, el pasaporte verde que ha sido la norma, que significa que en un recinto cerrado en el que hayan personas, una persona que no esté vacunada no puede entrar sin una prueba de vacunación o una prueba de que ha contraído COVID anteriormente y se ha recuperado, o de que se ha realizado una prueba en los últimos días para demostrar que no es infeccioso. Sin eso no puede entrar en las instalaciones. Esa norma, ayer se puso en marcha en todas las instalaciones que aceptan personas en interiores», dijo Balicer en una entrevista con Haaretz News el 5 de agosto.

Además se exige el uso de mascarillas en lugares públicos y en eventos al aire libre con más de 100 personas.

El gobierno israelí también anunció  que pondrá en marcha una campaña contra los abrazos y los besos como parte de su estrategia para frenar el aumento de los casos de COVID-19.


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