La mayoría de los votantes estadounidenses que se identifican como republicanos o independientes no votarían por un presidente socialista, incluso si éste estuviera » mayormente bien calificado», según una reciente encuesta de Gallup. Más de tres de cada cuatro demócratas, por otro lado, votarían por un socialista.
«De aquí a las convenciones políticas de 2020, se discutirá sobre las calificaciones de los candidatos presidenciales: su educación, edad, religión, raza, etc. Si su partido nominara a una persona ampliamente calificada para presidente que resultara ser socialista, ¿votaría por esa persona?», preguntó el encuestador.
Mientras que el 76 por ciento de los demócratas dijo que lo haría, sólo el 17 por ciento de los republicanos y el 45 por ciento de los independientes lo afirmaron.
La mayoría de los encuestados no tuvieron ningún problema en votar por un candidato «generalmente bien calificado» de su partido que fuera negro, hispano, judío o mujer. Sin embargo, sólo dos de cada cinco republicanos votarían por un musulmán o un ateo.
Ser socialista era el único atributo de la encuesta que provocaba el rechazo de la mayoría.
La encuesta se realizó a través de teléfonos celulares y fijos entre 1033 adultos del 16 al 29 de enero. Los resultados no difieren mucho de los de la encuesta de Gallup de abril del año pasado, cuando el 19 por ciento de los republicanos, el 49 por ciento de los independientes y el 74 por ciento de los demócratas dijeron que votarían por un socialista.
Los resultados presentan un problema para los demócratas. Su base se ha desplazado significativamente hacia la izquierda en las últimas décadas, según reveló Pew Research en 2017, por lo que sus candidatos necesitan apoyar posiciones más progresistas, de extrema izquierda, hasta el pozo de las primarias. Sin embargo, a estos candidatos no les va especialmente bien con los independientes, que son la pluralidad de votantes, según Gallup.
El senador Bernie Sanders (independiente de Vermont), un socialista democrático autoproclamado, lidera ahora la candidatura demócrata con una ventaja de 4, 3 y 8 puntos en las últimas encuestas de Monmouth, Morning Consult y Quinnipiac respectivamente.
«¿Alguien más en el escenario está preocupado por tener a un socialista democrático en la cima de la boleta demócrata?», preguntó un moderador durante el debate demócrata del 7 de febrero. Sólo la senadora Amy Klobuchar (demócrata-Minnesota) levantó la mano después de un momento de silencio.
El presidente Donald Trump, por otro lado, se alinea con el sentimiento antisocialista, proclamando repetidamente que «América nunca será un país socialista».
Durante su discurso sobre el Estado de la Unión del 4 de diciembre, Trump atacó la política firmada por Sanders, una asistencia de salud universal dirigida por el gobierno.
«Ciento treinta y dos legisladores en esta sala han aprobado una legislación para imponer una toma socialista de nuestro sistema de salud, eliminando los planes de seguro médico privado de 180 millones de estadounidenses muy felices», dijo Trump. «Para aquellos que nos ven en casa esta noche, quiero que sepan: Nunca dejaremos que el socialismo destruya el sistema de salud estadounidense».
Trump también comentó sobre el socialismo al criticar el régimen socialista represivo de Nicolás Maduro en Venezuela.
La nación sudamericana solía ser la más rica de la región en gran parte debido a sus vastas reservas de petróleo. Pero bajo el gobierno de los presidentes socialistas, Hugo Chávez y Maduro, ha caído en la pobreza. El régimen ha estado sofocando las protestas antigubernamentales con arrestos, palizas e incluso ejecuciones de disidentes.
«El socialismo destruye naciones», dijo Trump durante su discurso. «Pero recuerden siempre: La libertad unifica el alma».
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