NUEVA YORK— McDonald’s tiene algunos problemas con los mayores empacadores de carne de la actualidad.
El gigante de la comida rápida demandó a las «Cuatro Grandes» de la industria cárnica estadounidense — Tyson, JBS, Cargill y National Beef Packing Company— y a sus filiales, alegando que existe un plan de fijación de precios para la carne de vacuno. En una demanda federal, presentada el viernes en Nueva York, McDonald’s acusó a las empresas de adoptar medidas anticompetitivas, como limitar colectivamente la oferta para subir los precios y cobrar cantidades «ilegalmente infladas».
Esta colusión provocó que el mercado de la carne de vacuno se convirtiera en «un monopolio en el que los compradores directos se veían obligados a comprar a los precios dictados por [los envasadores de carne]», — según la demanda de McDonald’s, el perjuicio que sufrió como uno de esos compradores es lo que «las leyes antimonopolio se diseñaron para evitar».
McDonald’s alega que la conspiración de los empacadores de carne se remonta a casi una década, al menos desde enero de 2015, y continúa en la actualidad. Su demanda argumenta que las acciones de estas empresas violan la Ley Sherman, una ley federal antimonopolio.
Tyson, JBS, Cargill y National Beef no respondieron inmediatamente a las solicitudes de comentarios del martes. Pero estas empresas ya se enfrentaron anteriormente a investigaciones federales y acusaciones de manipulación de precios.
Las demandas presentadas por supermercados, ganaderos, restaurantes y mayoristas se acumulan a lo largo de los años. Algunos litigios siguen pendientes, aunque los envasadores y procesadores de carne ya abrieron la cartera en el pasado.
En 2022, por ejemplo, JBS aceptó un acuerdo de 52.5 millones de dólares en una demanda similar por fijación de precios de la carne de vacuna. Y Tyson acordó pagar 221.5 millones de dólares en 2021, después de enfrentarse a demandas colectivas que alegaban que los precios del pollo se habían inflado a propósito.
Sin embargo, estos acuerdos no incluyeron la admisión de irregularidades. Los procesadores de carne sostuvieron anteriormente que factores más amplios de oferta y demanda fuera de su control, y no un comportamiento anticompetitivo, provocaron el aumento de los precios. Por ejemplo, las plantas de procesamiento de carne cerraron en ocasiones durante el apogeo de la pandemia COVID-19, y la industria también se enfrentó a la escasez de mano de obra, agravada por la pandemia.
Sin embargo, demandas como la de McDonald’s señalan el aumento de los márgenes de beneficio durante el supuesto período de conspiración, y argumentan que la concentración general del mercado contribuye a facilitar la colusión.
«Las conspiraciones son más fáciles de organizar y mantener cuando solo unas pocas empresas controlan una gran parte del mercado», dice la demanda de McDonald. Los datos de los últimos años muestran que Tyson, JBS, Cargill y National Beef controlan conjuntamente más del 80 por ciento del mercado de carne de vacuno estadounidense, señala la demanda.
McDonald’s solicita un juicio con jurado. La cadena con sede en Chicago, que no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios el martes, tiene más de 39,000 establecimientos en más de 100 países de todo el mundo, incluidos unos 13,000 en EE.UU. La gran mayoría son franquicias.
Por Wyatte Grantham-Philips
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