El plan de la Administración Biden de convertir las vacunas contra COVID-19 en un evento anual ha sido criticado por algunos expertos, entre ellos un médico de Oklahoma que dijo que la medida servirá a los intereses corporativos.
En un comunicado publicado el 8 de septiembre, la Casa Blanca reveló su plan para que más estadounidenses se apliquen una vacuna actualizada contra el COVID-19.
«Como el virus sigue cambiando, ahora podremos actualizar nuestras vacunas anualmente para apuntar a la variante dominante», decía el comunicado. El gobierno de Biden ha conseguido más de 170 millones de dosis de las vacunas actualizadas que se distribuirán a los estadounidenses.
El Dr. Jim Meehan, que tiene un consultorio de medicina funcional, dijo que la presión para seguir vacunando a la gente con las vacunas contra el COVID-19 y los refuerzos no se basa en la ciencia o la medicina.
«Este no es el proceso científico. Esto, en mi opinión, es corporocracia. Esto es la FDA capturada por la industria farmacéutica», dijo Meehan en una entrevista reciente para el programa «Capitol Report» de NTD.
Meehan dijo que no es sorprendente que las compañías farmacéuticas estén tratando de convertir las vacunas contra el COVID-19 en una fuente de ingresos.
Individuos en la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) que presionaron para que las empresas farmacéuticas se comprometieran a realizar más experimentos y ensayos de seguridad con las vacunas contra el COVID-19 han sido apartadas de la agencia, afirma Meehan. Dos dirigentes de la división de vacunas de la FDA renunciaron tras sentirse frustrados por las presiones de la Administración Biden.
La vacuna actualizada solo se ha probado en ocho ratones, señaló Meehan, y las pruebas solo se realizaron para ver si la vacuna producía más anticuerpos.
«La elevación de los anticuerpos no equivale a la protección», dijo.
Una vacuna anual «no va a ayudar a nadie, excepto a la compañía farmacéutica», dijo Meehan, ya que la eficacia de estas vacunas dura solo tres o cuatro meses en el mejor de los casos. Además, los anticuerpos parecen «potenciar» el coronavirus.
Más muertes
Tras revisar más de 11,000 informes sobre efectos adversos de las vacunas, Meehan descubrió que había más de 30,000 informes sobre muertes en una base de datos creada por el Congreso para controlar las señales de seguridad de las vacunas.
Cree que la base de datos está infravalorando en un factor de 41, lo que situaría las muertes de estadounidenses relacionadas con las vacunas en unos 1.2 millones.
Las empresas farmacéuticas no tienen ninguna responsabilidad en este tipo de sucesos, y nadie tiene que rendir cuentas, dijo Meehan.
«Históricamente, éste es el mayor error que se ha cometido en la historia de la medicina, la ciencia y el método científico», dijo.
Algunas personas que se han aplicado las vacunas contra el COVID-19 están experimentando inflamación del corazón, declaró Meehan. Las organizaciones deportivas obligan a los jóvenes deportistas a vacunarse.
Personas que estadísticamente no tienen ningún riesgo de morir por el virus están siendo obligadas a vacunarse y están pagando un precio terrible, dijo.
Estudios publicados en revistas como el Journal of the American Medical Association muestran que los jóvenes que reciben la vacuna contra el COVID-19 tienen un riesgo 133 veces mayor de sufrir miocarditis (inflamación del corazón) por la inyección que por el propio virus, dijo Meehan.
No se han llevado a cabo pruebas de seguridad adecuadas sobre la vacuna, y en su lugar se utilizan estudios de observación de bajo nivel financiados por empresas farmacéuticas como Pfizer Inc. y Moderna Inc., lo que en sí mismo representa un conflicto de intereses, declaró Meehan.
«Estamos recibiendo pseudociencia para apoyar una narrativa falsa para una vacuna que ha fracasado y seguimos impulsándola en más y más brazos. No sé qué es lo que impulsa esto», dijo. «Realmente no sé qué nivel de incompetencia, ignorancia o quizás malevolencia lo está impulsando, pero tiene que parar».
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