Al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se le extirpó en febrero una lesión cutánea que resultó ser un carcinoma de células basales, informó su médico, el Dr. Kevin O’Connor, al publicar un memorando el 3 de marzo.
La lesión cutánea de Biden fue extirpada de su pecho durante su evaluación médica integral, el 16 de febrero, en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, según la carta de su médico.
El tejido se envió para una biopsia tradicional y los resultados confirmaron que la pequeña lesión era un carcinoma de células basales.
El tejido canceroso se extirpó con éxito y la zona alrededor del lugar de la biopsia se trató presuntamente con electrodesecación y raspado en el momento de la biopsia, sin indicaciones de ningún tratamiento posterior.
Las lesiones de carcinoma de células basales no tienden a «extenderse» o metastatizarse como algunos cánceres de piel más graves, como el melanoma o el carcinoma de células escamosas, que tienen el potencial de aumentar de tamaño, lo que se traduce en un problema más importante, así como mayores dificultades para la extirpación quirúrgica, de acuerdo al médico de la Casa Blanca.
La zona de la biopsia se ha curado bien y el presidente seguirá recibiendo vigilancia dermatológica como parte de su atención sanitaria integral.
El hijo de Biden, Beau, falleció de cáncer cerebral en 2015, a los 46 años. Desde entonces, el presidente ha tenido claro que la lucha para erradicar el cáncer es algo personal para él.
Tanto durante su campaña como en el cargo, el presidente ha hecho de la lucha contra el cáncer una prioridad.
En febrero de 2021, Biden relanzó el programa Cancer Moonshot, con el objetivo de reducir a la mitad las muertes por cáncer en los próximos 25 años y mejorar la vida del personal sanitario a cargo y los sobrevivientes de esta enfermedad. Biden supervisó la iniciativa original del Moonshot durante los últimos años del gobierno de Barack Obama.
El informe sobre la extirpación de la lesión se produjo como resultado del primer examen físico de Biden en 15 meses, según The Hill.
El médico declaró como «estables» la fibrilación auricular no valvular de Biden, también conocida como fibrilación auricular, así como los resultados de las pruebas de hiperlipidemia y reflujo gástrico.
Tras la visita médica, O’Connor afirmó que Biden «sigue siendo un varón sano y vigoroso de 80 años» capaz de desempeñar sus responsabilidades como presidente.
En los próximos dos años, es probable que la salud del presidente sea objeto de un riguroso escrutinio, ya que se prevé que se presente a la reelección.
Si gana la reelección, Biden tendría 82 años al inicio de un segundo mandato. Los republicanos llevan tiempo cuestionando su capacidad física y psicológica para desempeñar el cargo.
Algunos republicanos, entre ellos la candidata a la presidencia para 2024, Nikki Haley, han sugerido que se exijan pruebas cognitivas a algunos de los legisladores más veteranos de Washington.
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