Rachel Palma no estaba dispuesta a creer la noticia cuando los médicos le dijeron que tenía un tumor maligno en el cerebro.
«Mi esposo y yo estábamos en estado de shock y solo queríamos solucionarlo», dijo Palma, casada recientemente, en el programa Today, en relación a las resonancias magnéticas. «Nunca me permití pensar que era cáncer».
Palma, de 42 años, de Middletown, Nueva York, dijo que estuvo teniendo síntomas extraños durante algún tiempo: alucinaciones, insomnio y pesadillas horribles, por nombrar algunos.
Para enero de 2018, sus síntomas habían empeorado, según The Washington Post. Ella dijo que empezó a tener problemas para sostener objetos y que su mano derecha se quedaba fuera de acción de forma azarosa, lo que hacía que dejara caer cosas al suelo.
Una resonancia magnética mostró una lesión del tamaño de una canica en el lado izquierdo de su cerebro, justo al lado del área del cerebro que controla el habla.
Los médicos dijeron a Palma que para tratar el tumor, era posible que tenga que someterse a una combinación de cirugía, quimioterapia y radiación.
«Guau, ¡que genial!»
Cuando los neurocirujanos operaron a Palma en el Hospital Mount Sinai de la ciudad de Nueva York en septiembre, no encontraron un tumor cerebral con características de malignidad -difuso, con márgenes indistintos-, sino una «cosa muy firme y muy bien encapsulada», dijo el médico Jonathan Rasouli a Today. Rasouli es jefe de neurocirugía residente en la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai.
«Parecía un huevo de codorniz», aclaró.
Rasouli y otro neurocirujano, el Dr. Raj Shrivastava, extirparon la misteriosa y definida lesión en una sola pieza y luego la abrieron.
» Ciertamente, de la lesión salió una tenia bebé», relató Rasouli a Today. «Ella tenía un único parásito en su cabeza que pudimos eliminar. Estábamos muy contentos. Fue una de esas raras situaciones donde ves un parásito y dices: «¡Guau, que genial!».
Aunque los parásitos se tratan normalmente con antibióticos, los médicos se sintieron aliviados al darse cuenta de que la lesión no era un tumor maligno y que Palma no necesitaría quimioterapia ni radiación.
«Estábamos animando y aplaudiendo. Fuimos muy felices», dijo Rasouli a la WABC.
Palma se disgustó al enterarse de la noticia después de la operación.
«Pensé ‘que asqueroso’, no sabía qué pensar. Me sentí aliviada de que no era cáncer y de que no necesitaría ningún tratamiento adicional», dijo a Today.
Tenia en el cerebro
La afección de Palmer se conoce como neurocisticercosis, en la cual se forman quistes en el cerebro, causados por una infección de tenia por comer carne de cerdo poco cocida u otros alimentos infectados, o por beber agua que contenga huevos del parásito. La neurocisticercosis es una de las principales causas de ataques epilépticos en el mundo en desarrollo.
«Una persona contrae neurocisticercosis al tragar huevos microscópicos que pasaron por las heces de una persona que tiene una tenia intestinal proveniente de un cerdo,» dicen los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en un documento (pdf).
El CDC ofrece un caso posible en el que una persona puede contraer neurocisticercosis: «Por ejemplo, una persona come carne de cerdo poco cocida e infectada y contrae una infección por tenia en los intestinos. Luego los huevos de tenia pasan a sus heces.
«Si no se lava bien las manos después de usar el baño, puede contaminar los alimentos o las superficies con materia fecal que contiene estos huevos.
«Estos pueden ser tragados por otra persona si come alimentos contaminados. Una vez dentro del cuerpo, los huevos eclosionan y se convierten en larvas que encuentran su camino hacia el cerebro. Estas larvas causan neurocisticercosis».
La propia Palmer no sabe dónde contrajo el parásito, no viajó a ningún país donde la tenia sea endémica y no comió carne cruda.
Pero dijo que es más feliz sin saberlo.
«Dejé de hacer preguntas y empecé a celebrar, y a aprovechar al máximo la vida porque en un instante se la pueden quitar», dijo a WABC.
«No tengo ninguna duda de que [los médicos] me salvaron», agregó. «Y me devolvieron la vida».
Adolescente muere con el cerebro plagado de quistes de tenia
En una noticia relacionadas, un adolescente murió después de que su cerebro se plagara con cientos de larvas de tenia, a menudo adquiridas al comer carne de cerdo mal cocida. El desconocido de 18 años de edad de la India fue presentado en el New England Journal of Medicine, donde se mostraron imágenes de resonancia magnética de su cerebro salpicado de manchas blancas donde se habían formado los quistes.
El niño fue ingresado en el Hospital ESIC de Faridabad, India, sufriendo de ataques epilépticos «tonicoclónicos».
Las convulsiones tonicoclónicas son lo que antes se conocían como convulsiones grand mal.
Como su nombre lo indica, tienen dos fases. Primero, la persona pierde el conocimiento y sus músculos se vuelven rígidos, causando que caigan al piso si están de pie. Luego, sus extremidades se sacuden rítmicamente.
El adolescente indio estaba en un estado de confusión, con hinchazón sobre su ojo derecho y dolor en la ingle. El ultrasonido reveló que el dolor en su ingle y ojo fue causado por quistes en esas regiones, que resultaron ser larvas de tenia.
Aunque los medicamentos antiparasitarios se pueden utilizar para tratar las infecciones por tenias, el adolescente tenía tantos quistes que sus médicos temían que los medicamentos le causaran más inflamación en el cerebro y los ojos.
En su lugar, fue tratado con esteroide dexametasona y medicamentos antiepilépticos, pero murió dos semanas después.
*****
A continuación:
Los practicantes de Falun Gong están siendo asesinados por sus órganos en China
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.