Cerca de 170 profesionales de la salud han firmado una carta abierta a la Asociación Americana de Psiquiatría (APA) en la que condenan su nuevo manual sobre «afirmación de género» por considerarlo «inaceptable, poco ético e inseguro».
Su carta abierta a la organización aparece en el sitio web de la Fundación contra la Intolerancia y el Racismo, un grupo de vigilancia de la libertad de expresión y las libertades civiles. Los firmantes exigen que la APA «explique por qué ignoró de forma flagrante muchos avances científicos en la atención relacionada con el género y que considere su responsabilidad de promover y proteger la seguridad y la salud mental y física de los pacientes».
La carta pide a la APA que suspenda la publicación del libro de texto «Atención Psiquiátrica de Afirmación de Género», publicado el 8 de noviembre. El libro de texto está destinado a ser utilizado como herramienta de enseñanza para médicos en formación.
«Buscamos una investigación científica imparcial y un debate sobre los daños y los beneficios de todos los tipos de atención que se ofrecen a las personas con trastornos relacionados con el género», afirma la carta. «Hasta que se aborden esas preocupaciones y se corrijan los errores del libro de texto, pedimos a la APA su retirada».
En 24 horas, se habían añadido más de 700 nombres a la lista de firmantes.
La APA no respondió inmediatamente a la solicitud de comentarios de The Epoch Times.
Hallazgos del estudio en tela de juicio
En el prólogo del libro se declara que es «el primer manual dedicado a proporcionar atención psiquiátrica afirmativa, interseccional y basada en pruebas a las personas transgénero, no binarias y/o de género expansivo (TNG)».
Sus 26 capítulos están escritos por 56 autores, 50 de los cuales se identifican como transgénero o no se identifican como hombres o mujeres, según el prólogo.
Pero otros profesionales de la salud cuestionan la conveniencia de basarse en las experiencias personales de los autores, sólo por su identidad de género.
También se oponen a que se respalden esos testimonios con estudios científicos limitados, algunos con resultados muy discutidos.
El manual también presenta teorías críticas neomarxistas centradas en denunciar la supuesta opresión de determinados grupos identitarios, señalan los críticos.
Sin embargo, el manual será visto como un estándar de oro de la atención médica, ya que viene con la considerable influencia de la APA detrás de él, los médicos preocupados dijeron a The Epoch Times.
Eso a pesar del hecho de que el libro de texto presenta como prueba algunos estudios que han sido criticados por ser defectuosos.
Entre ellos se incluye el famoso estudio del protocolo holandés que se convirtió en la base para recomendar la supresión de la pubertad, el uso de hormonas transgénero y otros procedimientos «afirmativos del género» para personas que se identifican como del sexo opuesto.
Los activistas transgénero afirman que los bloqueadores de la pubertad, las hormonas del sexo opuesto y la cirugía pueden salvar la vida de adultos y niños con confusión de género que pueden tener tendencias suicidas.
Otros rebaten esa idea. Y nuevas investigaciones respaldan esa forma de pensar.
Un reciente estudio finlandés ha revelado que los problemas de salud mental de las personas que «hacen la transición» médicamente persisten a pesar de recibir una atención de «afirmación del género». Un análisis de los datos mostró que la necesidad de atención psiquiátrica era mayor para las personas con disforia de género, tanto antes como después de la transición médica, en comparación con un grupo de control.
Millones de niños en peligro
La firma de la Dra. Lauren Schwartz, psiquiatra de Oklahoma, aparece en primer lugar en la carta. Le preocupa que el uso del manual para formar a los médicos pueda perjudicar a millones de niños, según declaró a The Epoch Times.
Ella y otros profesionales esperan que su carta sensibilice a padres y proveedores sobre «lo radicalmente que la Asociación Americana de Psiquiatría se ha alejado de la medicina y la ciencia en la publicación de este libro», dijo.
«Hay muchas afirmaciones falsas y perjudiciales, que no se basan en la medicina ni en la ciencia, sino en una base ideológica inconcebible y en desinformación médica, que perjudicarán a los pacientes y a sus familias», escribió en un mensaje de texto.
Otros profesionales que han firmado la carta son los psiquiatras Miriam Grossman y Az Hakeem. Ambos han escrito libros denunciando la ideología transgénero.
La doctora Grossman, psiquiatra de niños y adolescentes, escribió «Lost in Trans Nation: A Child Psychiatrist’s Guide Out of the Madness». Su libro denuncia la ideología de género como un repudio de la realidad y una burla de la biología básica masculina y femenina. Se ha manifestado abiertamente en contra de la transición de los niños.
El Dr. Hakeem, psiquiatra londinense, trabajó anteriormente en la clínica de género Tavistock. Es autor de «Detrans: When Transition is Not the Solution», que sostiene que nadie nace en el «cuerpo equivocado».
Sostiene que la transición se convierte en una «falsa solución a un problema diferente» en un momento de creciente presión para afirmar la creencia de una persona de que nació con el sexo equivocado.
Sin embargo, los autores del libro recomiendan esos métodos.
Los críticos del manual argumentan en su carta que las revisiones de la atención de afirmación de género en Suecia e Inglaterra tampoco apoyan la idea de que la transición mejore la salud mental de los pacientes.
Señalan que el libro de texto se basa en información «basada en pruebas», en lugar del criterio científico que suele exigir información basada en pruebas.
Y cuestionan por qué el manual descarta la idea de neutralidad científica y depende, en cambio, de las «experiencias vividas» y el «impacto comunitario» de los autores que se identifican como transgénero.
El Dr. Stanley Goldfarb, presidente de la junta directiva de la organización Do No Harm, dijo que firmó la carta porque su organización está preocupada por el daño potencial a los niños.
Nuevas pruebas procedentes de Europa indican que la «transición» médica de los niños para ayudarles a tratar de parecerse al sexo opuesto está haciendo más daño que bien, dijo a The Epoch Times.
«No tenemos ningún estudio que demuestre que esto sea beneficioso a largo plazo», dijo.
Y los estudios holandeses que demostraron que la atención de «afirmación de género» ayudaba a las personas con disforia o confusión de género no fueron duplicados con éxito por los investigadores en Inglaterra, dijo el Dr. Goldfarb.
Los estudios más recientes procedentes de Europa sugieren que lo mejor para los niños con disforia de género es la atención psiquiátrica intensiva a largo plazo antes de cualquier intervención médica, dijo.
La falta de reconocimiento de las últimas investigaciones científicas en el libro de texto es, dijo, «bastante extraordinaria».
Decisiones peligrosas
Mientras que los adultos pueden tomar sus propias decisiones, los niños carecen de la madurez necesaria para realizar cambios en su cuerpo que alteren su vida, afirma el Dr. Goldfarb. Y el riesgo de daño para los niños que toman bloqueadores de la pubertad y hormonas sexuales cruzadas es real y grave.
Los bloqueadores de la pubertad detienen el desarrollo del sistema reproductor sexual, lo que significa que los niños que no pasan por la pubertad nunca desarrollarán plenamente su sexualidad. También es probable que pierdan la capacidad de tener hijos, dijo.
«Depende de lo avanzados que estén en la pubertad antes de empezar a bloquear su progresión», explica. «Depende de cuántas hormonas tomen y durante cuánto tiempo lo hagan».
El Dr. Goldfarb y otros profesionales de la salud que se oponen al manual discrepan de la afirmación de los autores de que los bloqueadores de la pubertad para niños son «totalmente reversibles».
Y el manual es «inquietantemente indiferente», afirma la carta, sobre la alta tasa de problemas de salud mental y conductual que afectan simultáneamente a las personas con disforia de género. El autismo, el TDAH, la ansiedad, la depresión, el trastorno obsesivo-compulsivo y los pensamientos suicidas suelen coincidir con la disforia de género en los jóvenes.
El manual es «inquietante», afirmó Alan Hopewell, neuropsicólogo prescriptor de Texas con experiencia en el tratamiento de pacientes con identidad transgénero.
Dijo a The Epoch Times: «Estas son incoherencias que no tiene ningún fundamento científico».
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