En proximidad con el Año Nuevo lunar chino que se celebra el 22 de enero de 2023, las infecciones por COVID-19 en China se han ido extendiendo rápidamente hacia el área rural y a las pequeñas ciudades, lo que está suscitando preocupación ya que para esa fecha se espera una gran afluencia de viajeros que regresan a sus lugares de origen para festejar con sus familias.
Mientras los hospitales de las grandes ciudades se ven desbordados por el repentino aumento de pacientes de COVID-19, de diciembre, la situación fuera de las ciudades es aún más preocupante, debido a la gran población rural y a la falta de recursos médicos.
Caijing, un medio de comunicación de China continental controlado por el Estado, dijo el 24 de diciembre que recientemente entrevistó a residentes locales, farmacias y personal hospitalario de pequeñas ciudades y pueblos de Shandong, Jiangxi, Heilongjiang, Jilin, Anhui, Hubei, Yunnan, Hebei y otras provincias sobre la situación local.
«No tememos dar positivo en las pruebas del COVID, tememos no poder conseguir medicamentos para tratarlo», les dijeron a los periodistas.
China News Weekly informó el 28 de diciembre de que había hablado recientemente con tres médicos de aldea de las provincias de Shaanxi, Hebei y Anhui sobre la situación actual de la epidemia en las zonas rurales. Ellos dijeron que había escasez de medicinas y de mano de obra, y que los médicos se han ido infectando uno tras otro.
Yang Chun, un médico de un pueblo de Yankou, condado de Xixiang, ciudad de Hanzhong, provincia de Shaanxi, dijo que su pueblo tiene más de 4000 habitantes y solo dos médicos. El mayor problema es la falta de acceso a los medicamentos, informó el medio de noticias de China continental, el 28 de diciembre.
Los otros dos médicos del pueblo, debido a la falta de medicinas, habían empezado a hacer experimentos consigo mismos, intentando ver si la acupuntura podía reducir la fiebre.
Zheng Furen, médico de la aldea de Guanghua, condado de Qimen, ciudad de Huangshan, provincia de Anhui, dijo que en los dos días anteriores él se había infectado y sus familiares también. Como no había medicamentos, dijo a las personas con síntomas leves que esperaran a que pasara si podían. Si los síntomas eran muy graves, debían acudir rápidamente al hospital comarcal. Pero en el hospital del condado, muchos miembros del personal médico también estaban infectados, también informó China News Weekly.
Superados por la fiebre
Una doctora de un pueblo relató la situación en Anyang, provincia de Henan, en una entrevista publicada en la revista Chinese Philanthropist el 29 de diciembre. He Yunqiu, un seudónimo, es la única médica de un pueblo rural de la provincia de Henan desde hace 14 años.
Ella dijo que nunca ha estado tan ocupada. Todavía no ha llegado la cifra máxima de gente que vuelve a casa por el Año Nuevo lunar y muchos habitantes del pueblo ya tienen fiebre. En la semana del 17 al 24 de diciembre, el número de pacientes resfriados y con fiebre superó el número anual de visitas de años anteriores.
Desde mediados de diciembre, decenas de pacientes resfriados y con fiebre acuden diariamente a su clínica. Esta situación la tomó desprevenida, sin kit de detección del antígeno contra COVID y sin medicamentos.
La doctora no es la única que se enfrenta a la falta de medicamentos. Ella declaró que los médicos de las 44 aldeas del municipio carecen de medicamentos.
La mayoría de los médicos rurales están contagiados
Wang Guohua, director del centro de salud de un pueblo local en Ruzhou, provincia de Henan, dijo que en los últimos tres años, los médicos de los pueblos tuvieron que dedicar la mayor parte de su tiempo a actividades no médicas, como recibir la orden de ayudar a las ciudades a realizar pruebas y cierres masivos y no pudieron almacenar suministros médicos, informó el sitio web de China continental Medical World, el 24 de diciembre.
Ahora, la escasez de medicinas es un problema grave.
Antes de que el régimen comunista chino aplicara su controvertida política de «Cero COVID», los médicos de las aldeas disponían de canales oficiales y no gubernamentales de adquisición de medicamentos esenciales. Ambos se complementaban y, por lo general, podían abastecerse de los medicamentos necesarios.
«Desde la aplicación de la política de Cero COVID se ha prohibido a las clínicas de las aldeas vender ‘cuatro tipos de medicamentos’. Los medicamentos fueron precintados o entregados a las autoridades, por lo que la mayoría de los médicos de aldea no se han abastecido de ellos», declaró a Mundo Médico el Dr. Li Songbo, médico de aldea en Ruzhou, provincia de Henan.
Los cuatro tipos de medicamentos se refieren a medicamentos para la fiebre, medicamentos para aliviar la tos, medicamentos antiinfecciosos y medicamentos para la garganta seca y el dolor de garganta.
En los últimos tres años, en virtud de la política de Cero COVID, el régimen chino ha controlado y prohibido estrictamente la venta de estos medicamentos básicos para evitar que los infectados los tomen para ocultar sus síntomas, evitar ser detectados y evitar ser enviados a la fuerza a un centro de cuarentena centralizado.
Esto ha provocado una escasez de dichos medicamentos.
«Los medicamentos que quedan se han suministrado todos a las grandes ciudades estos días», dijo el director del centro de salud de un municipio. Según Medical World, el régimen controla la distribución de medicamentos y da prioridad a determinadas zonas. Las otras zonas del país tienen que esperar hasta que la producción pueda satisfacer la demanda.
Ante la grave escasez de medicamentos, muchos aldeanos utilizan goteros intravenosos para hacer frente a la infección por COVID-19.
Un vídeo en las redes sociales chinas muestra a unos aldeanos sentados al aire libre mientras reciben un goteo intravenoso.
Otro vídeo en las redes sociales muestra la epidemia de COVID-19 en la China rural.
Sun Ming, el único médico de un pueblo de 600 habitantes en Ningbo, provincia de Zhejiang, dijo a Medical World que alrededor del 17 de diciembre hubo personas que dieron positivo por COVID-19 en su pueblo, pero la clínica se quedó sin medicamentos para la fiebre. Él acudió al centro de salud del municipio, pero también se habían agotado.
Más de 10 miembros del personal médico, de un total de 20, estaban infectados, dijo Sun. Al día siguiente, él también tuvo fiebre.
El punto máximo de la infección aún está por llegar
El 17 de diciembre, Wu Zunyou, epidemiólogo jefe del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China, declaró en la Conferencia Anual de Caijing que China se enfrentará a «un pico y tres oleadas» de infecciones por COVID-19 en los próximos tres meses, de las cuales la segunda se producirá durante el Año Nuevo lunar, cuando muchas personas visitan a sus familias en el campo.
Huang Yanzhong, investigador principal de salud global en el Consejo de Relaciones Exteriores de los Estados Unidos, dijo a Medical World que a medida que COVID-19 se propaga en China desde las zonas urbanas al campo, durante el viaje del Año Nuevo lunar chino, diferentes cepas del virus también pueden mezclarse en todo el país, lo que plantearía un enorme desafío para el sistema médico rural.
El tratamiento utilizado en muchas zonas rurales de China es el goteo intravenoso, que no es un método de tratamiento eficaz para COVID-19. Algunas personas no pueden recibir tratamiento médico a nivel local, por lo que pueden regresar a la ciudad para recibirlo, lo que aumenta la presión sobre el sistema médico de las ciudades.
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